El Cádiz CF se sumerge en un momento muy delicado de la temporada tras arrancar la segunda vuelta con una derrota (2-0) en el terreno del Osasuna acompañada de una imagen más que preocupante. Peor que el varapalo fue el pobre rendimiento de un equipo que no da la sensación de poder salir del laberinto de la zona de descenso. El tiempo pasa y todo sigue igual, con un conjunto amarillo que cotiza a la baja.

Los números destapan las carencias de un Cádiz CF que lo apuesta todo a la defensa y no ofrece argumentos en la labor de ataque, como por ejemplo se vio en El Sadar el pasado domingo 9 de enero. Fue una historia repetida, un resumen de lo que está siendo la campaña 2021/22.

La producción goledora es bastante escasa, son pocas las llegadas con peligro al área contraria y las opciones de arañar puntos dependen en buena medida del funcionamiento del modelo basado en la destrucción.

El problema es que el Cádiz CF juega a desactivar al contrario pero apenas lo consigue. La prioridad es dejar la portería a cero pero a la vista está que no lo logra. Es el segundo equipo que recibe más tantos: 34 en una veintena de partidos, lo que equivale a un promedio cercano a los dos por encuentro (1,7).

El método conservador que sí fue útil en años anteriores se vuelve inservible esta temporada sin que haya una alternativa. que permita aumentar las opciones de pelear por la permanencia en la élite del fútbol español. La consecuencia es la penúltima posición en la clasificación mientras la falta de reacción le impide salir del sótano.

Hay un dato que pone sobre la mesa la ineficacia defensiva más allá de la abultada cifra de goles en contra. El Cádiz CF forma parte del grupo de media docena equipos que menos partidos ha dejado la portería a cero junto con el Barcelona, Levante, Granada, Elche y Deportivo Alavés.

Sólo en cuatro ocasiones ha dejado el arco intacto el Cádiz CF: empates sin goles frente al Barcelona, Valencia y Real Madrid y victoria (0-1) contra el Athletic de Bilbao.

Eso supone que los amarillos han acabado 16 partidos con el balón al menos una vez en el interior de su portería. Si a ello se le une su pobre facturación en ataque, el cóctel da como resultado la candidatura al descenso.