Tito Valencia
La personalidad de la ciudad
Quizás es impresión, pero parece que de todos los proyectos de la reforma integral del Parque Genovés que esperan abriendo la boca a que se vaya acercando 2026 (¡el horizonte!), el de la pérgola de Santa Bárbara es el más olvidado. Sin embargo, el mirador al que da pena mirar se levanta en toda su negritud para destapar nuestras vergüenzas (nuestra poca vergüenza) desde hace ya cuatro años. Ni los mandatarios anteriores, que vieron cómo ardía la infraestructura que nunca les gustó pero que tampoco demolieron; ni los de ahora, que apenas dan pasos sobre esta herencia maldita, e inservible, de los tiempos de Teófila Martínez, se movieron ni se mueven para acabar (ojalá, diosmiodemialma) hasta los cimientos con un mamotreto absurdo que impide una armónica conexión parque-paseo, ni para porporcionarle una vida digna. Sólo miran, callan y miran.
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