El Cádiz afronta este domingo la visita al Fuenlabrada, en el Fernando Torres a partir de las 12:00 horas, con la seguridad que otorga la extraordinaria marcha que le ha llevado a liderar la Segunda División de manera más que solvente y también con la enorme confianza, igualmente ganada a pulso, de haber saldado de la mejor forma posible los envites ya disputados ante los otros tres recién ascendidos a la categoría de plata, en contraste con lo sucedido en las tres anteriores temporadas con Álvaro Cervera en el banquillo.

En efecto, el equipo amarillo se presentará en tierras madrileñas con un aval, el de contar esta campaña por triunfo cada uno de los encuentros en los que se ha enfrentado a un rival que procede de la Segunda B. Así, en la primera jornada del campeonato liguero, en el Ramón de Carranza contra la Ponferradina, el triunfo se quedó en casa gracias a una celebrada remontada (3-1). En la segunda jornada, a domicilio ante el Mirandés, se acabó con el gafe de Anduva al amarrar los tres puntos con un 1-2. Y en la cuarta, de nuevo fuera, en El Sardinero, el titular de la Tacita se benefició de la reciente entrada en vigor del VAR para encadenar contra el Racing su cuarto éxito consecutivo (1-2), después de batir también como local al Extremadura (2-1).

Sin embargo, lo que acontece este año no ha sido una norma habitual en esta etapa cadista en Segunda. De hecho, en los 22 anteriores choques ante adversarios que acababan de subir, sólo en seis ocasiones los gaditanos inclinaron la balanza a su favor, con un balance en global negativo que incluye además nueve empates y siete derrotas.

En la temporada 2016-17, la del regreso al fútbol profesional, el Cádiz únicamente fue capaz de sumar una victoria ante las otras tres escuadras que le habían acompañado en el salto de categoría, la goleada por 4-1 al Sevilla Atlético en la mejor racha de aquella campaña. Con el filial hispalense en la segunda vuelta se empató (3-3), lo mismo que en los dos duelos con el UCAM (2-2 en Carranza y 1-1 en Murcia), mientras que con el Reus se firmaron tablas en la capital gaditana (0-0) y se cayó en la localidad catalana (1-0).

En la 2017-18 se firmaron los mejores resultados hasta la actual, con alegrías en casa ante Albacete (2-0) y Barcelona B (3-1) y como visitante en León (0-1). Las otras dos citas al amparo de la afición se saldaron con empates ante Cultural (2-0) y Lorca FC (0-0), protagonista en su campo de una dolorosa derrota (3-0) que se unió al 3-1 encajado en la Ciudad Condal ante el filial azulgrana cuando los amarillos luchaban por la fase de ascenso.

La 2018-19 se cerró con los peores marcadores ante recién ascendidos en todo este tiempo, ya que sólo se conquistaron dos triunfos, por la mínima frente al Rayo Majadahonda (1-0) y una inolvidable goleada con remontada sobre el Elche (5-1). En los restantes seis encuentros, dos empates, en Majadahonda (1-1) y con el Mallorca en casa (1-1), y cuatro derrotas, en Elche (1-0), Mallorca (1-0), Almendralejo (2-1) y con el Extremadura (0-1) en una penúltima jornada de triste recuerdo para el cadismo porque prácticamente supuso el adiós al play-off al dejar de depender de sí mismo.

El desplazamiento a Fuenlabrada, pues, puede observarse con el optimismo del precedente más inmediato pero también debe encararse con la cautela de lo que ocurrió en un pasado no demasiado lejano. Ello, claro está, al margen de la prudencia de obligado cumplimiento por el magnífico papel que están llevando a cabo los pupilos de un viejo conocido como Baldomero Hermoso, Mere.