No les gusta que digamos que son hermafroditas porque no lo son ni se sienten como tal. Son personas cuya genitalidad está al margen de cómo se sienten.

Qué más quisiéramos que pudiéramos tomar una pastilla que, automáticamente, nos hiciera desear a la persona con la que estamos. Si fuera así de fácil las relaciones personales dependerían de la botica. El deseo se construye, pero no se administra.

Es uno de los actos más valerosos que existen. Reconocer ante todos que no eres heteronormativo supone situarte a ti mismo, reconocerte y reivindicarte. Pero no todos pueden salir del armario.

Cuando llega una ruptura inesperada el mundo se tambalea. Todo cambia. Enfrentarse a todo lo que pueda llegar después de una ruptura necesita de la profesionalidad de especialistas y la paciencia de las víctimas. Se trata de reconstruir la metralla de dinamitar una vida.

Raro es el que no conoce a alguien que admite, en voz baja, que además de con su pareja oficial tiene algo más fuera. Ha pasado siempre, solo que, ahora, se hace con el consentimiento de ambos: son las parejas no monógamas. Y cada vez salen más del armario.

Se sufre en silencio y afecta a la pareja entera. Los médicos alertan sobre la disfunción eréctil. Detectarla a tiempo puede salvar tu vida.

Una de las mejores cosas de cumplir años es que eres capaz de plantarte casi en los cincuenta y saber que uno de los pilares de tu vida es tu salud sexual. A partir de que cuides esto la vida es mucho más fácil.