25 ediciones del 24 de Septiembre: cuando San Fernando inventó una fiesta
Con sus recreaciones, con su Guardia Salinera y con su Premio Las Cortes, la gran fiesta local dedicada a Las Cortes empezó a celebrarse en el año 2001: cumple ya 25 ediciones recordando aquella vez en la que 'España fue una isla'
Fiesta del 24 de Septiembre en San Fernando: todo el programa de actos
En la Nochevieja de 1994 un apagón dejó sin tomar las uvas a los vecinos de Bérchules, un pequeño pueblo de la alpujarra granadina. Así que tomaron la sorprendente decisión de trasladar la celebración al mes de agosto. Se trataba, en principio, de una llamativa reivindicación para denunciar los problemas de suministro eléctrico que el municipio arrastraba desde hacía largo tiempo y que, precisamente, habían propiciado el apagón que los dejó sin celebrar la noche del 31 de diciembre. Pero la repercusión que tuvo aquello –el impacto económico, turístico, mediático...– fue tal que la insólita y extravagante celebración veraniega del Año Nuevo terminó por consagrarse y convertirse en una fiesta por derecho que ha continuado a lo largo del tiempo y que, todavía hoy, sigue dando titulares cada mes de agosto. De hecho, en 2020 fue declarada de interés turístico por la Junta de Andalucía.
No fue exactamente así lo que pasó en San Fernando con el 24 de Septiembre pero el ejemplo resulta de lo más oportuno y viene como anillo al dedo porque ambas fiestas son claramente un invento.
A diferencia de lo que viene siendo habitual con las fechas más señaladas y esperadas del calendario, esta celebración no responde a una larga tradición religiosa, a una herencia cultural o a una costumbre social. Tampoco se copiaron o adaptaron las cosas que estaban de moda o que funcionaban en otros sitios, como pasó luego con el exitoso –y siempre controvertido– Halloween. Para nada.
Aunque aquí se parte de unos hechos históricos muy concretos en los que la ciudad tuvo un gran protagonismo –que lamentablemente muchos habían olvidado– no se puede olvidar que el 24 de Septiembre fue una fiesta creada de la nada, por y para La Isla, a la que se dio forma en un laboratorio de ideas, una celebración gestada 'in vitro' en el propio Ayuntamiento isleño y planificada en su momento con unos objetivos –de ciudad pero también políticos– muy concretos y definidos.
Se buscaba, como siempre se hace con estas cosas, un punto de inflexión que pusiera un nuevo rumbo: repercusión mediática más allá del ámbito local, posicionar a la ciudad con una marca potente y llamativa, impulsar el turismo, el comercio, la hostelería y, de paso, alentar la recuperación patrimonial... Pero todo ello se quería hacer bajo el paraguas –o con la excusa– de reconquistar un glorioso capítulo de la historia en el que San Fernando (entonces la Real Isla de León) lo había sido prácticamente todo: Cuando España fue una isla, que acertadamente recordaba el lema del Bicentenario.
El próximo jueves cumplirá ya 25 ediciones el 24 de Septiembre que se celebró por primera vez en San Fernando recién estrenado el otoño de 2001. Una jornada que se vivió con una enorme expectación, no por el interés que habían suscitado los actos programados ni mucho menos, sino porque nadie sabía realmente qué iba a pasar ese día ni cómo iban a responder los isleños a la convocatoria. Era todo un experimento. Y el resultado, ya lo saben, fue todo un éxito que superó con creces las expectativas y que empujó al Ayuntamiento isleño a seguir adelante con esta historia a lo largo de los años sucesivos.
De hecho, el entusiasmo inicial con el que se vivieron aquellos primeros 24 de Septiembre –y que hoy, lógicamente, se ha diluido con el paso del tiempo a pesar de que la fecha está completamente consolidada– fue uno de los aspectos que más llamaron la atención en aquellos momentos. Así se relata en las crónicas de aquel primer 24 de Septiembre. La calle se llenó de gente. ¡Había colas para entrar en la Iglesia Mayor o el Carmen, como si ambos templos fueran monumentos completamente desconocidos! La participación ciudadana fue insólita, multitudinaria. Hubo una asociación de mujeres a la que, por aquello de Napoleón, se le ocurrió ofrecer degustaciones de tortilla a la francesa y se vio absolutamente desbordada. La fiesta reforzó su vertiente más popular y bares y restaurantes no daban abasto para atender a la clientela. "¿Sabes cómo es el Domingo de Ramos, no? Pues más aún", decía un hostelero al finalizar aquella primera jornada de la fiesta local. Aquel día nació el 24-S. La Isla había creado su propia fiesta.
