El pacto de Cavada con Cs acaba de cumplir un año, un periodo en el que ese acuerdo que el PSOE alcanzó el 25 de septiembre de 2019 con los dos ediles de la formación naranja –Regla Moreno y Francis Posada– ha marcado inevitablemente la pauta de lo que será el resto del mandato.

Con la mayoría absoluta del pleno y una oposición arrinconada y demasiado fragmentada, el bipartito ha tenido completa libertad para gestionar y desarrollar sus políticas sin impedimento y con bastante tranquilidad; al menos, con toda la que han podido hasta que el Covid hizo acto de presencia hace seis meses.

Nada queda ya de esos sobresaltos que tan a menudo se dieron en el anterior mandato, cuando el gobierno en minoría (de PSOE y PA) dependía siempre de terceros que en más de una ocasión se hicieron de rogar o cambiaron de opinión a última hora. El ejecutivo tiene los votos suficientes para hacer lo que considere oportuno. Y la alcaldesa, Patricia Cavada, ha comprobado lo bien que sienta la mayoría absoluta al frente de un gobierno estable en el que el liderazgo de los socialistas resulta indiscutible.

Aunque eso –por otro lado– le ha merecido también constantes críticas que la tachan de autoritaria y que denuncian la falta de participación y de transparencia por parte de la oposición, que insiste en el ninguneo al que se ve sometida.

Eso, en el reducido ámbito de la política local. En la calle, lo que más ha dolido en este periodo –como pasa siempre que se toca el bolsillo– ha sido la subida del IBI (con un incremento del 6%) y el cobro de las anualidades pendientes de la polémica tasa consorcial.

Claro que en estos meses también han ido al fin tomando forma y haciéndose visibles para la ciudadanía inversiones clave que venían trabajándose desde el anterior mandato: la rehabilitación del Ayuntamiento, que  ha terminado y solo está a la espera del mobiliario y del centro de transformación; la nueva escuela de adultos, que acaba de abrir sus puertas; el Museo Camarón, que finalizado también las obras y se prepara para su inauguración, que previsiblemente se llevará a cabo en unas cuantas semanas...

A este primer año del pacto el bipartito de PSOE y Cs llega también con sus primeros presupuestos recién aprobados –entraron en vigor a finales de julio– y en medio de la incertidumbre generalizada que ha provocado la pandemia del Covid y la crisis económica y social sin precedentes.

A esa coyuntura, precisamente, se ha aferrado la oposición para disparar al blanco y reclamar al gobierno que diera marcha atrás en los presupuestos y, por consiguiente, en las políticas e inversiones que definirán el mandato: la remodelación de la plaza del Rey, el planetario del Barrero, el centro de startups en el edificio de Telefónica...

El gobierno no ha cambiado una coma de dichas cuentas aludiendo a que las inversiones públicas son la mejor herramienta para salir de las crisis y ayudar a reactivar la economía local. De hecho, hasta 19,5 millones de euros dice Cavada que se destinarán a distintos  proyectos en los próximos años. Por otro lado, la alcaldesa se ha esforzado en sacudirse las críticas de la oposición en este sentido al repetir que "ningún isleño quedará atrás en esta crisis". Esta semana daba un dato: desde que se iniciara el estado de alarma se han movilizado 2,3 millones de recursos públicos para hacer frente a cuestiones sociales.