El Alambique
Rafael Morro
Lo que la verdad esconde
Tradicionalmente el negro y el rojo han sido dos colores que han ido de la mano. El primero se relaciona con la noche, los misterioso, el peligro y la muerte; el segundo con la sangre y la pasión. Y de esto último hay mucho en la nueva obra de Clelia Muchetti, Le rouge et le noir, que se inauguró el pasado viernes en la Casa del Reloj.
“Este entorno es mágico”, aseguraba la artista abstracta (que goza de gran reconocimiento internacional) quien ya por segundo año consecutivo expone en esta maravillosa casa, propiedad del arquitecto Honorio Aguilar y la diputada Sol Cruz-Guzmán, ubicada en la calle Cruces con San Sebastián. Color, contraste, arrebato sensualidad y una gran cantidad de ingenio y talento son algunas de las impresiones y emociones que se pueden experimentar al acercarse a la obra de esta italiana, nacida en Brescia, reconocida con distintos méritos como la Cruz de la Orden de la Estrella de Plata, otorgada por el gobierno italiano en el 2005. “Lo abstracto consiste en hacer físico lo metáfisico”, cuenta Muchetti, quien comenzó a pintar desde muy temprana edad. “Es como un intento de plasmar los sentimientos”. Esta dedicación, que hace muchos años no era bien vista por la sociedad (la mujer debía dedicarse a otras cosas que no fueran la pintura) se la debe a su madre, de quien tomó ejemplo, y parece que tendrá futuro con su nieto Carlos, quien también comienza a hacer sus pequeños pinitos en esto del abstraccionismo. Desde entonces ha ido evolucionando en este mundillo, donde comenzó con el hiperralismo. Actualmente Clelia Muchetti se trata de todo un referente mundial que ha expuesto en todo el mundo: desde Bruselas (organizada por el Banco Italiano y presentada por el ministro de Defensa), hasta el Instituto de Cultura de Madrid, pasando por la Fundación Cajasol en Sevilla.
Pero, irremediablemente, el arte siempre llama al arte. Y en esta ocasión dicha inauguración también contó con la actuación en directo de la soprano Rosina Montes y la pianista Alba del Rocío Puerta, quienes interpretaron varias arias inspiradas en la fuerza y garra propios de dicha muestra: Quando Me`n vo (de la ópera de La Bohème), O mio babbino caro, Non ti scordar di me (de Domenico Furnò y Ernesto De Curtis), la Habanera de la famosa ópera Carmen (de Georges Bizet) y El paño Moruno, de Manuel de Falla (a petición popular).
Tras esta maravillosa introducción, el evento continuó con la presentación de Sol Cruz-Guzmán y el almirante Santigo Bolívar Piñero, quien tuvo unas grandes palabras para presentar a la artista.
Clelia Muchetti estaba disfrutando, encantada. La mejor anfitriona que se podría esperar. Ya esta es su segunda vez. Y de nuevo la artista ha salido por la puerta grande.
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