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Teatro

Selu Nieto: "Soy un absoluto enamorado de Cádiz"

El actor Selu Nieto, en una imagen de estudio de 'Soledad (vida y obra de mi abuela)'

El actor Selu Nieto, en una imagen de estudio de 'Soledad (vida y obra de mi abuela)' / Gente Bastarda

La Sala Central Lechera abre sus puertas este sábado 30 de septiembre a una nueva temporada de teatro con Soledad (vida y obra de mi abuela) de Teatro a la Plancha, el proyecto personal del actor sevillano Selu Nieto que, en clave de tragicomedia, pone el dedo en la llaga en los tabúes asociados a la salud mental con un monólogo donde se desdobla para interpretarse a sí mismo y a su abuela.

–Abre usted la nueva temporada de la Sala Central Lechera con una obra, además, que mantiene un vínculo colateral con la ciudad...

–Estoy, feliz, contentísimo, de tener la oportunidad de abrir la temporada en una sala en la que estuve, además, hace cuatro o cinco años. Estoy muy ilusionado porque soy un absoluto enamorado de Cádiz, llevo 18 años saliendo en Carnaval, y parte de esa afición se la debo a mi abuela, que era una gran seguidora y no se perdía una Final por televisión. Y ella, claro, es la que inspira esta propuesta.

–’Soledad (vida y obra de mi abuela)’ trata temas duros pero, sin embargo, desde una mirada luminosa. ¿Es parte de su carácter?

–En el mío y, creo, que es parte intrínseca del carácter de Andalucía, ese mirar la tragedia desde la comedia y reírnos de nuestras propias desgracias como manera de enfrentarnos a los miedos y entender la vida. Esta obra, al fin y al cabo, no es más que eso, que el reflejo de un carácter común que, además, es muy terapéutico. Y no sólo para mí sino para las personas que ven espectáculo, se reconocen y sueltan un poco, se sienten muy identificadas.

–¿Nace como una manera de cerrar el duelo por su abuela?

–Mi abuela murió en 2017 y, es cierto, que era un espectáculo que tenía en mente desde hace unos años pero, en ese momento, no pudo ser y se lo debía en cierta manera. Después de todo lo que nos ocurrió durante el confinamiento y la pandemia y los problemas de salud mental que se han visibilizado desde entonces, me pareció que era el momento necesario y propicio porque, aunque yo parto de la historia de mi abuela, tengo que decir que se trata sólo de un punto de partida para, después, desde la ficción, jugar con mi vida y la de ella. Es decir, que todo lo que cuento no es que sea real, ni ocurrió así, voy imaginando sobre una base de realidad, por decirlo de alguna forma. Pero sí, hay una parte de ese cerrar el duelo personal, claro está, pero también de enfrentar este momento de tristeza generalizada que llevamos de tres años para acá y, aunque se están dando muchos avances, quería colaborar a romper el tabú maldito de la salud mental.

–En la producción de esta obra colabora el gaditano Jesús Torres, ¿cómo surge?

–Con Jesús me une una amistad muy grande desde los tiempos cuando estudiábamos Arte Dramático en Sevilla. Después nos hemos vuelto a reencontrar en Madrid, donde ambos vivimos, y la verdad es que es un compañero maravilloso que nos ha echado un cable enorme en la producción. Es alguien a quien debo y admiro mucho. Bueno, también es que buena parte del equipo de esta obra es de Cádiz, tenemos a la asesora de vestuario, Paloma de Alba, y al asesor de luces, Alberto Hernández. Es que en Teatro a la Plancha Cádiz está muy presente.

–Bueno, hasta el escenógrafo recogió su Premio Max en Cádiz. ¿Qué le ha preparado Alessio Meloni en su propuesta?

–Alessio es que tiene un talento enorme. Nos ha preparado una escenografía hipercreativa, muy potente. No quiero desvelar mucho para no estropear la sorpresa pero Alessio ha trabajado desde objetos cotidianos de la vida del personaje para generar paisajes y escenas maravillas cargadas de simbolismo. Es casi una exposición...

–Un buen equipo pero, en las tablas, está usted solo. ¿Cómo lleva lo de los saltos sin red?

–Pues es que es lo bonito de este trabajo. Mira, cuando se empezó a gestar esta historia había dos actores sobre escena, pero tanto mi ayudante de dirección como yo pensamos que si íbamos hablar de soledad lo más apropiado, en realidad, era transformar la obra en un monólogo, que sólo una persona estuviera en el escenario para que el mensaje llegara de manera más directa a los espectadores. Además, para mí cuanto más honesto y más desnudo pueda estar en Soledad, mucho mejor. A mí me gustar trabajar, tanto en escena como cuando escribo, con la fragilidad y desde la fragilidad. La fortaleza se encuentra en la vulnerabilidad.

–Teatro a la Plancha ha cumplido 10 años, ¿qué significa en su carrera?

–Ha sido, y es, muy importante en mi vida. Le hemos dedicado muchas horas y mucho cariño, es un proyecto muy personal en el que creemos como manera de expresarnos y poder transmitir y que, además, siempre ha tenido muy buena acogida tanto en premios, en críticas y en cariño del público, que es lo más importante. Requiere sacrificio, claro, pero cuando uno ama lo que hace siempre lo que recibe a cambio es muy positivo. Así que hay Plancha para rato (ríe) aunque ahora estoy muy centrado en la pieza que toca, que es Soledad, y en el proyecto audiovisual que estoy rodando ahora.

–¿Del que se puede contar algo...?

–Pues no puedo revelar nada todavía, sólo que es una serie que se estrenará, si todo va bien, nacional e internacionalmente en una plataforma en 2024 y que es algo importante para mi carrera y que me estoy divirtiendo mucho en el rodaje.

–Bueno, pues dígame al menos su chirigota (’Todo sobre su Marvel’ el pasado año) volverá al Falla el próximo Concurso

–¡Sí, claro! Precisamente, esta semana estoy yendo y viniendo de Madrid a Sevilla por los ensayos. La respuesta del año pasado es que fue maravillosa con lo que estamos muy ilusionados y sigo en colaboración con Sergio Cuartokilo, que es un tipo extraordinario. Nos vamos a llamar ‘El malo más malote de las pelis de Harry Potter’. A ver si, al menos, nos va como este año que ha sido un Carnaval muy bonito.

–No puedo concluir la entrevista sin preguntarle por su personaje de Hipólito en la serie ‘El secreto de Puente Viejo’. ¿Le sigue guardando cariño o acabó harto de él?

–¿Harto? ¡Para nada! En parte Hipólito es culpable de muchas cosas buenas que me han pasado después. Es a día de hoy y todavía me siguen parando gente por la calle para hablarme de Hipólito. Fueron años muy chulos los de El secreto de Puente Viejo, aprendimos muchísimo y lo recuerdo con mucho cariño. Se formó una familia bastante bonita y se generó un cariño por parte del público muy grande y no sólo aquí. Recuerdo que un par de veces nos llevaron a Italia porque allí también la acogida fue muy potente.

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