Todavía Navidad

22 de diciembre 2025 - 06:00

Ni una sola entre los miles de bombillas encendidas en las calles, balcones y edificios oficiales ha logrado inducirme a consumir más en estas fiestas. Las navidades ya no son unas fechas, sino toda una temporada en la que uno termina por habituarse a los excesos lumínicos, sonoros y gastronómicos hasta el punto de olvidarse de qué diantres estamos celebrando todos con esos paseos multitudinarios por el centro comercial, arrastrando muchos más paquetes y bolsas de las que, si parásemos un poco a pensar, somos capaces de consumir.

Por lo que sea, nos envolvemos en papel de regalo y decidimos mentirosamente que el mundo es un lugar feliz en el que reinan, no el amor, que sería acorde con el mensaje del que inauguró todo esto hace más de dos mil años, sino el ruido. Y demostramos una resistencia absoluta al cansancio, a pesar de que ya lo hemos bebido y comido todo, de que hemos comprado todo y más de lo que nos podemos permitir, mostrándonos dispuestos a, si nos lo piden, continuar en este camino sin desfallecer.

A veces me asalta la terrible certeza de que nos estamos convirtiendo en una especie de autómatas, que acudimos al lugar donde la voz emanada de algún lugar, allí arriba, nos ordena. Sea la convocatoria que sea, allí estamos por miles, porque creemos que es gratis, ya sea a ver a un Papá Noel con contrato temporal, a un mercadillo llamado navideño porque de qué otra forma se podía llamar o a tocar arrítmicamente las palmas en la enésima zambomba o zambombá, que allá cada uno en donde pone el acento.

Aunque muchos no lo crean, después de semanas de fiesta, todavía es Navidad o más bien todavía no ha empezado la Navidad. Eso sí, algunos hemos tenido que vivir décadas de esta celebración para enterarnos de que lo típico es hacer galletas de jengibre, como nos enteramos hace poco de una cosa llamada calendarios de Adviento y de que unos seres llamados elfos nos visitan por estas fechas, No cabe duda de que estamos ampliando nuestra cultura general al mismo tiempo que abandonamos con gusto la cultura local. Felices Pascuas

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