¿Por qué no un mercado del Carnaval y del arte en la Plaza de las Flores de Cádiz?

El emblemático espacio urbano sigue desolado y con la mayoría de los quioscos cerrados, sin que desde el Ayuntamiento se impulse todavía ninguna iniciativa o cambio que lo revitalice

Otra alternativa sería la artesanía original y de calidad hecha por manos gaditanas

La Plaza de Las Flores de Cádiz se marchita

Turistas en la Plaza de Las Flores, rodeados de quioscos vacíos, en una imagen de archivo. / Julio González

En octubre de 2023 publicábamos un amplio reportaje sobre la decadencia y el aspecto desolador, agonizante, podría incluso decirse, que sufre desde hace muchos años uno de los espacios urbanos más emblemáticos del casco histórico, que venía a sumarse y a la que han sucedido a otras muchas informaciones que alertan de lo mismo. ‘La Plaza de la Flores se marchita’, lo titulamos. Pues bien, más de dos años después podemos decir que la Plaza de las Flores está prácticamente seca, deshojada, casi muerta. Solo conserva su esencia gracias a dos valientes floristasque mantienen abiertos los dos únicos puestos que quedan en activo de los siete quioscos originales que se construyesen en 1992, en tiempos de Carlos Díaz, y se ampliasen posteriormente en los de Teófila Martínez.

Las razones ya las explicamos, pero no viene mal recordarlas: Hace mucho que el negocio no resulta rentable e incluso provoca pérdidas, al tratarse de un género perecedero. Fundamentalmente porque el margen de beneficio es mínimo. De en torno a un 20%, de manera que a una docena de claveles vendida a 7 euros solo le ganan 1,40. Pero también porque casi nadie ya dice nada con flores, porque las cofradías optaron por recurrir directamente a los viveros, porque los novios contratan sus bodas con empresas especializadas que, salvo excepciones, no compran al comercio local y porque cada vez va menos gente a los cementerios el 1 de noviembre.Si todavía al Día de Todos los Santos lo hubiese sustituido el Día de Muertos mexicano, y no Haloween, los tapetes de cempasúchiles, de tagetes anaranjados, habrían proporcionado un pequeño balón de oxígeno a las floristas... Para colmo, los supermercados metieron en sus catálogos en fechas señaladas como San Valentín ramos a precios contra los que resulta imposible competir.

En fin, todo esto a escasos 50 kilómetros de Chipiona y la Costa Noroeste, donde se cultiva más de la mitad de la superficie de flor cortada de Andalucía, que proporciona la mitad de la producción a nivel nacional, y donde se concentra el 75% de la cosecha de la comunidad autónoma.

Uno de los dos únicos quioscos que siguen abiertos en la Plaza de las Flores. / Julio González

Ante esta situación de crisis en el sector, los supervivientes se plantean que a lo mejor, parte de la solución pasa por una ampliación de su actividad comercial, tal y como se hace puntualmente en Carnavales. Pero incluso en esas fechas han tenido algún problema con la Policía Local, quizá por algún error de coordinación en la información interna municipal.

Lo cierto es que la Plaza de las Flores requiere de un plan de rescate municipal urgente que debería comenzar por adecentar pavimento y entorno, con importantes deterioros, y continuar con el arreglo de los quioscos y la dotación de un módulo de aseos del que carecen las trabajadoras.

Pero antes habrá que decidir con qué actividad o actividades se pretende revitalizar este espacio. Y si los floristas no ven viable que se reabran los quioscos con el fin para el que fueron construidos, tendrá que ser para otra cosa, manteniendo siempre, por supuesto, los dos que siguen en activo.

En este punto, cada cual tendrá su idea, pero desde aquí proponemos un par de ellas, o tres. Una: aprovechando que la Plaza de las Flores se ha convertido en las últimas décadas en uno de los escenarios del Carnaval callejero, vecino al del Carrusel de Coros de la Plaza, tan cercano, además de la nueva Casa del Carnaval ¿por qué no fomentar allí un Mercado del Carnaval permanente? Algunos de los quioscos, solo algunos, para no caer en una situación de competencia insostenible, podrían reabrir para vender ese catálogo de artículos relacionados con la fiesta grande gaditana que tanto éxito está cosechando desde hace poco en La Tienda del Carnaval de la calle de La Rosa y que tanto demanda el visitante nacional y, en menor medida, el turista internacional. Esto podría animar a los concesionarios que cerraron en su momento, o a quienes ahora les corresponda, a reabrir emprendiendo un nuevo negocio.

Dos de los quisocos cerrados. / Julio González

La segunda propuesta podría ser complementaria o alternativa a la anterior pero, insistimos, siempre tendría que convivir necesariamente con los dos quioscos de flores que siguen abiertos, que de ninguna manera se pueden perder: A la vista de la eclosión de artistas plásticos locales de los últimos años ¿por qué no brindarles, a quienes les interese, claro está, unos espacios que sirvan de escaparate de sus obras? Pintores, escultores y creadores, en general, podrían incluso montar pequeños talleres para hacer demostraciones.

Y la tercera: ¿por qué no combinar las flores y lo anterior con algo de artesanía local?. Artesanía original y de calidad hecha por manos gaditanas, que la hay, como puede comprobarse en el Mercadillo Artesanal que se monta en San Juan de Dios cuando llegan los crucero. Nada de platos, tazas y otros artículos de suvenir estampados con la marca Cádiz, pero hechos en China, con todo el respeto para quienes viven de venderlos.

En fin, hay quedan las tres propuestas. No sabemos si coincidirán o no con las que tendría que estar barajando desde hace mucho tiempo ya el Ayuntamiento, porque hasta el momento, que sepamos solo ha habido un contacto municipal con los concesionarios el pasado mes de junio y desde entonces, nada nuevo se ha sabido.

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