El alga asiática cubre el espigón de Santa María del Mar en Cádiz en el inicio de agosto: "ahí están pudriéndose al sol, apestan"

El alga asiáticano sólo ha echado raíces en La Caleta. Esta mañana, según apuntan algunos usuarios de Santa María en Cádiz, los arribazones también había recalado en el espigón de esta playa traídas por el viento de poniente que ha soplado en la ciudad por la noche. El levante que ha entrado a mediodía puede que ayude a limpiar a lo largo de la jornada los arribazones con los que muchos se han topado al plantar su sombrilla en esta parte de la costa gaditana. Pero más allá de lo perjudicial para el ecosistema autóctono y la propia incomodidad, los bañistas hacen hincapié en el mal olor que desprenden. "Ahí están, pudriéndose al solecito, apestan" comentaba José, un gaditano que se disponía a pasar un día de sábado en el arenal.

Esta macroalga ha protagonizado una invasión sin precedentes en la costa gaditana en la última década. Desde su aparición en 2015 en el Estrecho, el alga asiática se ha instalado de forma permanente en las playas de Caños de Meca, Tarifa, El Puerto y, desde 2023, también en la capital. De hecho, el Ayuntamiento de Cádiz ha retirado un millón y medio de kilos de esta especie desde el pasado mes de mayo, una cifra que expresa la magnitud del problema.

La situación ha llegado a tal extremo que en 2020, el MITECO la incluyó en el Catálogo español de especies exóticas invasoras y en 2022 se presentó una estrategia nacional para su gestión, control y posible erradicación. La invasión del alga asiática está teniendo un alto impacto en el equilibrio natural de los ecosistemas, así como los sectores turístico y pesquero.

La imagen de playas cubiertas de algas no resulta especialmente favorable para la ciudad en una época en la que la llegada de turistas se cuenta por miles. Por tal motivo, el Pleno de Cádiz ha aprobado esta semana por unanimidad instar tanto al Gobierno central como a la Junta de Andalucía a tomar medidas urgentes, al tiempo que reclama financiación para poder afrontar la tarea de limpiar de manera diaria el litoral de las playas de la capital, especialmente la Caleta.