Tito Valencia
La personalidad de la ciudad
El Alambique
En dos días, nuestro Puerto se convertirá en Jerusalén. En el último anochecer de verano, despidiendo a la luna llena de septiembre y dando paso al otoño.
El pasado sábado, ya la Parroquia de San Marcos entregó a nuestra ciudad, al Señor de la Entrada en Jerusalén y a su Madre de la Entrega. Los entregó y fueron sus hermanos los que fueron buscando el camino que los llevaba al origen fundacional de su hermandad.
Un camino que los llevó a la Parroquia de San Francisco, donde estos días residen sus Sagrados Titulares y donde se les está celebrando un Quinario Extraordinario.
Porque para el que no lo sepa, la hermandad de La Borriquita tiene sus orígenes en el Colegio de San Luis Gonzaga, donde un grupo de alumnos y antiguos alumnos iniciaron un proyecto que inicialmente no fue una hermandad, pero que al final si lo fue; como se suele decir “los caminos del Señor, son inescrutables”.
Hay que remontarse a 1974 para comprender su origen, para entender este 50 Aniversario que están celebrando y poner punto de partida en su historia con la aprobación de sus primeros estatutos.
Y aunque el corazón fundacional está en San Luis latió poco tiempo realmente, ya que en 1975 solicitan el cambio de sede canónica a San Marcos, para al año siguiente salir por primera vez a la calle desde esta misma Parroquia. Época que viene marcada en el tiempo y realidad de la hermandad por el párroco Ramón González Montaño.
Este sábado podremos vivir, desde las ocho de la tarde que será cuando inicie a caminar el cortejo, ese camino sentimental que la hermandad de la Borriquita portuense quiere volver a vivir y hacer vivir a todos los que quieran acompañarles por nuestras calles.
Un camino que harán juntos sus dos titulares, en un particular pasaje bíblico a lo portuense y con los sones musicales que más duración tienen en el tiempo en nuestra Semana Santa.
Este sábado El Puerto de Santa María se viste de gala para celebrar los 50 años de historia y devoción de la Hermandad de la Borriquita y tú como portuense y cofrade debes acompañar al Señor y a su Madre, convertir El Puerto en Jerusalén solo está en manos de nosotros.
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