Un total de 21 residentes fallecieron por el Covid-19 en la residencia de mayores Vitalia, en San Fernando, a causa del brote declarado a mediados de octubre y superado definitivamente hace poco más de una semana.  

El trágico balance confirma a este centro de mayores isleño como el foco más grave de coronavirus que hasta ahora se ha registrado en La Isla desde principios de la pandemia, allá por el mes de marzo.

El virus, cabe recordar, ha golpeado también duramente a otras residencias de la localidad, como las de Cruz Roja (en la pasada primavera) o la de San José, que también ha llegado a registrar cerca de medio centenar de casos también durante la segunda ola. Aunque la incidencia que ha tenido en Vitalia, como el número de muertes pone de manifiesto, ha sido mucho mayor.   

Ayer, la Consejería de Salud y Familias confirmó que había procedido a desmedicalizar esta residencia de mayores una vez que se había dejado atrás definitivamente el brote, si bien desde la semana anterior no se contaba ya ningún positivo ni entre los usuarios de la residencia ni entre el personal que trabaja en el centro. Y ya desde semanas antes se había conseguido empezar a rebajar el número de casos y empezar a poner el brote bajo control dejando atrás semanas realmente críticas.  

El balance total que deja el brote, además de la veintena de fallecidos a causa del Covid-19, anota otros 89 residentes contagiados que han conseguido superar el virus en un centro con unos 170 usuarios, de los que 61 consiguieron evitar el Covid-19. 

A ellos se suma también un buen número de profesionales afectados por el coronavirus. De hecho, el brote desencadenó protestas sindicales al denunciar el incumplimiento de los protocolos, lo que supuestamente había favorecido la propagación del virus. Vitalia, que gestiona varias residencias de mayores en todo el país, negó estas acusaciones y recordó que la residencia estaba medicalizada por la Junta de Andalucía, por lo que -insistía- era imposible que se estuvieran incumpliendo los protocolos al estar intervenida por las autoridades sanitarias. 

La inmensa mayoría de los afectados que ha requerido hospitalización ha sido ingresada en el hospital de San Carlos, cuyos internistas han desempeñado un papel clave en la medicalización de la residencia para poner el virus bajo control. Y, a excepción de algunos fallecimientos que se han registrado en la propia residencia, casi todas las muertes ocasionadas por este brote se ha producido entre los residentes que estaban ingresados en este hospital isleño, donde también se han tratado casos similares procedentes de otras residencias (también de fuera de San Fernando).