Cádiz CF

Crónica Arandina - Cádiz CF: el equipo amarillo naufraga en una piscina y se despide de la Copa del Rey (2-1)

  • El conjunto gaditano no sabe adaptarse al pésimo estado del césped y sucumbe ante un modesto que aprovecha sus ocasiones a balón parado

Roberto Navarro con el balón entre dos rivales en un campo encharcado.

Roberto Navarro con el balón entre dos rivales en un campo encharcado. / Cádiz CF

El Cádiz CF sufrió una humillante derrota (2-1) ante el Arandina, un rival de Segunda Federación que vivió su noche de gloria. El grande cayó ante el pequeño (colista de su grupo) y se despidió de la Copa del Rey en una noche para olvidar, en un partido que nunca debió disputarse en un campo transformado en una piscina. Pero se jugó para desprestigio de la Copa del Rey. Cualquier valoración futbolística carece de sentido porque fue más waterpolo que otra cosa, un riesgo para la integridad física de los futbolistas.

El Cádiz CF no supo adaptarse al lamentable estado del tapete. No fue capaz de bajar al barro, no se aplicó a la hora de defender las acometidas a balón parado de los anfitriones y lo pagó caro. Esa fue la clave. Naufragó en el charco y fracasó a todas luces. No le gana ni a un adversario que milita tres categoría por debajo.

Como ya había anunciado Sergio González, las rotaciones marcaron una alineación a priori fiable (en la práctica no) en la que sólo repitió Víctor Chust respecto a la que partió en Balaídos porque está sancionado para el próximo compromiso liguero. Con el clásico 4-4-2 como dibujo sobre el tapete, destacó el estreno oficial con el primer equipo del cancerbero Víctor Aznar, la primera titular de la temporada de Brian Ocampo y el regreso de Fede San Emeterio tres meses ý medio después de su última participación.

La intensa lluvia caída las horas antes condicionó el desarrollo de un partido condicionado por un césped encharcado que hacía casi imposible la práctica del balompié. Era difícil calibrar la fuerza del golpeo balón. No había opción de dar dos pases seguidos y se impuso el fútbol directo.

El equipo amarillo, ataviado con equipación oscura, no se adaptó y se vio por debajo en el marcador a la primera de cambio. Después de que Víctor Aznar despejase con apuros una fuerte cesión de Víctor Chust en el minuto 1, una mala defensa en el 4 propició el 1-0. El cuero llegó a la frontal del área tras la prolongación de cabeza de un ataque después de un saque de banda y desde allí marcó Haji con un tiro suave y ajustado a un poste.

La eliminatoria se complicó muy pronto para un Cádiz CF se vio con un gol en contra, un adversario crecido y un campo impraticable. El peligro lo puso el equipo burgalés. En el 7, Víctor Aznar tuvo que salir del área para anticiparse a Ayoub, que se quedaba solo.

No se podía jugar. Ere cualquier cosa menos un fútbol. Un engaño. Era inviable organizar una jugada entre tanto charco. El balón se quedaba parado entre la cantidad de agua acumulada. Sólo cabía los pelotazos y buscar acciones a balón parado. En el 11, tras un saque de banda un disparo de Sergi Guardiola algo escorado lo despejó el guardameta.

Se tuvo que emplear a fondo el Cádiz CF en unas circunstancias muy desfavorables. Brian Ocampo, que quizás no debió ser titular en un terreno tan pésimo, fue el mejor tuvo habilidad para provocar faltas que se tradujeron en centros al área.

Los locales se sintieron cómodos porque el estado del césped se alió en su estrategia para contener a un rival que no podía intentar su teórica superioridad. En el 22, Ayoub se topó en su remate con Aznar, que evitó el 2-0.

La única opción de lograr el empate era con una falta o un saque de esquina. Lo consiguió por fin en el 34 el cuadro visitante tras un centro de Robert Navarro en el lanzamiento lateral de un libre directo. Entre Adrián y el poste impidieron el gol en el disparo de José Mari pero Fede San Emeterio, atento, aprovechó el rechace para poner el 1-1.

La eliminatoria volvió al punto de partida con todo por decidir, aunque antes del intermedio hubo un nuevo aviso de los castellano-leoneses con una acertada intervención de Víctor Aznar tras un disparo lejano de Haji.

Moussa Diakité fue la novedad en la reanudación al quedarse San Emeterio en la caseta. Después de más de tres meses sin competir, no era aconsejable que el cántabro jugase más tiempo.

El segundo acto arrancó con una ocasión clarísima de Robert Navarro, en una situación inmejorable dentro del área pero con un tiro que envió por encima del larguero tras un largo saque de banda de Negredo.

El panorama no estaba nada claro para los visitante. El lamentable estado del césped igualó el duelo y el Arandina supo aprovechar para jugar sus cartas. En el 54, Ayoub no alcanzó la pelota por centímetros en boca de gol.

Crear oportunidades era una quimera en una coyuntura inadecuada para el juego. En el 60, José Mari disparó. En el 62, Negredo estuvo muy cerca del remate en el área tras un centro al área en una falta.

Cuando parecía que el Cádiz CF lo tenía todo controlado y se acercaba más al área local, la eliminatoria se le volvió a poner cuesta arriba con un gol de la Arandina en una nueva acción nacida a balón parado. En el 65, el balón colgado al área en el saque de una falta lo cabeceó Pesca al fondo de la red en una otra mala defensa.

El 2-1 a falta de 20 minutos para el 90 fue un mazazo en toda regla. Sergio González reaccionó con la entrada de Momo Mbaye y Maxi Gómez, lo que derivó en una defensa de tres centrales, dos carrileros y tres delanteros. Poco después fue el turno de Sobrino en el intento de reacción a la desesperada, alocada, sin otro recurso que los centros aéreos.

La única posibilidad de empatar era con balones colgados al área. Una especie de ruleta rusa. En el 78, Negredo disparó fuera. En el 82, un zaguero desvió a lo justo cuando Lucas Pires se disponía a culminar en boca de gol.

El Cádiz CF lo intentó hasta el final pero apenas sin ocasiones. Una triste despedida con un trago amargo.

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