Jesús Andrades
Ha nacido el Niño Dios
Nunca llegó a imaginar que la semilla que plantó iba a convertirse en un árbol fuerte y robusto, con raíces profundas, que medio siglo más tarde sigue dando frutos. Fue el primero en España que utilizó el teatro como una medio didáctico. Con su grupo de estudiantes (que a lo largo de los años ha tenido varios nombres hasta desembocar en Balbo) pudo demostrar que el mundo grecolatino es la base de todo lo actual. Y ahora Emilio Flor recibe el Premio Nacional Promotor de los Estudios Latinos 2026. "¡Son muchísimos años dedicados al teatro grecolatino como medio auxiliar de la enseñanza!", exclama el profesor quien se ha mostrado tremendamente ilusionado con la noticia. Este galardón, otorgado por la Sociedad de Estudios Latinos, tiene como fin reconocer la labor de personas y entidades cuyo labor destaca por "su actividad a favor de los Estudios Latinos". Y es incuestionable que de eso Flor sabe mucho.
Corría el curso 1974-1975 cuando Emilio Flor tuvo la idea que marcó el inicio de todo. Aún faltaba casi un año para la muerte de Franco y Emilio ya daba clases de Latín en la Universidad de Sevilla (US). "Entonces los profesores de Latín traducíamos y declinabamos verbos", explica el catedrático. Por aquel entonces el Latín aún tenía un peso importante en los programas de estudio y con bastante frecuencia esta asignatura "que es la base de la poesía, de la literatua y el pensamiento", se convertía en la piedra del zapato de muchos estudiantes que no sabían Latín y "que tenían que estudiar o aprender a Plauto" para poder aprobar y acabar la carrera. "Yo era profesor no numerario, el más joven, y entonces me daban aquellos grupos que nadie quería", recuerda emocionado. Ante este panorama se encontró Emilio Flor cuando se puso ante grupo de estudiantes, "muy heterogéneos, algunos más mayores que yo", a los que solo le faltaba el Latín para poder acabar la carrera. "Había personal de Iberia, azafatas, muchas chicas... ¡Incluso Alfonso Guerra fue alumno mío!", recuerda Flor quien no se limitó al boli y al papel. ¿Cómo podía hacer que aquel grupo aprobase? Demostrando con el montaje de Aulularia y Miles Gloriosus que "la literatura grecolatina impregnaba todo el conocimiento". Junto a él estuvo Ramón Resino, alumno fundamental en esta tarea que se vio realizada precisamente en la Casa de la Cultura de El Puerto. A lo largo de los años esta actividad se convirtió en una gran aventura que más tarde saltó a los institutos portuenses y que se convirtió en modelo a seguir en otros lugares. Tuvo varios nombres; pero lo más importante es que con ella se inició el grupo de teatro Balbo. El resto ya es historia.
"El premio no corresponde solo a Emilio Flor. El premio corresponde a amigos mios que me ayudaron, a los ciento de estudiantes de secundaria y bachillerato que hacen que el Latín sea fructífero; pero sobretodo el premio es de Mari Carmen, mi mujer, a la que le robé mucho tiempo", asegura Flor. "Ella me dejaba ensayar viernes y sábado. Le quité mucho tiempo; o bueno, quizás mejor dicho ella me lo dio a mí para que yo me realizara".
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