Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Pablo-Manuel Durio

pdurio@diariodecadiz.com

1 de enero. El Día de la Marmota en Cádiz

Arranca un nuevo año, y en los deseos de la ciudad vuelven a aparecer los mismos proyectos que años anteriores

Una máquina de baldeo de la actual prestataria del servicio de limpieza de Cádiz.

Una máquina de baldeo de la actual prestataria del servicio de limpieza de Cádiz. / Lourdes de Vicente

Año nuevo, vida nueva, dice el dicho. Pero Cádiz no se lo puede aplicar. Comienza 2022, y la ciudad brinda y mira al horizonte de 365 días con la ilusión de desarrollar sueños y proyectos pero con el amargor de asumir que en la inmensa mayoría de los casos, se trata de cuestiones que ya se escondían detrás de las campanadas de años anteriores. Es un nuevo 1 de enero, pero la ciudad afronta viejos conocidos en ese inmenso cajón de proyectos por hacer. Algo que convierte el Año Nuevo en una especie de día de la marmota.

No se entiende de otro modo, pues, que entre la lista de empeños del nuevo año vuelva a aparecer la firma de un nuevo contrato para el servicio de limpieza y recogida viaria que se traduzca en la renovación total de los vehículos y maquinaria, así como en la implantación de nuevos contenedores y papeleras y la mejora generalizada de un servicio que por año que pasa (y van ya cinco casi y medio) presenta más carencias cada vez más palpables en la calle.

El de la limpieza es uno de los asuntos que más se le ha atragantado al alcalde y su equipo desde su llegada al Ayuntamiento en 2015, en un interminable proceso de adjudicación que vuelve a estar suspendido por el Tribunal de Contratación Pública ante las decisiones que viene tomando el área técnica municipal. Hasta tal punto está siendo accidentado el proceso (que por tres veces ha paralizado el tribunal, y que en las dos ocasiones anteriores anuló las decisiones tomadas por la mesa de contratación) que cada vez cobra más fuerza la opción de suspender definitivamente la licitación e iniciar un nuevo expediente que actualice las condiciones técnicas que se redactaron por última vez en 2019 y, sobre todo, que salga a concurso público con mayor nitidez y claridad que la que está protagonizando la actual tramitación.

De la mano de la limpieza, también aparece entre los objetivos del nuevo año, otro más, la adjudicación de un contrato de autobuses urbanos que se traduzca en la sustitución de los cada vez más viejos autobuses por otros nuevos que sean más cómodos para los viajeros y que eliminen el humo negro que acompaña a la trasera de los vehículos en la actualidad, así como en la mejora de las frecuencias de paso y el diseño de nuevas líneas y recorridos que mejoren la conexión entre los distintos puntos de la ciudad, confirmando así la apuesta por el transporte público que debe acompañar a las políticas de eliminación de plazas de aparcamiento y de pago por las que quedan disponibles.

En este caso, ni siquiera se ha comenzado aún el proceso de licitación, a la espera de que culmine la eterna redacción del pliego de condiciones que regirá ese contrato, primero que suscribe el Ayuntamiento después de una histórica sucesión de convenios con la actual concesionaria, Tranvía de Cádiz a San Fernando y Carraca.

Otro déficit achacable a la gestión municipal que se traduce en un deseo para el nuevo año es la elaboración de un presupuesto específico para el ejercicio. Después de la transformación radical provocada por la irrupción de la pandemia, ya en 2021 se echó en falta un presupuesto que amoldara tanto los ingresos como los gastos al nuevo escenario. No en vano, el pasado ejercicio desaparecieron o descendieron de manera considerable ingresos como el de la tasa de terrazas, el de la plusvalía o el de impuestos vinculados a una actividad comercial seriamente dañada con la pandemia; del mismo modo que desaparecieron los gastos vinculados al Carnaval o a otras celebraciones que el Covid dejó en suspenso.

A estas cuestiones hay que añadir el hecho de que el Ayuntamiento ha mejorado sus condiciones económicas, optando a nuevas financiaciones estatales; un escenario que debe tener reflejo en un presupuesto que contemple todas esas nuevas claves de la economía municipal y que se adapte a los nuevos retos y, sobre todo, a las inversiones más que necesarias y que prácticamente han brillado por su ausencia en los anteriores años de gobierno de José María González.

El Ayuntamiento utilizará varias de las naves de los antiguos depósitos. El Ayuntamiento utilizará varias de las naves de los antiguos depósitos.

El Ayuntamiento utilizará varias de las naves de los antiguos depósitos. / Lourdes de Vicente

En materia de inversiones, vuelve a aparecer en la lista de deseos del nuevo año la Edusi; esa lluvia de millones -quince- que se consiguió en 2017 y que hasta la fecha apenas ha tenido repercusión en esas barriadas de extramuros que aguardan las inversiones y mejoras vinculadas a esta financiación europea. 2022 debe ser, como debiera ser 2020 y 2021, el año en que al fin se ejecuten las obras de transformación de una parte de los antiguos depósitos de tabaco de Loreto en el centro de dinamización cultural, social y económica que pretende el Ayuntamiento; así como el año de la construcción de la pasarela marítima que debe convertirse en un importante reclamo para el barrio de Puntales y que hace días salía, al fin, a licitación. En este caso, no tiene mucho margen el Ayuntamiento para agilizar las operaciones vinculadas a la Edusi, que a priori debieran estar culminadas a finales de 2022; plazo que deberá ser prorrogado teniendo en cuenta los parones provocados por el Covid, que se unen a la ya de por sí lento desarrollo que estaban experimentando estos proyectos.

