"En este tiempo, mi vida ha estado dirigida por los políticos que tenían la solución"
cristina sánchez de la campa. orientadora y profesora de la escuela de hostelería
Durante siete meses de impagos, esta profesional se ha visto obligada a pedir ayuda económica y a cambiar su vida por completo La joven agradece la solidaridad y las numerosas muestras de apoyo que ha recibido
Afortunada. Así se ha sentido Cristina Sánchez de la Campa durante los siete meses que ha estado sin percibir su salario como trabajadora de la Escuela de Hostelería de Cádiz: "Sin tener dinero, he sido afortunada porque he tenido a mucha gente alrededor, como mis familiares y mis amigos, que no han permitido que me caiga. La solidaridad y el calor han sido brutal. A pesar de lo mal que lo hemos pasado, esta situación límite me ha servido para tomar conciencia de la gente que me quiere, y eso es un regalo".
Concluida, por fin, la pesadilla de los impagos, la orientadora y profesora del centro formativo hace balance del duro año, resaltando primero esa humanidad que, en días de mucho frío, le sirvió de abrigo. Porque ha pasado mucho frío.
Ha tenido que pedir ayuda económica para hacer frente a las facturas y poder seguir tirando con lo justo; se ha visto obligada a reinventar su vida para adaptarla a la injusta realidad que la Junta de Andalucía le impuso el pasado mes de mayo; la ansiedad, los dolores de cabeza y el insomnio llevan meses mermando su salud, y aunque el pasado día 26 por fin pudo cobrar las mensualidades atrasadas, le siguen acompañando. "Mi vida ha cambiado completamente al no disponer de ingresos. La he tenido que cambiar sin quererlo. En estos meses, mi vida ha estado gobernada y dirigida por los políticos que tenían la solución en sus manos. Me han quitado felicidad... He tenido que renunciar a mi formación y a mi ocio. Me vi obligada a paralizar un curso de expertos que estaba realizando y también tuve que dejar de ir al cine, al teatro, nada de salir con amigos a tomar cervecitas, nada de comer en la calle... Y lo peor ha sido el no poder ayudar económicamente a mi familia. Ha sido duro", comparte la joven.
Reconoce que tras la situación límite vivida no sólo este año sino también el pasado (la plantilla estuvo ocho meses sin cobrar en 2013), su "desconfianza" tanto en el sistema educativo como en los políticos es "muy grande". "Espero que se me vaya quitando con el paso del tiempo, pero es verdad que nos hemos sentido abandonados y sin apoyo suficiente por parte de la empresa y de los gobernantes". "¿Cómo es posible que los políticos, que deben estar al servicio de los ciudadanos, les den la espalda?", se pregunta.
La orientadora también confiesa que este largo parón sin actividad profesional le ha generado cierta inseguridad. "Llevo casi un año sin trabajar y no sé si voy a poder retomar el ritmo y estar al cien por cien después de lo vivido. Soy una persona optimista y confío en que sí, pero los parones ya sabemos que generan óxido, además de desconfianza e inseguridad".
Sánchez de la Campa, que lleva seis años trabajando en la Escuela, incluye en su balance del año palabras de agradecimiento para todas aquellas personas y colectivos que se han solidarizado con la plantilla. "El apoyo de los vecinos y de los comerciantes del barrio durante los encierros ha sido increíble, y han sido muchas las personas que nos han dado mucho calor". "Con estos gestos, me he dado cuenta de lo afortunada que soy".
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