Un esfuerzo que tiene recompensa

Cada año el Ayuntamiento de Cádiz entrega los Premios a la Mejor Trayectoria de Educación Secundaria, Bachiller, Formación Profesional y Educación Permanente de Personas Adultas. Se reconoce así el esfuerzo y la dedicación de estos estudiantes por dar lo mejor de sí mismos y obtener los mejores expedientes académicos.

José Carlos Palmero en ESO; Yaru Cheng en Bachillerato; Antonio Javier Periñán en FP, y Esperanza Oliva en Educación de Adultos, han sido los premiados por sus resultados en el curso 2014/2015.

José Carlos tiene 16 años y ha empezado Bachillerato de Ciencias Tecnológicas en el IES Cornelio Balbo. Este joven simultanea sus estudios oficiales con el quinto curso de Enseñanzas Profesionales de Música en la especialidad de viola y con el itinerario de asignaturas de Fundamentos de la Composición en el Conservatorio Profesional de Música, lo que le ha supuesto "muchas semanas de agobio y estrés. No obstante, lo he sabido sobrellevar por la disciplina que me han dado los estudios musicales desde pequeño". En los cuatro años de la ESO, también se presentó a varias pruebas de orquestas y ha creado junto a tres amigos el Cuarteto de Cuerda Gades. Él toca la viola en este grupo, "pero también asumo la dirección y la organización del mismo". En idiomas, se prepara para sacarse el título First de Cambridge. Su secreto para llevarlo todo adelante es "constancia y concentración. Hay que aprovechar el tiempo y saber parar y descansar".

Yaru Cheng obtuvo un 9,5 de nota media en Bachillerato en el IES Drago el pasado curso. Ella apunta que su método de estudio se basa en "dedicar unas cuatro horas al día, aumentándolas según los exámenes. Siempre hago primero lo más difícil porque me gusta superarme día a día".

A sus 19 años, acaba de empezar Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Producto en la Universidad Politecnica de Madrid, un campo que le apasiona.

En Formación Profesional el premio a la Trayectoria fue a parar a Antonio Javier Periñán, quien estaba matriculado en Cocina y Gastronomía de Grado Medio en la Escuela de Hostelería Fernando Quiñones. Antonio está ahora en Madrid, donde "estoy ampliando los conocimientos téoricos recibidos para ponerlos en práctica en el trabajo". Subraya que para él "es fácil estudiar cuando algo te gusta. En clase se me quedaba casi todo, luego daba un simple repaso y listo".

Esperanza, la más veterana del grupo, sacó un 9 de media en Secundaria en el IPEP de Cádiz, donde cursa ahora Bachillerato de Ciencias. Señala lo complicado de seguir unos estudios siendo madre de tres hijos, pero explica que la clave está en "sacar tiempo de donde se puede porque nunca está de más estudiar". Acude tres días a la semana a clase y el resto se forma en casa "según las rutinas de cada día". Esperanza espera que la formación la prepare para su verdadero objetivo: encontrar empleo.