El partido de este próximo sábado (16:15 horas) en el estadio Nuevo Mirandilla frente al Cádiz CF será especial para dos jugadores del Rayo Vallecano, Álvaro García y Salvi Sánchez, que en el conjunto gaditano vivieron un buen momento deportivo y su rendimiento con la camiseta amarilla les valió para fichar por el equipo madrileño para jugar en Primera. Además, la relación entre ambos siempre ha sido extraordinaria y el tiempo les volvió a unir el pasado verano en la capital de España.

Álvaro García llegó al Cádiz CF en el verano de 2015, con solo 22 años, y en las tres temporadas que pasó en el equipo cadista llegó a disputar 125 partidos y marcó 25 goles, siendo un jugador importante tanto para Claudio Barragán como para Álvaro Cervera, los dos técnicos que tuvo. De su mano llegó el ascenso a Segunda A porque el atacante tuvo un papel clave en la temporada y, sobre todo, en la fase de ascenso.

El buen rendimiento en el Cádiz CF hizo que el Rayo se fijara en él en 2018 y su fichaje, cifrado en algo más de cinco millones de euros, fue en ese momento el más caro en la historia del club. Álvaro García vio la oportunidad de crecer en la élite y apostó por el cambio de destino.

En esos tres años en el Cádiz CF, de 2015 a 2018, Álvaro García coincidió con Salvi Sánchez, que en 2022 también fichó por el Rayo tras siete temporadas en el conjunto amarillo, con el que disputó 239 partidos y marcó 26 goles. Otro futbolista determinante en el salto de categoría a la división de plata e incluso a la de oro en 2020.

Al futbolista sanluqueño las lesiones y la enorme competencia en los extremos con Isi Palazón y el propio Álvaro García le están relegando a un segundo plano y, en esta primera temporada con el Rayo, suma 13 partidos oficiales, solo cuatro como titular, repartidos en 333 minutos de juego.

El partido frente al Cádiz CF es muy importante para el Rayo. Suma 34 puntos y su técnico, Andoni Iraola, ha recalcado en numerosas ocasiones esta temporada que la permanencia la cifran en 40. Por ese motivo, este encuentro se antoja como una oportunidad única de dejar prácticamente finiquitado el principal objetivo del curso ante un rival que también tiene la salvación como principal reto. A partir de ahí, desde Vallecas no se descarta en soñar con cotas mayores.