Dos lanchas repletas de gasolina cruzan Sancti Petri mientras el petaqueo campa a sus anchas en Cádiz
Imágenes de vídeo grabadas en la madrugada de este martes muestran a embarcaciones cargadas de bidones rumbo a abastecer narcolanchas
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La escena dura apenas unos segundos, pero deja poco margen a la interpretación. En un vídeo grabado esta madrugada —la de este martes, 2 de diciembre— en los caños de Sancti Petri, en Chiclana, pueden verse dos embarcaciones navegando a oscuras, repletas de bidones de gasolina, rumbo a mar abierto. Según confirma a Europa Sur un contacto de la Guardia Civil, se trata de petaqueros, barcos dedicados a suministrar combustible a las narcolanchas que operan en la provincia de Cádiz y el estrecho de Gibraltar.
El vídeo, que acompaña a esta información, vuelve a poner el foco en una actividad que no solo no cesa, sino que parece multiplicarse en las últimas semanas.
La misma fuente apunta que, durante esa misma noche, también se produjeron avistamientos de embarcaciones sospechosas en el río Guadalete, otro de los corredores habituales del narcotráfico. Paralelamente, en la zona de Roche (Conil de la Frontera), la Guardia Civil intervino una furgoneta cargada con centenares de petacas, listas para abastecer nuevas operaciones en el litoral.
Por el momento, no se han producido detenciones vinculadas a ninguno de estos hechos.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denuncia la situación sin rodeos. “Continúa el buffet libre para las organizaciones criminales y la inoperancia de las instituciones, que prefieren mirar hacia otro lado”, lamenta un portavoz consultado por este medio.
Según explica la AUGC, el procedimiento es tan sencillo como eficaz: las narcolanchas esperan a kilómetros de la costa, ya en alta mar, mientras estas pequeñas embarcaciones recreativas —perfectamente legales— les hacen llegar el combustible sin necesidad de aproximarse a tierra.
Los llamados petaqueros son botes discretos, rápidos y difíciles de detectar. Al operar con embarcaciones de recreo o de pequeño tamaño, se confunden con la enorme cantidad de tráfico marítimo que circula a diario por la costa gaditana, lo que complica enormemente la labor de vigilancia. “Son embarcaciones pequeñas y ágiles. En más ocasiones de las que quisiéramos, nuestras patrullas quedan en tierra, impotentes, viendo pasar a los petaqueros cargados de gasolina y víveres”, denuncian desde la AUGC.
El fenómeno, subrayan, continúa creciendo y exige recursos específicos para combatir una logística delictiva que se adapta con rapidez y aprovecha las lagunas normativas y operativas.
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