Feria del Carmen y de la Sal en San Fernando

Sábado, la noche más larga

  • Los encuentros entre familiares y amigos marcan un año más el sábado de Feria

Imagen de la caseta de marcha Cuéntame, del sábado por la noche.

Imagen de la caseta de marcha Cuéntame, del sábado por la noche. / Román Ríos

Como es costumbre, el sábado de Feria está marcado por la gran afluencia de personas que acuden al Real desde la Bahía y parte de la provincia de Cádiz. Este sábado, no iba a ser menos.

El recinto ferial de La Magdalena comenzó a abarrotarse a partir de las diez de la noche, una vez descendió la temperatura. Los visitantes no dudaron en llenar las mesas de las casetas para cenar con la familia y los amigos de siempre. Raciones y platos de siempre fueron servidos junto a la cerveza fresca y el vino de la zona.

Los allí presentes disfrutaron de un sábado de Feria más concurrido que los primeros días de las fiestas. La zona de las atracciones mecánicas no cesaban de recibir a jóvenes y niños, que aprovecharon el fin de semana para disfrutar de las emociones y sensaciones que les puede aportar los cacharritos.

Las casetas de las diferentes hermandades y asociaciones echaban humo. Los isleños no dudaron en entrar en las casetas de siempre con los suyos, aprovechando la venida, incluso, de muchas personas que viven fuera de la provincia y Andalucía que suelen acudir a encontrarse con su ambiente y su familia. Los trabajadores no daban abasto en algunas casetas, muchas de ellas aprovecharon para invitar a algún que otro artista para deleitar a los asistentes con música de siempre.

Las casetas de marcha fueron las que recibieron más público. Hasta las seis de la mañana permanecieron abiertas albergando a todo tipo de visitantes que acudía a disfrutar de la música y de los dj contratados por los organizadores. Previamente, el paseo de la Magdalena albergó a cientos de jóvenes que se reunían, siempre con la vigilancia de los servicios de seguridad, antes de comenzar la fiesta y la noche del sábado en el real.

A lo largo de la madrugada los visitantes iban aumentando, con la llegada de quienes habían disfrutado de conciertos programados en otras localidades. En torno a las dos de la madrugada el recinto ferial de La Magdalena acogió a su máximo público, algo que notaron los allí presentes. Muchos hablaban de la diferencia de público respecto a años anteriores: pudo notarse un descenso de afluencia en comparación con otros sábados de años anteriores. 

Una vez que las casetas se cerraban, el público se agolpaba en los puestos de comida y churrerías típicas de la Feria. 

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