Historia de una epidemia

Narcotráfico

La farmacéutia Purdue inundó el mercado de OxyContin con mentiras y una gigantesca campaña de marketing para que los médicos lo recetaran en grandes cant

agencias Dos personas se cubren para consumir fentanilo en una calle de Tijuana (México).

Ha llegado el momento de redefinir la naturaleza del dolor. La comunidad médica estadounidense lleva demasiado tiempo ignorando el dolor crónico, y esa actitud ha creado una epidemia de sufrimiento. Cuando vivimos con dolor, no vivimos nuestra verdadera esencia, no vivimos nuestro mejor yo, ni siquiera vivimos, porque el dolor rebasa nuestra capacidad de pensar, sentir… incluso amar.

Así arranca la serie Dopesick: Historia de una adicción, un magnífico retrato de cómo se inició la llamada epidemia de los opiáceos que está causando decenas de miles de muertos cada año. El actor Michael Stuhlbarg encarna en la serie producida por Disney a Richard Sackler, hijo de Raymond y sobrino de Arthur, el patriarca de la farmacéutica Purdue y auténtico visionario del marketing en la medicina.

Porque para entender cómo se ha llegado a la situación actual hay que aceptar que los narcotraficantes mexicanos tuvieron un gran aliado en esta poderosa familia de filántropos americanos cuyo apellido puede verse en algunos de los principales museos del mundo. Sobre el año 1986 los Sackler entendieron que al caducar la patente de su medicamento estrella, el MS Contin (morfina), que aportaba el 25% de sus beneficios anuales, sufrirían graves pérdidas. Por ello no sólo decidieron crear un fármaco más potente, el OxyContin (hidrocloruro de oxicodona) sino poner en marcha una agresiva campaña de marketing para que los médicos lo recetaran como tratamiento del dolor moderado.

La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos por sus siglas en inglés) redactó una etiqueta en la que, pese a considerar al OxyContin dentro de los narcóticos grupo 2, reconocía que sólo provocaba un 1% de adictos. Para terminar de convencer a los médicos de las bondades de la nueva pastilla mágica les regalaron viajes en hoteles de cinco estrellas para mostrarles su fabricación, regalos caros, cenas en restaurantes de lujo y todo tipo de atenciones. Se centraron sobre todo en zonas mineras, como Virginia, madereras, como los bosques de Maine o agrícolas como Kentucky. Allí, en la América profunda, con miles de trabajadores doloridos, el OxyContin extendió sus alas e inició su vuelo de muerte.

Según consideró un juez de Nueva York, que impuso a la farmacéutica el pago de 4.500 millones de dólares en 2021, Purdue ocultó con alevosía la enorme dependencia que generaba el fármaco, que empujó a miles de pacientes a la muerte y a otros tantos al mercado negro cuando las recetas dejaron de ser prescritas. Según una auditoria encargada por la farmacéutica, la familia Sackler retiró unos 10.700 millones de dólares de la empresa mientras era acusada de haber provocado la crisis sanitaria. La prensa estadounidense asegura que el dinero lo transfirieron a fideicomisos familiares o empresas en el extranjero. Algunos de los museos y las universidades que recibieron sus aportaciones incluso han hecho desaparecer el nombre de sus edificios.

El uso reiterado de fentanilo provoca cambios cerebrales debido a que cada vez se requiere una dosis mayor para obtener el beneficio deseado, por lo que, tarde o temprano, los adictos acaban sufriendo una sobredosis.

España es actualmente el tercer país del mundo en consumo de fentanilo, sólo superado por EEUU y Alemania, aunque prácticamente la totalidad de su producción es recetada por médicos que deben pasar severos controles. Pese a todo, conviene estar alertas.

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