Las playas de Valdelagrana, Victoria y Cortadura tendrán un retroceso de más de 18 metros en 2050

Siguiendo un escenario moderado de reducción de emisiones, el litoral gaditano afronta un retroceso extremo en su línea de costa, de entre 15,86 y 19,36 metros, de aquí a veinticinco años. La costa gaditana será así, después de la onubense, la que sufra una mayor afectación por la subida del nivel del mar y la reducción del ancho de playa. Algunos arenales, de hecho, verán una mordida aún mayor, de entre 18 y 22 metros, como es el caso de la playa de Valdelagrana en El Puerto, la playa de Levante (Bahía de Cádiz), o la Victoria y Cortadura en Cádiz.

Estas son algunas de las conclusiones que se obtienen del informe Destrucción a toda costa 2025: Impactos del urbanismo y del cambio climático en el litoral, hecho público desde Greenpeace, y donde se detallan los impactos del cambio climático y el urbanismo en el litoral de Andalucía. El estudio pone de manifiesto cómo protegernos de los impactos del cambio climático es uno de los principales desafíos sociales, económicos y ambientales a los que se enfrenta el país. Cuestiones como la elevación del nivel del mar, el incremento de la temperatura del agua, el aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, la erosión del litoral y la pérdida de biodiversidad costera y marina son algunas de las consecuencias que ya se están manifestando, de hecho, a lo largo de la costa. Una realidad, apunta la plataforma ecologista, que no está teniendo una respuesta paralela en la gestión.

En el caso gaditano, además de las playas en riesgo extremo de pérdida de línea de costa, se encuentran puntos como Chiclana, Conil, Barbate o Tarifa en los que prevé un retroceso muy alto de la orilla (entre 12,35 m y 15,86 m).

Además, la provincia de Cádiz también cuenta con muchos municipios costeros -siguiendo estas previsiones- expuestos a la inundación permanente debida al aumento del nivel del mar. Los casos más graves serían, en este escenario, los de Sanlúcar, El Puerto, Puerto Real y Chiclana, con riesgo extremo; mientras que la ciudad de Cádiz y Barbate entrarían en riesgo muy alto.

Por otro lado, los humedales costeros andaluces y su entorno, como las Marismas de Isla Cristina, el Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha de Nueva Umbría, el Paraje Natural de las Marismas del Odiel o el entorno de la bahía de Cádiz destacan como zonas especialmente vulnerables por su riesgo de inundación tanto fluvial como marina, al ser zonas bajas y llanas cercanas al nivel del mar.

NUEVOS DESARROLLOS URBANÍSTICOS

El documento destaca también negativamente las reformas legislativas impulsadas durante las últimas dos legislaturas por la Junta de Andalucía, modificando la ley de suelo yrelajando los controles y garantías ambientales para proyectos en lugares emblemáticos. Dentro del marco gaditano, los ecologistas se muestran sorprendidos por los nuevos proyectos en Conil, Tarifa y Chipiona.

Así, en la localidad conileña, la hotelera H10 ha anunciado la construcción de un “complejo turístico hotelero de alta calidad y sostenible” que incluye dos hoteles con un total de 400 habitaciones y un edificio de 18 apartamentos frente a las playas de La Fontanilla y El Roqueo. El proyecto fue incluido en la Unidad Aceleradora de proyectos de la Junta de Andalucía, lo que le ha permitido agilizar los trámites administrativos. Según la alcaldesa de la localidad, aún queda espacio en el municipio para futuras inversiones hoteleras.

En el término municipal de Tarifa, se planifican dos proyectos que ponen en riesgo -según los ecologistas- este tramo virgen de costa, ya saturado de visitantes y cuya población se duplica durante la época estival. La promotora LandCo plantea construir 740 viviendas y 1360 plazas turísticas en el entorno de la N-3409, tras la modificación del Plan Parcial Los Lances10 y que afectaría a espacios protegidos como el Paraje Natural Playa de Los Lances y el Parque Natural del Estrecho así como aumentar la presión sobre los recursos hídricos, ya de por sí deficitarios, tal y como ha alegado AGADEN-Ecologistas en Acción.

Por otro lado, la promotora Altanea planea en el entorno de la playa de Bolonia y El Lentiscal, dentro del Parque Natural de Estrecho, un complejo turístico bajo la etiqueta de sostenibilidad en forma de “glamping”, o lo que es lo mismo, un camping de lujo, en una parcela de 180 hectáreas a 300m de la costa.

Esta misma empresa planea otro glamping en Chipiona en primera línea en la costa de la Grajuela, en un terreno de 50.000 metros cuadrados con alojamientos, instalaciones y beach-club con acceso directo a la playa.

En Costa Ballena se ha construido el complejo de lujo Costa Infinity, con dos urbanizaciones de más de 100 apartamentos y dos hoteles en un total de 91.000 metros cuadrados, con zonas verdes, piscinas de 500 metros cuadrados de lámina de agua, a 200 metros de la playa. Cabe destacar que esta zona de costa está cartografiada como ARPSI (área de riesgo potencial significativo de inundación).