Amaya sonríe con un poco de tristeza cuando relata lo que supuso para ella reconocer ante todos que era lesbiana: “Por un lado es una liberación. Llevaba muchos años fingiendo ser quien no era. Pero por otro me dio rabia porque, por no ser heterosexual, tenía que dar muchas explicaciones”. Ese sentimiento es el que más se repite entre las personas que salen del armario. Su singularidad supone una carga pesada que llevan como pueden, pero salir del armario es una obligación que no todos llevan demasiado bien.
Lo normativo es ser heterosexual y cisgénero. La orientación sexual y la identidad de género son los dos baremos por los que se sale del armario.
ORIENTACIÓN SEXUAL
La orientación sexual es la capacidad afectiva que manifestamos hacia unas u otras personas. La manera más fácil de entenderlo es pensar en el tipo de personas de las que nos podríamos enamorar. La necesidad de las personas por identificarse lleva a acumular muchas etiquetas respecto a la orientación sexual, pero, básicamente, podemos decir que estas son las orientaciones sexuales:
- Heterosexual: Se siente atraído por personas del sexo contrario. Más del 82% de los jóvenes españoles se reconoce heterosexual.
- Homosexual: Se siente atraído por personas del mismo sexo. Se calcula que mas casi el 6 % de la población es homosexual. Lesbianas son las mujeres que se sienten atraídas por mujeres, gay son los hombres que sienten atracción por otros hombres.
- Bisexual: Siente atracción por personas independientemente de su género: hombres, mujeres y personas transexuales o intersex. Esta es, al menos,la definición que da COGAM sobre bisexualidad, para que no nos limitemos a creer que sienten atracción por hombres y mujeres solo. La identidad de género es irrelevante para una persona bisexual.
IDENTIDAD DE GÉNERO
La identidad de género es la percepción subjetiva del individuo de la persona que es, independientemente de la genitalidad con la que haya nacido. Se puede nacer con morfología masculina y, sin embargo, ser mujer. Las personas que nacen con una identidad de género que no se corresponde a la percepción que tienen de sí mismos se les llama personas transgénero. Si esa persona se somete a una cirugía de reasignación de sexo y se somete a procesos de hormonación para adecuarse a la morfología con la que se siente identificada se denomina persona transexual o trans.
El acto de valentía que supone salir del armario se convierte casi en un acto trágico cuando la persona que sale del armario no vive en una gran ciudad. Salir del armario en un pueblo supone poner en el punto de mira a toda la familia y enfrentarse a los miedos más absolutos hacia los desconocido. Al no haber visibilidad de diversidad sexual, todo lo extraño se magnifica y convierte en un problema. El ‘qué dirán’ se convierte en el mayor temor de las personas que necesitan reivindicarse a sí mismas.
Decimos que ‘salimos del armario’ por una referencia a los años 60, cuando se decía que los homosexuales tenían un esqueleto en el armario (su identidad sexual escondida) que sacaban cuando se reconocían. Desde entonces utilizamos esta expresión.
“Salir del armario supuso poner a toda mi familia en el centro del pueblo. Eran ‘el padre del marica’, ‘la madre del marica’ y ‘la hermana del marica’. Para mí fue un suplicio por el peso que los obligué a llevar y por la hostilidad que viví en mi pueblo”. Marcos aguantó durante años la vergüenza de ser el único que había salido del armario de su pueblo. “Que no era el único, ya lo sabía. Yo me enrollaba con, al menos, dos. Pero uno estaba casado y el otro estaba muy asustado. Ninguno dio el paso “. Finalmente, Marcos abandonó su pueblo cercano a Marbella para vivir en Málaga con su novio. “Aquí no soy el único marica”, admite.
Decimos ‘salir del armario’ en referencia a una expresión de los años 60 que hablaba de que las personas no heteronormativas tenían un esqueleto escondido en el armario (su diversidad sexual) que debían sacar para reconocerse a sí mismos. Desde entonces usamos esta expresión.
En algunos casos salir del armario es cuestión de supervivencia. Familias homófobas, países que no respetan los derechos humanos… Hay que tener mucha valentía para un acto así y no siempre se puede.
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