Cádiz CF

Los errores de Gil Manzano que condenaron al Cádiz CF ante el Atlético

  • Sin los fallos del colegiado quizás el resultado hubiese sido otro

Jugadores de los dos equipos rodean al árbitro tras el penalti de Koke que al final no se lanzó.

Jugadores de los dos equipos rodean al árbitro tras el penalti de Koke que al final no se lanzó. / Lourdes de Vicente

El Cádiz CF compitió de tú a tú con el Atlético de Madrid pero el líder impuso su ley en el estadio Carranza. Perdió 2-4 en el estadio Carranza pero mereció al menos sumar un punto. El resultado quizás hubiese sido otro con un poco de justicia sobre el terreno de juego. El árbitro del encuentro, el extremeño Jesús Gil Manzano, perjudicó con sus decisiones al conjunto amarillo, que no fue inferior al líder. Jugar en un partido contra el rival más fuerte de la Liga y el árbitro fue demasiado para los de Álvaro Cervera.

Las jugadas polémicas que determinaron el desarrollo del partido cayeron del lado del poderoso y en contra del equipo pequeño. Así fue imposible que el Cádiz CF optara a un punto pese a hacer un buen partido. La interpretación de cada jugada fue siempre en beneficio de los rojiblancos. El Atlético es principal candidato al título por su potencial y por el tufillo que dejó a su paso por Carranza de equipo protegido.

En la acción previa al 0-1, Juan Cala fue objeto de falta no señalada por el colegiado, que un segundo después sí pitó una posterior sobre Joao Félix que Luis Suárez transformó con maestría. Si el árbitro hubiese cortado en la primera infracción, lo demás habría sobrado. La interpretación fue favorable a los colchoneros y contraria a los amarillos.

Con 1-2, justo antes del descanso, Alberto Perea se internó dentro del área, soltó el balón y éste tocó en la mano de Koke. El capitán del Atlético se lanzó al suelo y utilizó el brazo para interceptar el esférico e impedir su avance. No necesita apoyarlo pero lo hizo. Se valió de su brazo para defender aunque lo tuviese apoyado en el césped. Penalti como una catedral señalado en primera instancia por Gil Manzano, que poco después rectifica tras revisar la jugada en el monitor. Cambió la interpretación, una vez más en contra del modesto y a favor del poderoso.

La normativa recoge que si la mano está apoyada en el suelo y el jugador no hace un movimiento intencionado para interceptar el balón, sino que usa el brazo para mantener equilibrio, no habrá infracción. Pero no fue eso lo que sucedió. Koke se valió de su brazo para impedir que el balón siguiese su curso.

Con 2-3 en plena recta final, el Cádiz CF buscaba el empate frente a un Atlético que aprovechó un saque de banda para marcar marcar el cuarto. El cuadro rojiblanco sacó de banda desde un lugar indebido, mucho más adelantado de lo que le correspondía, por lo que el gol no debió subir al marcador y se tenía que haber sacado de nuevo de banda. Fue una jugada que pasó inadvertida, pero de nuevo se vio perjudicado el equipo amarillo.

Las decisiones sobre las jugadas polémicas fueron siempre a favor del grande y en contra del pequeño. Una cosa fue el resultado definitivo y otra lo que sucedió en realidad, pero esa realidad nunca quedará reflejada en el marcador.

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