Deseo sexual

Pastillas para el deseo

  • Qué más quisiéramos que pudiéramos tomar una pastilla que, automáticamente, nos hiciera desear a la persona con la que estamos. Si fuera así de fácil las relaciones personales dependerían de la botica. El deseo se construye, pero no se administra. 

Pastillas para el deseo

Pastillas para el deseo / Dani Guitarra

Es la pesadilla de cualquier pareja. Que llegue un momento en el que el deseo se escape por la ventana. Que ya no apetezca tener sexo con la persona con la que se comparte una relación. Que las ganas ya no aparezcan. En las consultas de la mayoría de los terapeutas sexuales hay un momento en el que la pareja que va siempre pide alguna solución para la falta de deseo. La falta de deseo es el principal problema de las parejas. 

Ante una situación así se crea una incomodidad en la pareja que suele arrastrar problemas. Las consultas de los profesionales de la sexología están llenas de pacientes que buscan solución a este problema. El problema es que la mayoría cree que volver a desear es una cuestión fácil o rápida, cuando se trata de todo un proceso de aprendizaje. 

Cada vez que vean una publicidad que hable de conseguir deseo a través de cualquier fármaco o sustancia, desconfíe. Desgraciadamente, los alimentos afrodisíacos no existen. Es normal que la ingesta de alimentos o bebidas a los que no estamos muy habituados provoquen un placer y una predisposición hacia el cariño de la persona que nos los ha facilitado. Pero de ahí a creer que por comer seis ostras nos garantizamos una buena noche hay un abismo. 

¿Se puede fabricar el deseo?

La única manera de volver a conseguir desear pasa por fabricar en nuestro cerebro las ganas de estar con esa persona. Y, si estamos faltos de sentirlo, tendremos que provocarlo. Porque el cerebro es el órgano más sexual de todos. En él fabricamos todos nuestros deseos. 

Sylvia de Béjar es una de las sexólogas que más trata el deseo. Ella mantiene que el cerebro es el órgano más sexual de nuestro organismo porque es capaz de diseñar nuestro deseo. Si lo motivamos y cuidamos podremos provocar ese deseo. Pero para eso tenemos que sentirnos cómodos con quien somos: “La salud, la autoestima, el sentimiento de autorrealización y, en definitiva, la felicidad de los seres humanos depende en gran medida de su capacidad de sentirse cómodos en su cuerpo y de la buena vivencia de su sexualidad”.

La actividad de propiciar el deseo pasa por un ejercicio psicológico personal. Que será más fácil de realizar con la ayuda de especialistas. La gimnasia mental ejercita el cerebro y en el tema del deseo se trata, simplemente, de que pongamos a trabajar toda nuestra maquinaría mental para recuperarlo. 

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