Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Un año del Pleno de Investidura

Las diez claves del primer año del nuevo gobierno de Kichi

  • José María González cumple un año de gobierno desde que revalidó la Alcaldía

  • Doce meses en los que han cambiado muchas cosas y no ha cambiado nada

Imágenes de la investidura de José María González Kichi

Imágenes de la investidura de José María González Kichi / Joaquín Hernandez Kiki

Un año. Ese es el tiempo que ha transcurrido ya, como si fuera un suspiro, desde que José María González abrazaba por segunda vez el bastón de mando de la ciudad. Lo había logrado en 2015, cuando consiguió dar un vuelco a la trayectoria política gaditana desalojando de la Alcaldía a Teófila Martínez; y lo reeditó hace ahora un año, cuando obtuvo una abrumadora victoria en las elecciones municipales que lo dejaron al filo de la mayoría absoluta, con lo difícil que es conseguir una mayoría absoluta en el escenario político actual.

Un año, doce meses, dan para mucho. O para poco, según se mire. Porque cambios ha habido muchos en el Ayuntamiento entre el primer cuatrienio ‘kichiano’ y este segundo que ha sumado ya su primer cuarto; pero al mismo tiempo, poco o nada ha cambiado en la ciudad ni en la gestión. Teniendo en cuenta, cierto es, que el balance del primer año se reduce a nueve meses, ya que en marzó llegó la epidemia del coronavirus y paralizó toda actividad política y municipal, que ahora poco a poco intenta recuperar la normalidad.

La Corporación está de aniversario, el primero de cuatro. Y este cumpleaños, la quinta vela que sopla Kichi como alcalde de Cádiz, sirve para hacer balance de estos doce meses. De lo que se ha hecho, o lo que sigue estando pendiente de hacer; de lo que ha cambiado, ya sea para bien o para mal; y, en general, del escenario que rodea actualmente a San Juan de Dios. Lo que se ha visto y lo que no se ha visto. Un año de gobierno en diez claves.

1. Comodidad

González y los miembros de su equipo venían de un mandato ciertamente complicado, con un gobierno excesivamente minoritario (apenas una decena de concejales, gracias al pacto con Ganar Cádiz) que tuvo muy complicado sacar propuestas adelante -sobre todo, también hay que tenerlo en cuenta, por una limitada capacidad de diálogo y de búsqueda de acuerdos, además de por las malas relaciones con el entonces portavoz socialista, Fran González-. En este nuevo mandato, Kichi y los suyos rozan la mayoría absoluta, a falta de un concejal, con una oposición mucho más fragmentada e incluso un concejal no adscrito a ningún grupo político. La gestión en el escenario actual es mucho más cómoda, y eso se nota.

Además, Adelante Cádiz trabajó bien en las primeras semanas cerrando un acuerdo con el PSOE (que incluía la liberación de su portavoz, Mara Rodríguez) y se encontró luego con la separación de Villero del grupo de Ciudadanos, lo que todavía ha allanado más el camino hasta 2022.

2. Las redes sociales

Sin duda se han convertido en una clave para analizar el gobierno de José María González, porque aunque siempre ha sido muy activo en ellas, en estos últimos doce meses parece como si el alcalde hubiera construido un despacho virtual en Twitter y en Facebook desde el que lanza a diario todo tipo de opiniones, proclamas, iniciativas y pensamientos. Sobre lo divino y sobre lo humano. Muchos de ellos guardan relación directa con la gestión de la ciudad, pero otros muchos se alejan enormemente de lo que debieran ser principales preocupaciones de un alcalde. A veces parece que las redes sociales no sirven para construir un discurso que comunique la gestión realizada, sino que se quedan solamente en el discurso, sin gestión que lo respalde.

Por contra, a José María González le faltan kilómetros de ciudad, le faltan actos, comparecencias… El alcalde se ha vuelto todavía más inaccesible de lo que ya era en su primer mandato. Y eso que ahora tienen portavoz y concejal específico para la Comunicación.

