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Feria del Carmen y de la Sal de San Fernando

Un viaje por la historia de la Feria

  • La Feria del Carmen comienza como una Romería en el año 1680

  • A lo largo de la historia ha evolucionando en paralelo a la historia de San Fernando. 

Entrada a la Feria del Carmen por la calle principal, con la portada al fondo.

Entrada a la Feria del Carmen por la calle principal, con la portada al fondo. / Román Ríos

La Feria del Carmen y de la Sal ha ido sufriendo diversas modificaciones a lo largo del tiempo, sin embargo se puede afirmar que es una de las festividades con más historia de la ciudad y la provincia de Cádiz. Carlos Rodríguez Fernández y Juan José Maruri, pioneros en recabar historias de La Isla y amantes de la ciudad son los creadores de El Güichi de Carlos", una página web que, junto a la publicación de diversos libros, han hecho posible que muchos isleños puedan rememorar y conocer la historia de su entorno. En este caso tampoco se les escapa los detalles del origen de la Feria-

Tal y como explican Carlos y Juan, en el año 1680 la congregación carmelitana se pretende establecer en La Isla de León. Todo ello en unos terrenos cedidos por Juan Matheo Amador en la zona del Carmen, colindando con los terrenos del Marqués de Recaño, zona de tránsito para llegar a Cádiz. En estos terrenos se asienta la antigua capilla del Carmen en 1681, actual Iglesia del Carmen. Pero no es hasta el próximo año, en 1682, cuando se realiza una primera procesión y comitiva desde la capilla del Castillo de San Romualdo hasta la recién inaugurada Capilla del Carmen.

Durante el recorrido, los fieles iban lanzando cohetes y tocando música, siendo esta festividad más popular que gubernamental. Dicha romería es la primera manifestación que se tiene de la Feria del Carmen, que se celebraba anualmente en el mes de julio. Esa celebración tenía lugar en una plaza colindante a la capilla del Carmen hasta el año 1834.

Casetas abiertas al paseo marítimo de La Magdalena en 1996. Casetas abiertas al paseo marítimo de La Magdalena en 1996.

Casetas abiertas al paseo marítimo de La Magdalena en 1996. / D.C.

A partir de 1834 se hace por primera vez en la Plaza Mayor, actual Plaza del Rey. Alrededor del Ayuntamiento se establecieron puestos e instalaciones propias de la época. La Velada del Carmen prosigue en la Plaza del Rey (llamada plaza Isabel II) hasta el año 1857, que vuelve a instaurarse la vieja tradición de realizar la festividad en la Plaza del Carmen. Sin embargo, esto dura poco ya que, un año más tarde, las instalaciones volverán al Ayuntamiento y a la calle del Sosiego, actual calle Antonio López, según los datos que aportan Rodríguez y Maruri.

Las revueltas, las guerras y las epidemias impiden que, en muchos años, se pueda celebrar la Feria con total normalidad. Por otro lado, a finales del siglo XIX y con el ambiente político más "estable", algo peculiar en España, se lleva la Feria a la Alameda del General Valdés, hoy Alameda Moreno de Guerra. Todo ello hasta el año 1951, quitando algunos episodios en los que la velada se traslada a otros puntos de la ciudad como la Albina del Puente, el Paseo General Lobo (Glorieta frente a la estación antigua) y el la Albina del Zaporito, de manera excepcional por motivos de higiene y salubridad.

En 1953 se realiza una feria de ganado en la zona de San Ignacio, antiguos manchones de Madariaga. Hasta que en el 1953 se inaugura el Parque Almirante Laulhé. Es en este momento cuando se establece la Velá del Carmen en el conocido Parque de los Patos hasta 1983 que se comienza a celebrar en las salinas de La Magdalena, actual recinto ferial.

Durante este recorrido realizado por la historia de la Feria, estos creadores del Güichi de Carlos apuntan diversos acontecimientos que hicieron que la festividad no pudiera realizarse todos los años con normalidad. Entre esos motivos, se pueden mencionar enfermedades, epidemias y las convulsiones políticas de la inestable historia de España, tale como la Guerra Civil de 1936.

