Al baile, Griezmann y Gameiro
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El Atlético no da opción al Valencia y retiene la cuarta plaza al son de sus puntas franceses
Dos goles de Griezmann y uno de Gameiro solventaron un triunfo indispensable del Atlético, contundente en el juego y en el marcador, y retomaron la cuarta plaza frente al Valencia, doblegado sin discusión en el Vicente Calderón.
El conjunto rojiblanco fue superior y práctico. Tenía muy claro qué quería y cómo buscarlo. Lo encarriló muy pronto, en el minuto 9, lo sentenció nada más comenzar la segunda parte y tuvo oportunidades para una goleada mayor, sin respuesta de su rival, derrotado y sin una ocasión clara en los más de 90 minutos de duelo.
Le ganó sin dudas el Atlético, que no jugaba sólo contra el Valencia. También contra la presión por detrás de la Real Sociedad y el Villarreal y la irregularidad que ha mermado sus aspiraciones en esta Liga. Variado el objetivo, fuera de la Liga y alejado del tercer puesto, el equipo rojiblanco enfoca ahora a la cuarta plaza. De nuevo es suya, desde el estupendo contragolpe que lo puso en ventaja con una ejecución imparable de Koke y Griezmann. El primero como conductor y sensacional pasador; el segundo por su fenomenal desmarque diagonal y su certero zurdazo para batir a Diego Alves.
Los dos al mismo compás, milimétrico, en una conexión perfecta que abrió el camino del triunfo para el equipo madrileño, impulsado por un Griezmann de alto nivel en todo, en la conducción, en el regate, en el pase, en el desmarque, en defensa y casi siempre presente en cada acción de ataque que propuso el Atlético. Muchas veces al contragolpe, la destreza que provocó el primer gol y la que desarrolló casi siempre en el primer tiempo. Porque el conjunto visitante fue insustancial con la pelota. La movió mucho en su centro del campo, con combinaciones sin riesgos, en pocos metros, con un ritmo cansino, alejado siempre del área de Oblak y frenado cuando llega el momento de verdad de crear la ocasión. De ahí no pasó, incapaz de superar la defensa rojiblanca.
Ahí se cruzó la zaga atlética, atenta, concentrada y más contundente de lo que ha sido últimamente en su área. Unas veces Savic y otras Lucas Hernández, novedad ayer, un magnífico central y seguramente el que más en forma está en el Atlético, pero, a la vez, el que dispone de menos minutos.
La consecuencia fue que el Valencia no contó ninguna oportunidad al descanso, apenas dos remates tan desviados como intranscendentes de Zaza, y que Oblak no tuvo ninguna exigencia. Su primera parada fue superada la media hora con una intervención fácil. La siguiente fue en el segundo tiempo, ya con 2-0. Nada más de los visitantes. No le dio para debatir nunca el triunfo del Atlético, mucho menos después, cuando la simple puesta en escena del segundo tiempo intuyó otro gol del Atlético. A la primera, el toque de Mangala desvió lo justo un tiro de Yannick Carrasco; a la segunda, la intervención del central fue insuficiente para cortar el tiro con el interior del pie derecho de Gameiro: el 2-0, en el minuto 47.
En la jugada tuvo mucho mérito Filipe Luis, lanzado hacia el área contraria para cedérsela al delantero francés, que apuntaló la victoria del Atlético, incluso corta instantes después porque Alves salvó el 3-0 ante Griezmann y porque el propio Gameiro se durmió con todo a favor tras un horrible despeje hacia atrás de Enzo Pérez.
La respuesta del Valencia fue una vaselina de Munir. Nada más. Y nada inquietante para el Atlético, que encontró todas las facilidades del mundo y transformó en el tramo final un triunfo cómodo en una goleada incontestable con el 3-0 de Griezmann ante Alves.
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