Noches de paz
Qué debe hacer el Cádiz CF con Brian Ocampo
El comportamiento del uruguayo en el derbi frente al Málaga desata el malestar del cadismo porque el compromiso del jugador no fue el adecuado en un encuentro en el que tocaba tirar de piernas
La fecha de reaparición de Ontiveros en el Cádiz CF
La temporada pasada fue muy habitual que la afición del Cádiz CF señalara de forma clara a aquellos futbolistas que no estaban a la altura partiendo de un mínimo de compromiso. El curso 2024-25 fue, por desgracia, muy habitual ver con la camiseta del Cádiz CF a profesionales que no daban la talla en esa escalada de desaciertos que parten de los responsables de la dirección deportiva. La última campaña resultó tan evidente ese perfil de jugador cuya etapa había finalizado de amarillo, que este verano han ido desfilando por la puerta de salida uno detrás de otro.
Pero en ese trabajo de los responsables del club quedó pendiente esta temporada el caso de Brian Ocampo. Más fuera que dentro al acabar la campaña pasada y en las primeras semanas de pretemporada, el tramo final antes del inicio de Liga y las jornadas celebradas hasta que cerró la primera ventana de incorporaciones, dieron un vuelco a su situación porque abundaron los aspectos favorables sobre los desfavorables del uruguayo. Sin embargo duró eso, unos partidos.
Lo sucedido el pasado domingo en el derbi de La Rosaleda puso de relieve que estuvo lejos, muy lejos, de lo que exige Gaizka Garitano de un proyecto que él ha iniciado desde el principio. Piernas, físico y esfuerzo son conceptos que el vasco venía reclamando desde el curso pasado y que han sido las asignaturas principales este verano. Todos, en mayor o menor participación, entendieron el mensaje. Todos menos Ocampo. Lo de Málaga es para poner el vídeo desde el minuto 64 y que el propio futbolista sea testigo de lo acontecido... por si no se enteró en el césped.
El malestar del entrenador del Cádiz CF debe ser grande con lo sucedido con el extremo porque en su plantilla hay jugadores que todavía no han podido debutar, y otros con cifras menores en cuanto a minutos disputados. Cuesta mucho tener un hueco en este equipo y Ocampo parece no entender que es un privilegiado al haber gozado de minutos en cinco de las seis jornadas. Ni siquiera los dos goles anotados perdonan la indolencia mostrada en La Rosaleda, donde las pérdidas de balón, los fallos en la entrega y los pésimos controles le dejaron retratado como nunca.
Lo vieron sus compañeros, aunque de cara al exterior se haga piña y se tape todo; lo comprobaron el entrenador y sus ayudantes; y fueron testigos en el palco los que al final toman las decisiones. No está reñido ser un dirigente cuestionado con asistir a la triste realidad de ver a ese nivel a uno de los jugadores top.
Lo peor está por llegar porque la afición del Cádiz CF empieza a pronunciarse y, en una cantidad preocupante, no está por la labor de dar nuevas oportunidades al extremo. Es más, la sensación es que cuando vuelva a pisar el césped en partido oficial en el Nuevo Mirandilla, la respuesta de la masa social no dejará indiferente a nadie. Uno de los jugadores llamados a tirar del proyecto es, por el momento, una carga preocupante.
Temas relacionados
6 Comentarios