El Cádiz CF dio un sonoro golpe en el Camp Nou que pocos esperaban tras el recorrido que trazaban del Barcelona y el conjunto amarillo en los últimos tiempos. Los azulgranas llevaban siete victorias consecutivas en la Liga y los gaditanos acumulaban cuatro derrotas seguidas, aunque al final reinó el empate a uno ante uno de los gigantes del fútbol español y mundial con el gol de penalti que marcó Álex  Fernández a última hora.

La derrota del Elche en el estadio culé el pasado miércoles 24 de febrero da aún más valor a la equis conseguida por el Cádiz CF tres días antes. Pero además de sumar su primer punto de la segunda vuelta, el equipo de Álvaro Cervera recuperó las buenas sensaciones en defensa que había extraviado varias semanas antes. Ahora se trata de confirmar el retorno a la buena senda.

En la plantilla y el cuerpo técnico son conscientes de que las posibilidades de obtener la salvación pasan por la eficacia del sistema defensivo. Una vez conquistado el primer punto del segundo periodo del campeonato, el Cádiz CF afronta varios retos que, entrelazados, conducen a la meta de la continuidad de la máxima categoría.

Y es que, ese a la gesta protagonizada hace unos días en Barcelona, el Cádiz CF tiene varias asignaturas pendientes de aprobar en la segunda vuelta.

En el vestuario saben mejor que nadie que más pronto que tarde deben poner en práctica el verbo ganar para que el desafío de salvación no se convierta en una tortuosa pesadilla. El equipo amarillo es uno de los seis que aún no conocen la victoria en la segunda vuelta (tampoco el Villarreal, Granada, Real Valladolid, Eibar y Getafe). El triunfo es el objetivo inmediato con la receta de la solidez defensiva como punto de partida. El duelo andaluz frente al Betis (domingo 28 de febrero) se presenta como una auténtica prueba de fuego.

El camino más corto para vencer es la portería a cero. Es la gran obsesión de Cervera y los suyos. El Cádiz CF es el conjunto más goleado del torneo de la regularidad (el único que llega a los 40 en contra) y prolonga a ocho las jornadas enlazadas con al menos un tanto recibido en cada partido. La última vez que la puerta quedó intacta fue hace dos meses en el duelo contra el Real Valladolid, resuelto con empate a cero en Carranza.

El empeño de Cervera y sus jugadores es poner la cremallera en la portería, una labor que concierne a todos los que están sobre el césped. No es una cuestión que atañe en exclusiva al arquero y la zaga, sino a un equipo que depende de la eficiencia de su sistema defensivo para alcanzar el éxito.

La regularidad es la palabra que engloba el propósito de los amarillos en busca del objetivo. Se trata de aplicar el rodillo defensivo y encadenar resultados positivos con los que dar pasos en la dirección adecuada.

Minimizar los errores: el buen funcionamiento del bloque se puede ir al traste en un segundo con un fallo puntual que ponga cuesta arroba un partido. La concentración es imprescindible desde el pitido inicial hasta el final.