Mamadou Mbaye fue la gran sorpresa en la alineación del Cádiz CF en el encuentro contra el Barcelona. El defensa central desbancó a otros competidores para estar de inicio junto a Luis Hernández. El canterano fue una de las decisiones más llamativas el pasado verano cuando el club decidió que ocupara ficha del primer equipo. Un zaguero con muy buenas condiciones que llevó a cabo una destacada pretemporada. Aunque debutó con el Cádiz en Copa del Rey en Pontevedra (0-0), en la 2020-21, su estreno en Primera División tuvo lugar contra los azulgranas.

Con Juan Cala lesionado, Sergio González contaba con cuatro centrales para dotar el centro de la defensa. Luis Hernández partía con muchas opciones de estar entre uno de los dos elegidos -como así sucedió-, mientras que el otro se lo sorteaban, a priori, entre Fali y Víctor Chust. Sin embargo, el entrenador del Cádiz CF sorprendió otorgando la responsabilidad a Momo Mbaye, por delante de otros jugadores asentados en el primer equipo.

Lo cierto es que el senegalés no desentonó y en más de una ocasión salió de forma aseada al cruce, además de imponerse por arriba como una de sus principales características. El potencial del Barça acabó pasando por encima de Momo y del resto del equipo hasta el 0-4 final.

La cuestión radica ahora en saber si la decisión de Sergio González ha llegado de manera puntual o a través del convencimiento de que el canterano está ahora mismo mejor que otros compañeros de demarcación. La cita en Valladolid es muy compleja por todo lo que rodea al Cádiz CF, ya que se trata de un adversario muy inferior al Barcelona. Con el equipo en el fondo de la clasificación y sin estrenar el casillero de puntos ni el de goles a favor, en Pucela habrá mucho en juego porque, según lo que suceda en ese encuentro de la sexta jornada, no hay que descartar que se empezara a dudar en cuanto a ejercutar algún giro de timón que, en la mayoría de las casos ante estas situaciones, afecta al entrenador.

Si Momo Mbaye vuelve a ser titular en Zorrilla, la lectura será que la confianza del técnico está en este futbolista por encima, por ejemplo, de un Víctor Chust por el que este verano se realizó un desembolso económico para tenerle en propiedad. Es el momento del africano, de demostrar que puede tener sitio más allá de estar en algunas convocatorias. Otra cuestión es que para un debutante en la elite sea lo más adecuado fajarse con un equipo que acumula los peores datos de la Liga en los útimos años.

Momo aterrizó en el Cádiz CF para la temporada 2017-18, para unirse a un filial que entonces estaba en Tercera y que contaba con la dirección de Mere Hermoso. La primera vuelta de senegalés llamó poderosamente la atención. Fue el segundo jugador más utilizado por el entrenador portuense en ese periodo y, pese a ser defensa, anotó dos goles.

Sin embargo, todo cambió cuando el pubis empezó a darle problemas y pasó más tiempo en la enfermería que en el césped de un equipo que finalmente se proclamó campeón del grupo X de Tercera.

Después de su marcha el verano siguiente y de varios problemas burocráticos que afectaban a la propiedad de sus derechos federativos, en 2019 regresó al Cádiz CF y empezó a entrenar con el filial a pesar de no contar con licencia. Poco a poco fue recuperando protagonismo hasta que en la temporada 2020-21 realizó su debut con el primer equipo en Copa del Rey como titular frente al Pontevedra, además de los 13 encuentros que acumuló con el segundo equipo en Segunda RFEF, que no fueron más por problemas físicos.

En la actual pretemporada ha estado a las órdenes de Sergio González en los entrenamientos y en la concentración efectuada en la Costa del Sol, por lo que ha sido habitual verle en los amistosos. Disputó cinco de los seis que jugó el equipo; estuvo en todas las citas menos el día contra la UD Las Palmas.

En Sevilla, con motivo del Trofeo Antonio Puerta, el defensa africano jugó como titular y fue el único integrante del Cádiz CF que estuvo los 90 minutos sobre el terreno de juego.