Cádiz CF

Pulmón incansable

  • La entrada del centrocampista resulta clave en la mejoría del equipo

Garrido hacer ejercicios de fuerza durante un entrenamiento.

Garrido hacer ejercicios de fuerza durante un entrenamiento. / Julio González

El Cádiz CF ofrece señales de mejoría. Una de las claves de la progresión tiene nombre y apellidos: Jon Ander Garrido Moracia. El centrocampista se perdió el comienzo de temporada por unas molestias en un tobillo que arrastraba de la campaña anterior y no pudo entrar en materia hasta la novena jornada de Liga. Su vuelta es agradecida por el equipo y por el entrenador.

Una vez que entró en el terreno de juego ya no ha vuelto a salir. Desde que empezó a participar ha estado todos sobre los minutos sobre el césped que además le resultan muy útiles para coger ritmo de competición. Se estrenó este curso en la visita del conjunto amarillo al Extremadura, un encuentro que el Cádiz tenía controlado -ganaba 0-1- hasta que lo tiró por la borda en dos minutos desastrosos de la segunda parte que propiciaron la remontada de los anfitriones. Pese a la dolorosa derrota, los de Álvaro Cervera dieron ligeros síntomas de mejoría y sobresalió la aportación del medio. Desde el principio aportó la solidez que le faltaba al equipo.

El ex del Barakaldo está considerado un hombre fundamental por el preparador cadista, que no tiene reparos en reconocer el papel fundamental que desempeña el mediocentro. Garrido es un todoterreno que aporta equilibrio en la zona ancha. El paso al frente que da el equipo está directamente relacionado con el ingreso en el once del bilbaíno.

Garrido superó un momento delicado en el Cádiz aquel verano de 2016 cuando acabó su cesión en el Racing de Ferrol, con el conjunto amarillo despojado de la pesada carga de la Segunda División B, recién ascendido y a punto de cruzar la alfombra de su reestreno en la categoría de plata. Cervera apostó con firmeza por la continuidad del medio, que no sólo se adaptó a las mil maravillas a una división completamente nueva para él -nunca había ido más allá del escalón de bronce- sino que además se convirtió en una pieza clave del engranaje. Un auténtico devorador de rivales en el centro del campo.

La buenas sensaciones que empieza a desprender el Cádiz tienen que ver con las prestaciones positivas de Garrido, un pulmón que sabe leer cada momento del partido, hace coberturas a sus compañeros y no se arruga a la hora de meter la pierna. Domina el juego aéreo, su cuentakilómetros no tiene límites, siempre dispuesto a echar una mano donde haga falta. Es la muralla que antecede a la defensa. Garrido no sobresale en la faceta técnica pero esa carencia la convierte en virtud al saber hasta donde puede y debe llegar.

En el envite contra el Lugo alcanzó sus 150 partidos oficiales con el Cádiz. No lo pudo celebrar mejor que con una victoria importante para cambiar la dinámica. Su labor sorda pero efectiva resultó fundamental en el triunfo. Esta semana, si no es contra el Espanyol en la Copa del Rey será frente al Elche en la Liga, empezará su tránsito hacia los 200 partidos como cadista que si no surgen contratiempos cumplirá la próxima campaña porque le queda contrato hasta el 30 de junio de 2020.

Garrido es el futbolista de la actual plantilla como más partidos disputados con el escudo del Cádiz. Le siguen Alberto Cifuentes con 138, Servando con 132 y Salvi con 125. Son los únicos que sobrepesan el centenar de encuentros como cadistas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios