Saben

17 de julio 2025 - 03:03

Elfútbol llena, sigue atestando los campos. Campos de setenta, ochenta mil localidades. Continúa siendo ese fenómeno sociológico casi inexplicable. Y hasta un pelín religioso. Grosso modo, claro. Pero la verdad es que congrega gente ya hasta en Casa del Trump, donde lo llaman soccer (soca). Se han llevado hasta a Messi… Y es mágico. Como González. Porque, ¿a ver quién me explica a mí cómo un equipo que acababa de golear al Real de Pérez, y antes al Atlético de Madrid y al Inter de Milán le embute cinco en toda una final de Liga de Campeones, caiga ante un Chelsea que había derrotado por febles resultados a sus oponentes? Igual le cuento un secretito: A mi Pati le dije entes de empezar el partido contra los blancos: “El Madrid pierde hoy. Y por goleada, un 5 a 2”. Me equivoqué por poco. Pero antes de la final le dije a mi santa: “el PSG golea al Chelsea, y por goleada. Un tres a cero o así. Y me equivoqué en redondo. Pa que vea usté que no me tiro pegote. Verdaderamente jamás pensé que el París cayera. Y menos haciendo el ridículo ante un equipo con músculo; pero al que yo no le veía esa clase que hay que tener para ser “campeón del mundo”. Y entrecomillo, porque ese título no responde a la realidad. Ganó la Conference Ligue; pero un Madrid o un Barça la habrían ganado asimismo. Si Betis y Bilbao llegaron a semis…

Decía que al Chelsea, al equipo de unos de los barrios más exquisitos de Londres, lo veía en la tele como un conjunto de tipos grandes, fuertes, pero sin sal ni pimienta… Pero este once ha dado un salto de calidad cuando al muchacho de Cataluña le dio por regalarle a Palmer por unos milloncejos. Al del City me refiero. No le servía ese pelotero un tanto desgarbado que desentonaba delante de esos africanos altísimos y macanudos. Pero, como siempre-siempre pasa en fútbol, la técnica, o sea, saber jugar al fútbol, la calidad, se pone por delante de lo físico. Modric es nada físicamente, Messi era una Pulga, Pedri es poquita cosa, Lamine es un canijo, Puskas era un gordito que se movía menos que las pensiones. Y del de El Salvador, no les digo na. Sin dormir llevaba lo amarillo a lo máximo. Pero fueron o son monstruos del balón y han protagonizado grandes momentos. Y hacen ganar a sus equipos. Y, repito, saben jugar al fútbol. Soy de la opinión de que muchísimos jugadores, no doy nombres, no saben jugar, lo que se dice jugar a la pelota. Pelean, luchan, corren, disputan balones… En mi maravillosa Cortadura había chavales que habrían vuelto loco a muchos defensas de segunda y, quizá, a algunos de primera. Pero les gustaban mucho el humo y el mollate y doña Blanca de Castilla. Pues bien, Palmer es de los que saben, de los que, si están finos, arreglan un partido, aunque enfrente esté Hamiqui (nunca he comprendido cómo el Real pudo dejarlo escapar), el finito Marquiño, y el resto. A Donaruma ni lo miento. Uff. Tanto pa tan poco.

No quiero terminar esta croniquilla sin expresar algo que no he dicho anteriormente, porque no quería herir susceptibilidades; pero como ya me han dado la razón Flor y Javier y Luis Enrique, me doy licencia. Pues eso, que el Real Madrid estaba y está pa descambiarlo, como dice aquel. ¿Cómo puede alguien que haya visto fútbol pensar que Asensio es un buen central para el de la capital de eso que todavía llamamos España? O que los laterales de la izquierda valdrían seguramente para el Lérida. Cincuenta kilos costó Mendy. Tela. Que los que están al corriente, no quieren meter el hombro, ya saben: Vini, Embapé, Bellingan, Rodrigo, hasta Gúler… El niño de la Mari al menos metió una jartá de goles.

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