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Cádiz CF - Osasuna, el trago de la Copa eleva la presión

Brazos en jarra de Negredo mientras los jugadores de la Arandina y su afición celebran la clasificación.

Brazos en jarra de Negredo mientras los jugadores de la Arandina y su afición celebran la clasificación. / EFE

Con la situación que vive el Cádiz CF, el partido contra el Osasuna (domingo 10 de diciembre a las 18:30 horas) estaba marcado de forma importante desde hace algunos días. Pero después del batacazo copero en Aranda de Duero, la cita contra la escuadra navarra se gana con creces el calificativo de final, al menos en lo que respecta al entrenador. Sergio González sigue viendo como su crédito se agota y en la decisión que pudieran adoptar los responsables del club, poco a nada va a pesar la expulsión de Víctor Chust en Vigo o tener que jugar un encuentro oficial sobre una 'piscina'.

El ko copero en Aranda de Duero, contra un rival que es colista en la cuarta categoría del fútbol español, es una nueva puñalada a la herida por la que se desangra el Cádiz CF a las puertas del parón navideño. Fuera de puestos de descenso gracias al pobrísimo papel de tres conjuntos que están demostrando ser aún peores, Celta, Granada y Almería, los números del cuadro cadista son nefastos y de zona caliente de no ser por las cifras paupérrimas de los tres últimos.

El estado del césped del campo de la Arandina puso de relieve que el colegiado tiene que ser muy coherente, consciente y consecuente de la situación, y que una suspensión hubiera estado más que justificada sin miedos a problemas de fecha o a retrasar el sorteo de la tercera ronda. No poner en peligro a los jugadores era lo primero. Pero puestos en la decisión final de disputar el duelo, no hay justificación posible teniendo enfrente a un adversario que ve de muy lejos el fútbol profesional.

Si resultó un problema imponer la mayor calidad tocando y con el balón a ras de césped, un equipo con jugadores cuyo salario supera todo el presupuesto de la Arandina debe contar con sobrados argumentos para ganar. Los saques de esquina y las faltas laterales, cuando se levanta el balón al área, no entienden de césped encharcado cuando, en teoría, los rematadores del Cádiz CF son mucho mejores que los de la Arandina, que por algo unos juegan en Primera División y otros en Segunda Federación.

El gol del Cádiz CF llegó a una acción a balón parado. Y es que era la mejor fórmula para que Negredo o Guardiola, por poner algunos ejemplos, demostraran que pueden complicar la decisión del entrenador cada jornada de Liga. Con lo sucedido el jueves es muy posible que Sergio González tenga más claro lo que hay y, además, haya que replantearse aquello de que la plantilla cuenta con una gran delantera.

El campo de la Arandina era lo más parecido a una piscina, pero el conjunto gaditano debe saber navegar en esas aguas porque sus jugadores y el entrenador están muy bien pagados para ese cometido. Lo hizo mejor el equipo modesto, el de menos recursos, porque puso 'testiculina' sabiendo competir hasta el final. Sirva como dato que eleva la humillación del Cádiz CF, que casi todo el añadido a partir del 90' -cinco minutos- se jugó cerca del área cadista, con dos buenas intervenciones de David Gil que evitaron el tercer gol local.

Toca arrimar el hombro para pensar en el Osasuna como tabla de salvación para empezar a crecer, volver a estar en una espiral de puntos adecuada y que las aguas que ahogaron al Cádiz CF en Aranda de Duero empiecen a retroceder y permitan vislumbrar un futuro mejor. Todo lo que no sea eso puede desatar los acontecimientos con la rotura de la cuerda por la parte que siempre lo hace en estos casos.

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