3. El nuevo equipo

El equipo que acompañó a José María González entre 2015 y 2019 no era el más adecuado para gestionar la ciudad. Las escasas cualidades y competencias de los concejales que gobernaron el primer cuatrienio de Kichi está fuera de toda duda, y así lo reconocen propios y extraños. Por eso, la renovación en el seno de Adelante Cádiz de cara a las elecciones de 2019 se presentaba como uno de los aspectos más destacados de la candidatura. Mejores perfiles, gente más preparada para gobernar y un equipo más cohesionado era la carta de presentación. Pero lo cierto, transcurrido ya un año, es que el nuevo equipo de Kichi no convence. Han pasado doce meses, y salvo contadísimas excepciones no ha demostrado nada, por el momento. O nada de lo que se espera para el quinto año de Alcaldía y con la tarjeta de presentación que traían debajo del brazo los ‘fichajes’.

4. Muchos cambios

Desde el mismo día de las elecciones municipales de mayo de 2019 la carrera de la Corporación ha estado llena de salidas, cambios y sustituciones. El líder del PSOE, Fran González, ni siquiera llegó a tomar posesión como concejal tras el varapalo electoral; en el PP cayó Ignacio Romaní a los días de empezar el mandato para irse a dirigir la delegación gaditana de la Agencia de Vivienda de la Junta; Ciudadanos se partió en dos y provocó la salida de su portavoz, Domingo Villero, que ahora es concejal no adscrito. Y el equipo de gobierno perdió a una de sus concejalas, Teresa Almagro, que tuvo que ser sustituida por Paco Cano, que hasta entonces venía actuando de asesor de Lola Cazalilla. Demasiados movimientos para doce meses de andadura.

5. Los proyectos

Ha transcurrido un año y la ciudad sigue a la espera de que se ejecuten los proyectos que se anuncian pero nunca empiezan. El carril bici, mayoritariamente a cargo de la Junta de Andalucía, es la única obra que se ha desarrollado en los últimos tiempos en Cádiz (y que está aún sin terminar, llena de imperfecciones, defectos y protestas de varios colectivos). Hay mucho que hacer en la ciudad, y da la impresión de que el ritmo de lo que está previsto es excesivamente lento. Un ejemplo concreto puede ser el Teatro Pemán, para el que incluso ya dispone desde hace tiempo el Ayuntamiento del millón de euros que le abonó la UCA por el intercambio de propiedades; el Rectorado lleva meses en el Reina Sofía y la universidad pagó la cantidad estipulada, mientras que de la obra del Pemán no hay noticias y el viejo rectorado de Ancha sigue cerrado. Y conste que este es solo un ejemplo, de muchos. Hay demasiado en el aire o en trámites eternos.

6. Sin presupuesto

Después de un año en el gobierno de la ciudad, y teniendo en cuenta que el equipo que accedió en junio de 2019 tuvo que trabajar ese primer semestre con un presupuesto heredado del año anterior, la ausencia de presupuesto es una clave a tener muy en cuenta. Entre otras cosas, porque ese nuevo documento económico podría ser ejemplo de por dónde va a ir cada Concejalía, de qué va a aportar el nuevo gobierno de José María González, que por el momento en materia económica sigue atado de pies y manos al escenario económico nacional y municipal de 2018. Para colmo, la irrupción de la pandemia ha mandado al traste todas las previsiones de ingresos y ha alterado también todos los gastos, por lo que hay que elaborar unos presupuestos partiendo de cero. Y si en cinco años han hecho dos presupuestos, uno de ellos anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el horizonte no es nada alentador.