Convulsiones políticas y epidemias impidieron algunos años que la Feria se celebrara

El primer acuerdo gubernamental que se establece para con la Feria es el 19 de julio de 1786, en este momento el Ayuntamiento se hace cargo de la organización de la fiesta. Durante 100 años fue el pueblo isleño el que se organizaba y se encargaba de organizar la festividad.

Por otro lado, cabe destacar un acontecimiento que hace que la festividad se asiente en el imaginario de los habitantes de La Isla y en la provincia de Cádiz. En 1901 es nombrada patrona de la Marina la Virgen de Carmen, además de Patrona de la ciudad. Hasta este año era patrona de la Marina la Virgen del Rosario de Cádiz. Aquí se consagra la Feria, de manera oficial y religiosa, como festividad local, adquiriendo fama y prestigio en todos los puntos de la provincia.

Como se detalla en la anterior cronología, la Feria sufre diversos cambios en el espacio, además de la evolución en la forma de celebrarse y disfrutarla. Desde principios del siglo XX, los isleños festejaban la Feria de un modo peculiar. Las celebraciones y actos programados fueron variados, como música de las bandas en diversos puntos de la ciudad, que acompañaban el baile de los viandantes que se acercaban a las zonas en la que se establecían las orquestas.

En los años 20 de principios del siglo XX, el templete de la Alameda servía de lugar de orquesta principal y en los lugares colindantes se realizaban las carreras de cinta en bicicleta y carreras de cucaña. Cabe destacar el juego del rebusco, que consistía en una mesa llena de serrín en la que el jugador tenía que desenterrar algún objeto, ya fuera de valor o no, y ese era su premio.

El Parque Almirante Laulhé fue escenario de la Feria del Carmen durante más de 30 años

En la Feria de aquellos tiempos, se establecieron días específicos en los que toda la población participaba. En primer lugar El día del Pan, jornada en la que las clases más pudientes repartían hogazas de pan entre los habitantes más necesitados. El Día de reparto de regalos a los niños de los colegio públicos y el Día del Árbol, una jornada donde se promovía la plantación de árboles por la ciudad.

Desde que se establece la Feria en el Parque Almirante Laulhé en 1953, cuentan Carlos Rodríguez  y Juan José Maruri la festividad empieza a coger una forma distinta, sin perder la esencia cultural, popular y religiosa de las jornadas. Comenzaba con la iluminación total del Ayuntamiento a partir de las diez de la noche y finalizaba quince días después. Una vez iluminado el Ayuntamiento, la calle Isaac Peral y las calles que conducían al parque, se iniciaban los festejos. Las bombillas parecían iluminar a los isleños el camino hasta el lugar de la festividad. Una vez en el recinto, el visitante podía disfrutar de puestos de turrones, buñuelos y casetas diversas que montaban asociaciones, empresas y, no tan masivas, cofradías.

La Feria disponía también de los cacharritos como la cunita, además se construye una fuente artística que se iluminaba al mismo tiempo que discurría el agua por los surtidores, en la parte alta del parque Almirante Laulhé.

La primera caseta Municipal se establece en 1953 y tiene un coste, según indica Carlos Rodríguez, de 28.282 pesetas. La Caseta Municipal contaba con grandes artistas del ámbito nacional todos los años. Las corridas de toros también estaban a la orden del día durante los días de Feria de antaño. Hasta hace unas pocas décadas se celebrara en San Fernando un peculiar encierro de toros, denominado popularmente como El Toro del Aguardiente, un peculiar San Fermín a lo isleño que comenzaba a las ocho de la mañana y recorría algunas zonas de La Isla como la calle San Marcos, desde la plaza del Zaporito, hasta llegar a la plaza de toros para prepararlo para las corridas.

La Feria del Carmen ha sobrevivido hasta nuestros días, llenando la vida de los isleños de ilusión, alegría, baile y tradición. Una fiesta de San Ferando en la que han indagado Carlos Rodríguez y Juan Maruri para recoger la historia y las tradiciones de la Feria del Carmen y de la Sal. Solo han seguido el patrón mantenido con otras historias populares y culturales de San Fernando, una muestra de amor y pasión por su tierra y sus habitantes.

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