Por segundo año aparece en la lista de deseos para el nuevo año los fondos Next Generation; esos que el Ayuntamiento tuvo que tramitar en cuestión de días a finales de 2020 motivado por una urgencia en la financiación europea que hasta la fecha no ha llegado. Proyectos como la construcción del pabellón Fernando Portillo, la implantación de un sistema de alquiler de bicicletas y otro de alquiler de coches eléctricos, o la peatonalización de vías como Cuatro de Diciembre o plaza del Mentidero son algunas de las actuaciones que la ciudad aspira a ver en ejecución este nuevo año. Como también lo esperaba el ya pasado 2021.

Otro año arranca con el proyecto de la Ciudad de la Justicia en el ‘Debe’. Una de las eternas deudas de la Junta de Andalucía con Cádiz inicia el año nuevo con los terrenos ya en poder de la administración autonómica (tras la cesión totalmente gratuita por parte del Ayuntamiento) pero con un difuso futuro, pues de los 2,2 millones de euros que en 2021 presupuestaba la Junta para este equipamiento entre ese año y 2025 la inversión se ha disparado hasta los 50 millones en palabras del vicepresidente, Juan Marín, hace unos días; inversión que tampoco está clara, pues la Junta plantea ahora realizarla en solitario o buscar fórmulas público-privadas para sacar adelante esa macrosede judicial en los antiguos depósitos de tabaco. Demasiados interrogantes, por tanto, para un proyecto que desde 2020 anda estancado en el mismo punto, la redacción de un proyecto que se realizará a lo largo de los próximos meses; por lo que todo hace ya pensar que el 1 de enero de 2023 seguirá estando la Ciudad de la Justicia como proyecto pendiente de materializar.

Peor escenario es el que presenta con la llegada de otro año nuevo Valcárcel. Sin financiación para esa facultad de Educación de inversión realmente difícil (tras dispararse hasta los 40 millones de euros, cifra elevada para una facultad universitaria) y sin mucha voluntad política de unir fuerzas entre las distintas administraciones, más cómodas en la confrontación que en los compromisos económicos y materiales, 2022 parece el año elegido para que la UCA y Diputación tiren la toalla respecto a los planes universitarios de este histórico edificio, que llegado ese caso tendría que volver a reinventarse para buscar un nuevo uso que garantice su continuidad patrimonial y que, al fin, devuelvan la vida a esa zona privilegiada de la ciudad, lo que debe traducirse también en mejora económica del entorno.

Proyecto para el futuro aparcamiento y la zona abierta en el Paseo Pascual Pery. Proyecto para el futuro aparcamiento y la zona abierta en el Paseo Pascual Pery.

Proyecto para el futuro aparcamiento y la zona abierta en el Paseo Pascual Pery. / APBC

Otro viejo conocido del 1 de enero es el proyecto de integración puerto-ciudad. Una actuación clave en el futuro de Cádiz que lleva años rumiándose y cuyo inicio de ejecución no ha podido ser peor, con una Autoridad Portuaria anunciando un aparcamiento en altura que rechaza el Ayuntamiento. Habrá que estar atentos al desarrollo de estos próximos meses, en los que la entidad portuaria presidida por Teófila Martínez parece dispuesta a sacar a concurso la construcción de ese edificio que el gobierno local de José María González amenaza con no autorizar mediante la pertinente licencia de obras. Y ese es el primer paso de lo que debería ser una nueva barriada o pequeña ciudad de más de 30.000 metros cuadrados que nacen de la mano de la construcción de la nueva terminal de contenedores.

También asoma otro nuevo año la aspiración de vender la tribuna del estadio para habilitar un hotel de cuatro estrellas. Un proyecto en el que el Ayuntamiento trabaja, sin éxito, desde 2013 y que puede tener en el actual período de adjudicación directa a la primera oferta que se presente y que alcance el mínimo de 9,8 millones de euros su última oportunidad. El Consistorio ya contempla la posibilidad de renunciar definitivamente a este proyecto hotelero, lo que llevaría a plantear otras opciones de enajenación y otros usos que necesitarían modificaciones en el PGOU (con lo que eso conlleva de tramitación administrativa).

A todos estos proyectos que vuelven a la casilla de salida con el estreno del calendario de 2022 se suman otros tantos que ni siquiera se contemplan ya como retos para estos próximos doce meses. Como la ampliación del Museo de Cádiz, el Castillo de San Sebastián, o el nuevo uso del edificio de Náutica, por citar tres ejemplos de proyectos que al inicio del nuevo año ni siquiera tienen fechas, plazos ni proyectos definidos.

Ha empezado un nuevo año, pero lejos de la ilusión que eso acompaña en muchos casos se traduce, en Cádiz, en la desesperanza por haber perdido otros doce meses en la consecución de muchos -demasiados- proyectos que se antojan vitales para mirar al futuro como se mira cada 1 de enero después de brindar.

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