Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Pablo-Manuel Durio

pdurio@diariodecadiz.com

¿Qué hacemos con todos estos edificios y solares de Cádiz?

La ciudad acumula suelo que no solo está vacío desde hace años, muchos años en algunos casos, sino que ni siquiera cuenta a día de hoy con una idea clara de uso futuro Obras de emergencia en el Casino Gaditano El estado de la antigua Casa del Niño Jesús, en las Puertas de Tierra

Camas de la antigua Casa del Niño Jesús, aún en las bóvedas de las Puertas de Tierra.

Camas de la antigua Casa del Niño Jesús, aún en las bóvedas de las Puertas de Tierra. / M.F.

Son testigos de la historia de la ciudad, que ha pasado ante ellos hasta llegar a nuestros días; fueron concebidos para una función, variaron su utilidad. Pero en una ciudad que no cesa de reclamar oportunidades, que busca desde hace años una reconversión, una adaptación a los nuevos tiempos, un sitio en el mundo que permita un mejor desarrollo de la sociedad, llama la atención su situación, su cierre, su deterioro. Y, peor aún, su falta de futuro. No es un caso, ni dos; y no es cosa de un mes, ni de un par de años. Son edificios y solares que acumulan años de cierre o de cese casi completo de actividad y que a día de hoy no tienen claro el uso o la actividad que albergará en su interior.

Estos días ha vuelto a ser noticia la sede del Casino Gaditano, un edificio que ha sido víctima de una política distinta pero inconclusa, o no realizada, en los últimos ocho años de gobierno; y que en este arranque del nuevo gobierno de Bruno García tampoco ha visto cambiar su suerte, hasta el punto de que una ventana abierta con el temporal de hace dos domingos que ponía en peligro la biblioteca del edificio no se cerró hasta el viernes siguiente (cinco días después).

No ha aclarado el Ayuntamiento qué uso tiene previsto dar a un edificio que sobrevive gracias a la actividad hostelera de su planta baja y a una casi nula programación que salva la tertulia Fernando Delgado Lallemand, que pese a todos los inconvenientes sigue manteniendo su apuesta por dotar de contenido cultural y como espacio destacado para eventos al Casino Gaditano.

Este compás de espera para uno de los edificios destacados del entramado urbanístico debe incluirse en ese listado de sedes y espacios que el alcalde, Bruno García, anunció que se estaban analizando y revisando para definir una suerte de plan de actuación que permitiera devolver a la ciudad, o cuanto menos volver a poner en uso, todos esos emplazamientos.

En aquel momento (el pasado mes de junio) hizo mención expresa García al antiguo IES Santa María del Rosario, en la calle San Francisco; un inmueble que aunque tiene en propiedad la Diputación avanzó que sería el Ayuntamiento el que planteara un uso futuro que podría variar el administrativo que por último contemplaba la administración provincial (con el anterior gobierno socialista) y que podría albergar la residencia de estudiantes o el centro de empresas que en distintos momentos ha solicitado el PP años atrás, o incluso la sede para las cofradías que se propuso durante la campaña de estas últimas municipales por alguno de los proyectos políticos que se quedaron sin representación en el Salón de Plenos.

Tampoco es de propiedad municipal el edificio de Náutica, otro de los grandes exponentes arquitectónicos que espera, hace ya 15 años, un futuro. Este es uno de los muchos casos llamativos que se dan en Cádiz de inmuebles que cierran, no se rehabilitan y acumulan años en el olvido sin que ninguna administración plantee uso alguno. En Náutica solo se han propuesto tímidamente un museo de arqueología subacuática (que era la apuesta de Teófila Martínez en tiempos de alcaldesa) y una residencia de estudiantes (propuesta por el Pleno del Ayuntamiento de Cádiz en contra del planteamiento del PP de levantarla en el IES Rosario). Nada más se ha planteado en torno a este edificio, de titularidad andaluza, ni por el Ayuntamiento, ni por la UCA ni por la propia Junta.

Frente a Náutica está, cada vez en peor estado, el Castillo de San Sebastián, al que tampoco ha sabido la ciudad darle una proyección que garantice su conservación arquitectónica y un uso provechoso en el ámbito que sea. En teoría este gobierno local del PP tiene mucho empeño en recuperar las llaves y las obras en el antiguo recinto militar, aunque no ha concretado aún para qué se habilitará en el futuro (si se consigue habilitar).

Otro edificio que mira al mar sin tener un proyecto marcado es el antiguo club Alcázar, en el barrio de Puntales. Precisamente, este pasado jueves volvió a salir en el Pleno municipal a petición de una ciudadana, vecina de este barrio, representante del hartazgo de ver cómo un edificio que iba a ser albergue juvenil y luego hotel sigue con su fachada completamente cegada con ladrillos sin que ninguna administración plantee uso, futuro u operación alguna.

Hace unos días también, a través de este periódico, pudieron verse imágenes que revelan el estado del interior de las bóvedas de la Casa del Niño Jesús, convertidas en un auténtico almacén de todo tipo de elementos por parte del Ayuntamiento estos últimos años. Llama la atención que en ese frente de las Puertas de Tierra, enclave estratégico y lugar que debiera ser privilegiado, no se haya planteado nunca qué destino dar a esas históricas bóvedas, mientras la preocupación del Pleno municipal pasa por mejorar una improvisada pista donde jóvenes y no tan jóvenes se dedican a pegar pelotazos a los pies de la muralla, olvidando que se trata de un Monumento Nacional.

Otro espacio olvidado que salía recientemente a la luz es el Jardín Botánico situado en la calle Santa Rosalía, entre la Facultad de Medicina y el colegio mayor de la UCA (donde fueron trasladados temporalmente los patos del Parque Genovés, que ya han regresado a su sitio). Se trata del germen de la labor realizada por Simón Bolívar que varias generaciones de gaditanos desconocen por estar absolutamente cerrado, a pesar de las bondades que esconde en su interior; y con un edificio que quedó en esqueleto, en otro de los proyectos estrepitosamente fallidos que suma la ciudad.

Hablando de espacios, es difícil no hacer mención del enorme solar de Tolosa Latour, que se consiguió liberar por completo hace años para una Ciudad de la Justicia que no se va a construir ahí y que, como en otros ejemplos absolutamente llamativos y vergonzantes, ha sido objeto del mayor de los olvidos por parte de las administraciones; las únicas referencias a su futuro se vieron en las municipales del pasado mayo, donde un partido proponía un gran aparcamiento en altura y otro la construcción de cientos de pisos.

¿Y la parcela de la Avenida de Astilleros que iba a ser esa Comisaría Provincial que el Estado ya ha dicho que no va a construir, y para el que el anterior gobierno municipal dijo que tenía varias alternativas de uso?

Casi el único anuncio que ha hecho el Ayuntamiento sobre espacios desaprovechados es el de la pérgola de Santa Bárbara, que el alcalde ha asegurado que será rehabilitada en su totalidad. Pero aún así, queda en el aire qué uso se le va a dar a las estancias proyectadas en la planta baja, que iban a ser de la UCA y que no se han concretado a día de hoy.

De este modo, la lluvia, las intervenciones ciudadanas en los plenos, los anuncios del alcalde y demás circunstancias van sacando a la luz, un día sí y otro también, el nefasto privilegio que se permite Cádiz de tener, siendo una ciudad sin suelo, solares y edificios que no sólo permanecen vacíos y sin uso desde hace años, sino que no se sabe qué hacer con ellos. Un derroche de pasotismo inadmisible.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios