Bicentenario

Las crónicas de Cádiz (Cap. LXII)

  • Resumen capítulo anterior: Carmela, la manola de pelo oscuro, ya no podrá volver a la zona ocupada. Otros hombres han perdido la posibilidad de ser salvados gracias a su valentía. Diego, libre, sentado frente al convento del Carmen, cercano a las ricas fincas provistas de jardines hermosos, cuenta el tiempo que resta para volver a María, para volver a ver a Eduardo.

Desde que cayera preso, las noticias que habían llegado hasta mí sobre la situación de los ejércitos españoles, lo hicieron a través del fraile Damián. En su afán por convertirme en un apologista de la liberación, me había llenado la cabeza de todos los hechos brutales a los que se veían sometidos nuestros ejércitos. Pero nunca supe qué había de verdad en todo esto.

Vallejo, el científico, que se hallaba en la ciudad como representante de Badajoz, era mi fuente de información. Sentados, por fin vestido decentemente tras contar a mis superiores quién era y esperando las órdenes para marchar a Cádiz, escucharle era mi mejor opción.

-Desde que el doce de Enero de este año de 1810, la Junta inició las órdenes para alojamiento, policía, seguridad, previsión de carros y navíos para trasladarse a la Isla de León desde Sevilla, muchas cosas han pasado, mi querido Diego. Juan Miguel de Grijalva fue el encargado por Pedro Rivero, secretario de la Junta, de buscar los alojamientos y demás espacios libres que encontrara en la Isla para el acomodo de la Junta y de toda su comitiva. Criados, doncellas, servicio privado, secretarios, militares y guardias, un ingente número de individuos para una ciudad ya ciertamente abarrotada ante la ocupación de Andalucía.

Pues bien, se aprobó que el caserío que había pertenecido durante años a la familia Coven fuera el lugar donde se reuniría la Junta, por ser suficientemente espacioso y por contar cerca de este con la biblioteca de la Armada y las oficinas. En estas cuestiones se encontraba la Junta, cuando, como sabrás, el ejército francés logró con muy escasas pérdidas superar los pasos de Sierra Morena y alcanzar las cabezas de los puentes sobre el Guadalquivir. De esto a la caída de Jaén, Granada, Málaga, Antequera y Córdoba a manos de Víctor, fue cuestión de días.

Cuando la Junta abandonó Sevilla los vocales huyeron hacia la bahía de Cádiz; algunos lo hicieron por tierra y otros por el Guadalquivir, de modo que a principios de Febrero pudieran reunirse en esta Isla de León para organizar la apertura de las Cortes, cosa que habían acordado hacer en el mes de Marzo. Mira, Diego, los que se desplazaron por el río no encontraron contratiempos, pero los que lo hicieron por tierra sufrieron graves incidentes, porque fueron amenazados y perseguidos por un populacho soliviantado que pensaba que marchaban a Cádiz con el oro del país, para después huir hacia América. El Arzobispo de Laodicea, presidente; el vicepresidente, conde de Altamira; Antonio Cornel, ministro de Guerra; el marqués de Astorga y Félix Ovalle, todos ellos corrieron inminente peligro de perecer entre las fauces del populacho, capitaneado por su corregidor Merguelina, que no hizo nada por contener el tumulto, aunque sí aparentó querer hacerlo. Muchos culparon como principales organizadores de las revueltas a Palafox y Montijo, que se hallaban presos y lograron su libertad gracias al motín popular.

Cuando las tropas francesas entran en Sevilla a principios de Febrero, en la Isla de león se proclama un Manifiesto del Consejo de regencia de España e India para que todos ocupen una posición de defensa de esta Junta.

La Suprema Junta Central Gubernativa del Reino y, por decreto de este día, resignó el poder soberano y lo transfirió a un Consejo de Regencia de España e Indias con la potestad de ejercer la autoridad suprema en todos los dominios españoles aquende y allende el océano". La primera regencia ha estado formada por: Pedro de Quevedo y Quintano, obispo de Orense; Francisco de Saavedra, consejero de Estado; Francisco Javier Castaños, capitán general del Ejército; Antonio de Escaño, teniente general de Marina, y Esteban Fernández de León, contador general del Consejo de Indias. Pero un levantamiento popular ocurrido aquí en la Isla de León contra los miembros de la Junta Central ha obligado a que se adelantara la instalación de la regencia.

Por más que quisieron frenar los acontecimientos, la llegada de las tropas francesas a la bahía y el comienzo del asedio supuso, además de tu apresamiento, el envío continuo de parlamentos y pliegos de papel exigiendo la rendición de la Isla y de Cádiz.

Hasta aquí la historia es compartida por los días de tu libertad; sin embargo, cuando te hallabas en territorio ocupado, José Bonaparte visitó Puerto Real, Chiclana y el Puerto de Santa María, en un intento de hacer presente el poder omnipotente de Napoleón.

La Regencia, que ha estado hasta Mayo instalada en este colegio de la Compañía de María que vemos desde este lugar donde conversamos, cambió de presidente. El general Castaños fue sustituido por el obispo de Orense, que desde hace dos meses se ha instalado en Cádiz.

Continué escuchando a Vallejo con curiosidad, debido a la concreción con que contaba los hechos, a su facilidad para resumir lo que debió ser un maremágnum de acontecimientos.

-Pues bien, desde entonces, desde el mismo día que se trasladaron aquí, las reales órdenes del Consejo de Regencia no han parado de formular y registrar decretos y normas para el buen desarrollo de las ideas que unos y otros intentan aportar para la mejora del país y para la recuperación de la libertad de la patria. En Marzo, Lardizábal, a cargo del cual estaba el Juzgado de Imprentas, fue obligado a examinar y censurar todas las publicaciones que salían a la luz, en un intento de control por parte de la Junta. Esto ha llevado a la concesión de licencia a Darrac y Daza para la edición e impresión de periódicos nuevos, como el Observador y el Crisol de la Opinión Pública. Del mismo modo en que apenas hace dos meses, a mediados de Junio, se concedió a Gaspar Merino y Manuel Pérez la impresión del Conciso. Como verás, corren buenos tiempos para el periodismo.

Entre estas cuestiones, la normativa sobre reclutamiento, el libre comercio y la orden de votar en las parroquias del mes de Julio pasado, todo queda dicho. Ahora estamos tú y yo, por igual, esperando la celebración de las Cortes que están convocadas para el mes de Septiembre.

Diego de Uztariz.

Continuará

03153017

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios