El próximo sábado 21 el Ayuntamiento va a celebrar una encuentro en los Chinchorros. Invitados: la asociación de afectados por la promoción que allí comenzó a construirse hace un cuarto de siglo, la promotora que sí los ha terminado (tras el abandono de la que puso en marcha el proyecto) y La Caixa, que ha afrontado esta operación.

Una fiesta para celebrar el final de un largo proceso, que ha permitido concluir ya la construcción de más de un centenar de pisos tras un largo calvario, sufrido especialmente por quienes en su día compraron una vivienda a los promotores primitivos, y vieron como todo se paró durante años.

La apertura de este complejo residencial no solo supone acabar con un proceso que ha afectado a decenas de familias, incluso con implicados que han fallecido en estos años o que han abandonado la ciudad buscando otra residencia. Supone también abrir un nuevo capítulo en la larga historia de reurbanización de los Chinchorros (como se le conoce popularmente al barrio de San José).

Así, según destaca a este diario el concejal de Urbanismo, Martín Vila, se va activar la mejora de las últimas casas bajas que aún quedan en pie (entre San Bartolomé y Arcángel San Miguel), reducto del barrio de pescadores del siglo XIX en su mayoría.

El actual PGOU incluye la construcción de un bulevar en esta pastilla, pero mientras que este no se ejecuta el Ayuntamiento va a requerir a los propietarios, o ejecutarlo con sus medios si no se actúa, la ejecución inmediata limpieza de los solares y el derribo de las construcciones que están en ruina. Hoy apenas queda una decena de edificaciones que están habitadas y, en su mayoría, muy cuidada por sus residentes.

Se pretende, indica Vila, adecentar todo este entorno a fin de evitar accidentes por la acumulación de escombros o por la ocupación de las casas que están vacías.

Queda para un futuro aún no determinado el derribo de esta pastilla y la construcción de un nuevo edificio de viviendas en una de las esquinas de la plaza que da al cementerio, aunque ambas son operaciones que están en manos de la iniciativa privada.

Igualmente, en Marqués de Cropani Procasa prepara ya la construcción de un bloque de pisos municipales, mientras la iniciativa privada trabaja también en la futura urbanización de las parcelas pendientes en esta unidad.

Fundamental en toda esta operación urbanística es el futuro del cementerio de San José.

El Ayuntamiento va a afrontar la que se supone es la última fase en el proceso de exhumación de los restos de quienes fueron fusiladas en el inicio de la Guerra Civil y en los primeros años del franquismo. Indica Vila que en las fases anteriores se han localizado más restos de los esperados en un principio, por lo que se ha optado por ampliar en dos meses está campaña de búsqueda. A ello se le unen los trabajos para localizar a dos bebés robados, atendiendo a una petición llegada al Ayuntamiento.

Una vez concluya este proceso, se comunicará a la Junta para afrontar un trabajo igualmente complicado y delicado: la exhumación de los cientos, o miles, de restos que descansan bajo tierra en el viejo camposanto, y que la empresa pública Cemabasa trasladará al cementerio mancomunado en Chiclana.

Habrá que esperar varios meses para que se pueda iniciar la remodelación del cementerio y su conversión en una gran zona verde, con una apuesta por las especies autóctonas y con más verde que cemento, especifica Martín Vila. El proyecto será financiado con fondos municipales, una vez no se logró el dinero de los Next Generation. Se habilitará un terreno junto al IES del Drago para que el centro público.