Un nuevo comercio del siglo XXI en un barrio del XIX en pleno extramuros de Cádiz

Pendiente de su definitiva reactivación, Los Chinchorros ve como abren nuevas tiendas

El Ayuntamiento tiene que decidir si construye el bulevar que supondría derribar parte del viejo San José

El Grupo Q vende ya toda su nueva promoción de pisos de la Torre de la Victoria

El local que se estrena en pleno barrio de San José.
El local que se estrena en pleno barrio de San José. / J. A. H.

Los Chinchorros, como popularmente se conoce al barrio de San José o al Polígono de San Juan Bautista, en pleno extramuros de Cádiz, es la zona aún habitada más antigua de Puerta Tierra.

Un territorio que, en su escasa superficie, ofrece una imagen de lo que ha sido la evolución del desarrollo de la zona moderna de la ciudad desde mediados del siglo XX. Aún pervive el antiguo cementerio de la ciudad, clausurado a nuevos enterramientos desde 1991, pero todavía pendiente de su conversión en un gran parque público; se mantienen en pie algunas de las primitivas construcciones del barrio del siglo XIX, levantado para acompañar a la vecina parroquia de San José y dar cobijo fundamentalmente a familias de pescadores que residían en esta zona (sobre todo por la almadraba existente en la playa a escasos metros de las casas); y todo completado por nuevas edificaciones residenciales en altura, ejemplo de la reurbanización del barrio iniciado hace unas décadas y que todavía no se ha concluido.

Los últimos años han sido esenciales para reactivar las dos últimas operaciones. Por una parte, la conclusión del desalojo de los restos que aún descansan bajo el terreno del camposanto, cuya última fase está a punto de iniciarse. Por otra, la ejecución de nuevas promociones de viviendas públicas y privadas, paralizadas desde hacía más de unas décadas y que pudo activar de nuevo el anterior gobierno municipal.

Por el camino queda también pendiente la construcción de un nuevo edificio de viviendas que completaría el rediseño de la plaza del Santo Ángel, según lo previsto en el PGOU, y sobre todo el derribo de las últimas casas bajas del viejo barrio para la apertura de un bulevar que unirá la Avenida con el futuro parque. En este caso, este proyecto está pendiente desde el PGOU de 1984, ejemplo de lo costosa que puede resultar la operación por la implicación de muchos propietarios privados. Aquí queda por ver si al Ayuntamiento y a la ciudad le sale rentable afrontar un proceso de expropiación de estas fincas para ejecutar de una vez por todas este plan, y afrontar el coste de construcción de este pequeño paseo. Todo supondría una inversión por encima de los 4 millones de euros.

Pero mientras avanzan los proyectos pendientes, el parque del cementerio y las nuevas viviendas, y el Ayuntamiento se aclara sobre qué hacer con los restos del barrio más antiguo de Puerta Tierra, la vida en la zona avanza. Y lo hace con novedades cuanto menos curiosas e inesperadas.

La llegada de decenas de familias para habitar la promoción Residencial Nuevo San José y las que se esperan en los edificios que construye el Grupo Q en la zona y el propio Ayuntamiento, debería de animar, a priori, al sector del comercio, con locales de servicio para los nuevos vecinos. Es cierto que esta es una zona de Puerta Tierra, a pie de la avenida Ana de Viya, que ya cuenta con una oferta comercial amplia y variada, pero siempre supone una atracción para nuevos emprendedores.

Lo que pasa es que en este caso, la apertura se produce en la calle San Bartolomé, una de las "últimas" de Los Chinchorros, donde aún quedan en pie antiguas viviendas en uso y otras cerradas desde hace años. La calle se reformó, eliminando los históricos adoquines de los siglos XIX-XX (que el Ayuntamiento dijo entonces que se habían guardado para utilizarlos en el parque del cementerio), tras la apertura del complejo residencial Nuevo San José.

Desde entonces esta vía ha tenido una mera función de paso peatonal. Hasta ahora, que se anuncia la apertura del primer comercio que se abrirá en pleno corazón del viejo barrio de San José en muchas décadas. Un negocio centrado en una oferta ya habitual en la sociedad del primer cuarto del siglo XXI, pues es un centro de estética dirigido por la doctora Gema Martín. El local, exteriormente, ya está terminado pendiente de su apertura. Esta tienda se une a una academia de alemán que abrió hace unos meses en la calle San Juan Bautista, frente al mismo cementerio. Más allá de ello, aún quedan muchos locales cerrados pendientes del definitivo despegue del barrio más antiguo de Puerta de Tierra.

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