7. Pocos plenos

Seis plenos ordinarios en un año. Esta cifra revela muy gráficamente el ritmo que mantiene la ciudad en estos últimos tiempos. La mitad de plenos ordinarios de los que debieran haberse celebrado, con los proyectos, decisiones y documentos que cada mes dependen de la aprobación de la Corporación. Resulta llamativo que los concejales tomaran posesión en junio y no celebraran el primer pleno ordinario hasta septiembre (habiendo transcurrido entonces seis meses desde la última sesión ordinaria, que fue en marzo de 2019); al igual que ha resultado llamativo que el pleno haya quedado suspendido por el estado de alarma sin buscar alternativas hasta este mes de junio, cuando volverá a celebrarse sesión ordinaria (que no se convoca desde febrero) a la que además los grupos han decidido recortar el orden del día “para agilizar”, después de cuatro meses sin adoptar decisiones.

Si la actividad plenaria es índice del ritmo de trabajo y de la toma de decisiones de una administración, el caso de Cádiz en los últimos tiempos no dice mucho.

8. La Junta de Andalucía

Es su batalla. Ha quedado meridianamente claro. El baile de partidos políticos que han sufrido las administraciones en los últimos años se traduce también en un baile de discursos y de focos al que van dirigidas las críticas o exigencias. En el caso del alcalde, la llegada de PP y Ciudadanos a la Junta a finales de 2018 ha centrado las preocupaciones de José María González y, en general, de todo el equipo de gobierno, exageradamente pendiente a lo que ocurre en torno a la administración autonómica para salir rápidamente al paso de las decisiones, las propuestas o todo aquello que tenga relación con el gobierno de Juanma Moreno.

González casi no presta atención a la oposición (PP y Juancho Ortiz al margen, con quien sí mantienen un duro y constante enfrentamiento), ha dejado ya de pronunciarse sobre aquello que haga o diga Pablo Iglesias (tras su separación de Podemos) y tampoco saca al Gobierno central en sus intervenciones. El foco constante de Kichi está en la Junta de Andalucía.

9. Las otras administraciones

Esta pieza también es clave en el balance de la gestión del Ayuntamiento en el último año. Entre otras cosas, porque todos los escenarios han dado también un importante vuelco. El alcalde que había conseguido retomar relaciones con la Junta de Susana Díaz vio como a finales de 2018 PP y Ciudadanos se hacían con el Gobierno andaluz, por lo que varió su discurso y la postura hacia el gobierno autonómico; desde la ciudad se ha gobernado y gestionado también en medio de un gran interrogante nacional con sucesivas elecciones que han paralizado muchos proyectos y cuestiones. Y cuando todo parecía ir sobre ruedas con la llegada de Pablo Iglesias a la vicepresidencia del Gobierno de Pedro Sánchez, la pareja Teresa Rodríguez-Kichi rompe con el líder nacional de Podemos y se independizan del partido, lo que ha dejado hasta la fecha algo huérfana a la ciudad de algún guiño del Gobierno central, que tiene mucho que decir en el presente y futuro de Cádiz.

De las relaciones con otras administraciones y entidades llama la atención el tono de calma en el que se mueve el Ayuntamiento con la Autoridad Portuaria presidida por la anterior alcaldesa, Teófila Martínez, y con un proyecto en común de tanta importancia como la integración del puerto y la ciudad. En similares circunstancias de mesura y tranquilidad es la relación con la Zona Franca, que dirige la exconcejal socialista Victoria Rodríguez. Y peor comunicación existe con el subdelegado del Gobierno, José Pacheco, que sí ha sido motivo de enfrentamiento varias veces.

10. El futuro

Ha pasado solo un año, quedan otros tres por delante, pero José María González insiste en que no optará a la reelección como alcalde en 2022, y eso provoca que el debate sobre su sucesor vaya en aumento. Algunos apuestan por Teresa Rodríguez como candidata a la Alcaldía, otros ven a Lola Cazalilla como la más idónea de cuantos forman el equipo de gobierno y el entorno de Podemos. Apuestas hay para todos los colores. Pero antes de aupar a un candidato, Podemos y Ganar Cádiz deberán resolver si mantienen su alianza local o si vuelven a presentarse por separado, como en 2015. El interrogante es grande, y el margen para despejar las incógnitas va reduciéndose.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios