Mira que se lleva años, y lo que queda, hablando de la reforma o rehabilitación de la Plaza del Rey. En principio se tenía que haber realizado la obra cuando se levantó la calle Real con la operación tranvía. Al final con el discurso de aparcamiento sí o aparcamiento no, la plaza principal de la ciudad se quedó en el olvido y sin su rehabilitación. Probablemente fue lo mejor que le sucedió, visto la transformación de la Alameda y de la Plaza del Carmen. Pero nadie duda de que la Plaza del Rey no puede continuar con el lamentable aspecto que le dejó la última reforma y menos después de la rehabilitación del Ayuntamiento y sus alrededores.

La actual plaza perdió toda su identidad con las dos últimas reformas que se llevaron a cabo, indigna para la categoría arquitectónica que, todavía, conserva dicho espacio. La importancia de este espacio público, que no se puede olvidar que es público, lo forma todo el conjunto, desde los edificios que rodean la plaza pasando por el Ayuntamiento, el suelo y poco queda de lo demás. Por lo tanto, la decisión del actual gobierno, que llevaba en su programa la reforma de la plaza, es una necesidad necesaria para reactivar el centro de la ciudad y, por qué no, para darle una categoría real acorde con su importancia.

La obra no es un capricho, es una obligación de cualquier gobierno local. Pero que duda cabe de que la rehabilitación estará rodeada, ya lo está, de polémica. Se haga lo que se haga. Se quite el caballo o no. Esto es como los equipos de futbol, todos los aficionados tienen su alineación distinta a la del entrenador, aunque no entiendan de futbol. Yo no he visto el proyecto, solo sé lo que se ha publicado en este diario. Pero la idea global estoy de acuerdo. Sé que el gobierno le está presentando el proyecto a las distintas asociaciones culturales, sociales y recreativas. Eso está bien. Pero lo que no se puede hacer es una plaza al gusto de todos. Me explico. La responsabilidad de la obra es del gobierno, que para eso se le votó, para que asuma las decisiones, para que asuma las responsabilidades de gobernar. Otra cosa es que se pueda admitir alguna opinión de algún experto. Pero no se puede hacer una plaza al gusto de todos y, como pública que es, al servicio de otros intereses.

Yo creo que se debería hacer una plaza que quede para la historia, una plaza diferente, con personalidad, única por estos rincones, aunque cueste más, pero ya que se hace, la hacemos de una vez. Una plaza que obligue a ser visitada por público de fuera. Hay plazas por el extranjero que causan admiración y que algo se podría copiar. Ya digo que no conozco el proyecto, pero me gustaría que fuera la plaza que merece la categoría de mi ciudad. Últimamente se están haciendo las cosas con la categoría de gran ciudad y la plaza debe ser eso, la plaza de una gran ciudad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios