Se marcha el gran valedor de la historia cofrade

OBITUARIO

Se marcha el gran valedor de la historia cofrade
P. M. Durio

28 de junio 2018 - 01:36

El mundo cofrade gaditano se quedó ayer, de repente, huérfano. José Luis Ruiz Nieto-Guerrero, el que de manera silente, elegante y constante ha sido su principal referencia histórica y artística, fallecía en su domicilio particular con la misma discreción con la que actuó en vida en el ámbito de las cofradías.

Gran estudioso e investigador de la historia y la vida de las hermandades gaditanas, fue estrecho colaborador de no pocas corporaciones; aunque siempre rechazó cualquier mínimo protagonismo, lo que incluso le llevó a rechazar premios y distinciones. Impartió conferencias en la práctica totalidad de cofradías de la ciudad, escribió numerosos artículos para publicaciones cofrades y fue también colaborador en las páginas de este periódico, donde publicó diferentes textos o aportó datos de investigaciones en otras tantas ocasiones. Especialmente estaba vinculado a dos hermandades del Lunes Santo, La Palma y Vera-Cruz, donde su marcha dejará sin duda una honda huella.

Además de su enorme capacidad para profundizar en la vida de las hermandades y para recabar datos en mil y un archivos, Ruiz Nieto-Guerrero tuvo siempre una atención especial para los cofrades gaditanos, siendo una persona muy detallista. Los que en su día fueron jóvenes de Vera-Cruz seguramente recordarán los 'guateques' en la casa de hermandad que organizaba, los que un buen día se estrenaron como maniguetas conservan la horquilla de plata que regalaba para la solapa de la chaqueta, o los que han ocupado cargo de responsabilidad en sus hermandades más allegadas han sido también receptores de esa generosidad que derrochaba este gaditano educado en San Felipe Neri.

Con su marcha pierden las cofradías su gran referencia a la hora de contextualizar datos o conocer cualquier aspecto relacionado con su historia, aunque nunca llegara a editar ninguna publicación que recogiera todas sus investigaciones. El mundo de las hermandades quedó ayer huérfano con la marcha de uno de los suyos, que supo demostrar una grandeza por encima de lo habitual pese a su absoluta discreción. No lo recordaremos con una foto, porque era enemigo de su publicación; ni tampoco resaltaremos una de sus donaciones al mundo de la Semana Santa, que siempre pedía que no se contara. Nos quedamos hoy con todo lo que nos dio a nivel cofrade y con todo lo que pudimos disfrutarlo en el ámbito personal. Descanse en paz.

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