El Cádiz CF se enfrenta al Granada el lunes 13 de diciembre en el estadio Nuevo Mirandilla en el encuentro que clausura la 17ª jornada de Liga.

No es un partido cualquiera para un conjunto amarillo obligado a reaccionar al verse relegado a la zona de descenso.

Dada la situación y el rival que llega al antiguo Carranza, el duelo andaluz adquiere mayor trascendencia de la normal a estas alturas de la temporada, al filo del epílogo de la primera vuelta.

Es una final, no en el sentido estricto de la palabra pero sí por la indudable relevancia de la cita. No es un encuentro definitivo por todo lo que queda, pero sí puede sí puede suponer u antes y después.

Estas son algunas razones por las que partido puede ser considerado como una final:

Hay que frenar en seco una dinámica nefasta: el problema del cuadro de Álvaro Cervera es, con la baja posición que ocupa (la 18ª), adentrarse en una mala racha que puede hundirle aún más. Acumula tres capítulos consecutivos con derrotas, todas con marcadores abultados y dos ante rivales directos en la pelea por la permanencia. Y ahora llegan las urgencias en el choque contra el Granada. Un cuarto revés sería demoledor.

Si en el Granada (15 puntos) subrayan la importancia del envite para tratar de alejarse de los gaditanos (12), para los anfitriones es una ocasión de igualar con los rojiblancos. La cita es aún de mayor interés para los de casa porque necesitan mantenerse a flote y no quedarse más atrás. Perder supondría colocarse seis puntos por debajo del cuadro nazarí. La victoria devolvería el empate a puntos como hace un par de semanas. Carlos Akapo reconoció el viernes que es una final, aunque matizó que todos los partidos son finales.

Puede ser la última oportunidad del Cádiz CF para sumar en la primera vuelta porque los dos partidos restantes para alcanzar el ecuador del campeonato son frente a los gigantes Real Madrid y Sevilla, líder y segundo clasificado. Ganar el lunes 13 es una cuestión vital para al menos llegar a los 15 puntos.

Adversarios de la parte trasera: el Cádiz CF está perdiendo una ingente cantidad de puntos ante los rivales de su Liga que luchan por el mismo objetivo y ahora que tiene a otro enfrente, debe dar un paso adelante y demostrar que es capaz de agarrarse a la categoría. Otro batacazo sería una nueva piedra en el camino.

Prueba de madurez: el partido contra el Granada es un examen para un equipo amarillo abocado a tener que sobrellevar el peso de la presión. La obligación debe ejercer de estímulo y no como elemento atenazante. Es la hora de los valientes.

Ganar en casa: el Cádiz CF aún no conoce la victoria en su feudo esta temporada y los cimientos de la salvación se forjan en el hogar. Necesita más que nunca abrir la cuenta de triunfos en su campo.

El factor anímico: Los estados de ánimo influyen en la vida diaria. Una victoria elevaría la autoestima de los amarillos y aportaría tranquilidad. Lo contrario sería un duro varapalo.

El banquillo: Manuel Vizcaíno confirmó la continuidad de Álvaro Cervera durante la intervención que realizó el presidente en el almuerzo de Navidad del club. Pero a la hora de la verdad, los entrenadores dependen de los resultados. Un triunfo despejaría el camino para las próximas semanas. Una derrota podría complicar la situación.