CÁDIZ | guadalajara

Un triunfo a fuego lento (1-0)

  • Buen comienzo liguero en Carranza del equipo amarillo, que se impone con sufrimiento al Guadalajara. El gol de Andrés Sánchez salva un partido pobre y con luces y sombras

El Cádiz obtuvo ayer algo más que tres puntos. Logró la primera victoria de la temporada y evitó un arranque equivocado ante sus seguidores. Cosas por mejorar y corregir, decenas, pero parece que se está ubicando en el camino correcto y de equipo serio para no hacer el ridículo de la pasada temporada. Ayer sacó adelante una prueba comprometida ante un Guadalajara que era un melón por calar. Los alcarreños están llamados a pelear por el mismo objetivo, pero se encuentran en desventaja por haber iniciado el proyecto tres semanas más tarde que el resto por aquello del descenso administrativo. El que tuvo ayer un ascenso, pero deportivo, fue el Cádiz. Un ascenso para creer en lo que se hace y corregir defectos con los puntos en el bolsillo, que siempre es más fácil.

El primer periodo comenzó con detalles parecidos al choque en San Fernando; el Cádiz llevaba la iniciativa y trataba de hacerse fuerte en la zona ancha. Sin embargo, las primeras entregas de balón fueron erróneas y costaba darle ritmo y velocidad al juego creativo. No era una carta de presentación para entusiasmar ni el mejor reclamo para que la afición estuviera plenamente orgullosa de lo que contemplaba. Agné, con dos líneas de tres por delante de la defensa en algunos momentos, comprobaba desde su lugar de sancionado en la grada que las cosas iban peor que en el Estadio Iberoamericano. Faltaba algo o mucho, quien sabe.

Todo ello con un Guadalajara marcado por las esperadas limitaciones de un equipo medio apañado que necesita tiempo y quizás más refuerzos, pero que en el primer tiempo aguantó el tipo y con el paso de los minutos se fue creciendo hasta buscar la portería de Alejandro. ¡Ay, Alejandro! En el primer tiro a portería repitió las manos de trapo del día del debut y el balón se le escapó con la fortuna de que se fue a saque de esquina. El run run en la grada estaba garantizado. Pero antes de que Javi López se percatara de ese problema del meta cadista, Kike Márquez probó en dos ocasiones casi seguidas con lanzamientos lejanos que llevaban muy buena intención pero que no lograron su objetivo, en una de ellas por la buena intervención del excadista Álvaro Campos, que dejó esta vez su mejor versión.

Las cosas para el equipo amarillo no estaban bien pero cuando se produce esta circunstancia se puede ir a peor o mejor, quien sabe. El asunto es que Perico, el jugador llamado a poner las mayores gotas de calidad esta campaña, se tuvo que retirar pasada la media hora con síntomas de sufrir problemas físicos. Era el gemelo. Sin el malagueño ni el sancionado Kike López, todo esto era sinónimo de problemas en una plantilla que Agné se ha encargado de advertir que es corta.

El primer tiempo se despidió con un susto en la portería de Álvaro Campos, que tuvo en el viento a su principal enemigo y en el larguero a su salvador; y con un testarazo a nada del alcarreño Quique que demostró que en un verano seco y caluroso la pólvora estaba mojada. Como las ideas del conjunto cadista en un primer acto para olvidar, cuya lectura condujo a muy pocas cosas positivas.

Y después de casi sestear durante un periodo, a partir del minuto 55 llegaron los minutos mejores de los propietarios del campo como consecuencia de una doble ocasión en botas de Kike Márquez. La primera, tras una dejada de Airam -enorme el trabajo realizado aunque ayer no tuviera gol- que recibió un pase de lujo a cargo de Josete, pero que le tapó Espín; y la segunda, en un tiro raso que rechazó Álvaro Campos y envió Moyano a córner cuando Airam esperaba con la caña preparada para enchufarla. Sin embargo, esos minutos se esfumaron rápido y el duelo y el Cádiz volvieron a ser tediosos. Sólo un golpe de acierto o un error del adversario podían cambiar el signo del encuentro para los cadistas, hasta que se unieron estos dos aspectos. Andrés se plantó en la línea de fondo y centró raso como otras tantas veces, si bien el despeje alcarreño fue malo y la recuperación del ex del Melilla, perfecto, a lo que hay que unir su tiro con la pierna menos buena, la derecha, que superó a Campos y la barrera psicológica de evitar un mal sabor de boca en el estreno en Carranza.

Con el uno a cero el juego permitió más concesiones al Cádiz porque el Guadalajara adelantó líneas y dejó de ser tan férreo en defensa. Y la tuvo en una falta que salvó Nafti. Ahí quedó el cuadro visitante debido a sus pocos argumentos ofensivos en el segundo tiempo y a su esperado bajón físico. El choque estaba para ser inteligentes, tenerla en la zona de creación, abrir a las bandas y buscar esos nuevos espacios y la chispa de Gato para sentenciar, que lo pudo hacer el ex del Loja. Con el debutante Alberto en el campo, el camino estaba señalado para asegurar la primera victoria de las muchas que necesita este equipo para volver a ser lo que era.

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