Hace justo un año el Cádiz CF aguardaba al inicio de Liga, también como local en el Nuevo Mirandilla (antiguo Carranza), con siete fichajes cerrados y a la espera de dos incorporaciones más. Hace un año la puerta del club no paró de moverse para renovar el grupo de futbolistas que debía conducir el segundo proyecto. Hace un año existía una mayor ilusión en materia de incorporaciones -al menos en el número- si bien se descolgaban dudas razonables sobre el rendimiento de algunas de ellas. Hace un año...

Han transcurrido 12 meses y en poco se parece lo del presente verano al de 2021, el último encabezado por Álvaro Cervera como entrenador. A dos días del estreno en Liga el año pasado -en el Nuevo Mirandilla (antiguo Carranza) ante el Levante-, el Cádiz CF presumía de siete fichajes para buscar la permanencia por segunda temporada consecutiva. Llegaron nuevos al vestuario Haroyan, Arzamendia, Víctor Chust, Martín Calderón, Tomás Alarcón, Álvaro Jiménez y Milutin Osmajic.

Las siete novedades tampoco eran nombres que elevaran el nivel de entusiasmo a cotas insospechadas, pero la gente pedía cambios y el Cádiz CF se los dio de manera importante. Sin embargo, un año después poco o nada tiene que ver aquello con lo de ahora. Awer Mabil y Joseba Zaldua son los rostros nuevos en el vestuario, ya que se ha logrado la propiedad de tres futbolistas (Víctor Chust, Rubén Alcaraz y Fede San Emeterio) pero que ya fueron amarillos la segunda mitad de la pasada temporada.

Parece que esta vez la calidad de los nombres ganan el pulso a la cantidad, si bien es obvio que en el vestuario se necesitan otros elementos para que suba lo necesario el nivel del plantel.

Hay una coincidencia en cifras del año pasado a esta altura respecto al día de hoy. En víspera del debut liguero, desde el Cádiz CF se dejaba entrever en 2021 la posibilidad de efectuar dos fichajes más y realizar dos descartes. El verano pasado se buscaba un extremo izquierdo y un delantero, y ahora se mantiene lo del extremo pero la otra plaza apunta al centro del campo.

El cierre del mercado estival del curso pasado dejó como extremo a Rubén Sobrino y como atacante a Florin Andone; el de ahora aún no se sabe quién será el extremo y el centrocampista. Y como descartes, el último día del plazo se fue cedido Jorge Pombo al Oviedo y el club dio la carta de libertad a Filip Malbasic. Todo ello con la posibilidad de que Iván Alejo pillara una puerta para escapar del calvario en el que se había convertido su protagonismo con Cervera como entrenador. Al final el vallisoletano se quedó y su papel terminó siendo clave.

Hace un año Cervera utilizó a cinco de siete fichajes en el estreno en Liga. El ex técnico dio minutos en el empate ante el Levante (1-1) a Haroyan, Víctor Chust, Tomás, Osmajic y Álvaro Jiménez. Si nada cambia antes, este domingo Sergio González podrá mostrar a los seguidores dos rostros diferentes: Mabil y Zaldua.

Un año después Martín Calderón debe ser el siguiente en salir tras hacerlo esta semana Osmajic. No hay que descartar que Pombo repitiera experiencia de irse a préstamo, mientras que parece cada vez más claro que Álvaro Giménez ha convencido a Sergio González para ser una de las alternativas en la delantera.

Y, por último, una gran diferencia de agosto de 2021 con el de 2022: la afición. Hace un año la masa social -además de que no podía entrar al 100% y era el encuentro de su regreso a las gradas tras la etapa más agresiva de la pandemia- mostraba mayor conformismo con los refuerzos pero desde el convencimiento de que se acertaba. Visto el sufrimiento de la temporada -con caída de Cervera incluida- y la escasez de fichajes, la masa social se sube por las paredes, a lo que ayuda el precio de los abonos, la polémica activación de los carnés, el estado de los aseos del estadio, los tapones con los tornos en los accesos del campo durante el Trofeo Carranza...

Pero queda la ilusión porque esa va en e ADN del cadista, que 'traga' por todo con tal de estar junto a su equipo en Primera, Segunda o Segunda B, pero como por suerte es en Primera, pues mucho mejor. Ya se sabe, la ilusión ni tocarla.