El Ayuntamiento, por lo que fuera, parecía que había dado con la tecla. Y eso que para hacer sitio a la flamante celebración hubo que sacrificar uno de los dos festivos locales que tradicionalmente se conmemoraba en el municipio: la Romería del Cerro, que en la jornada del 23 de octubre conmemora la festividad de los Copatronos San Servando y San Germán, una de las tradiciones más antiguas de la localidad que pasó a celebrarse el domingo más cercano a la fecha.
Probablemente, el secreto de aquel éxito del 24 de Septiembre radicó en gran parte en que la fiesta se avino desde el principio al gusto de los isleños por disfrutar la calle, pero también a que la fecha venía a refozar cierto hálito de identidad justo cuando la ciudad estaba en horas bajas: pérdida de industria, supresión del servicio militar obligatorio, que había sido un verdadero pilar económico para el municipio durante décadas, una reorganización de las Fuerzas Armadas que implicó la desaparición de varias unidades... El 24 de Septiembre reforzaba los históricos lazos que la ciudad tenía con la Armada y, para orgullo de los isleños, rescataba un glorioso episodio de la historia en el que la antigua villa se había defendido heroicamente durante el asedio de las tropas napoleónicas y había acogido las primeras sesiones de Las Cortes que promulgaron la primera Constitución hasta su traslado a Cádiz, motivado por la misma evolución de la guerra.
Ahí estaban también las dos vertientes que desde el principio caracterizaron al 24 de Septiembre. De un lado, la calle: las recreaciones históricas, las propuestas de ocio, los conciertos y, por supuesto, la gastronomía y la hostelería. Y del otro, la faceta más institucional, que tomó forma con el Premio Cortes de la Real Isla de León a los Valores Constitucionales y a la Defensa de las Libertades Democráticas. El primero fue entregado al Rey, entonces Juan Carlos I (en 2002), lo que fue todo un espaldarazo para el experimento del 24 de Septiembre. No solo afianzó la conmemoración sino que la puso a un nivel hasta entonces inédito en La Isla. La presencia de la Casa Real, de hecho, fue una constante en estos primeros años de trayectoria del 24 de Septiembre, que culminaron en 2010: el gran año del Bicentenario de Las Cortes.
La gran fecha, para la que la ciudad había estado preparándose durante años, dejó buen sabor de boca a los isleños, aunque realmente no alcanzaran a cumplirse todos los objetivos que el Ayuntamiento se había propuesto con la magna celebración. Ciertamente, San Fernando consiguió entonces que se le reconociera el papel que tiene en la historia y en los orígenes del constitucionalismo con un programa de actividades que se prolongó durante todo el año y con una sucesión de actos institucionales de primer nivel que lograron dar a La Isla su sitio. Sin embargo, cuestiones como lo ocurrido con uno de los proyectos estrella del Bicentenario, el Sitio Histórico del Puente Zuazo, que tras una brillante primera fase de rehabilitación quedó nuevamente abandonado, suponen también un estrepitoso fracaso.
A la fiesta, además, después del 2010 le tocó reinventarse para seguir adelante. Y eso no fue nada fácil. Como era de esperar, el entusiasmo inicial empezó a diluirse una vez pasado el Bicentenario, aunque la fecha –eso sí– se ha mantenido firme en el calendario y nadie duda que se ha consolidado por completo. La Isla no ha faltado nunca a su cita con el 24 de Septiembre, es verdad. Pero mantener la fecha en el tiempo y despertar el interés de los ciudadanos supone todo un reto, al que el Ayuntamiento ha plantado cara con dedicatorias específicas de la fiesta cada año, actos lúdicos como este año el concierto de Kiki Morente o contando con invitados de la talla de Joan Manuel Serrat, que en esta edición recibirá el Premio Cortes de la Real Isla de León.
25 ediciones después de aquel primer 24 de septiembre en el que nadie sabía qué iba a pasar no queda otra que seguir apostando por una fiesta inventada, sí. Pero que vino para quedarse.
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