El servicio de catamarán pierde viajeros en la primera mitad del año
Los datos reflejan una caída de 3.000 usuarios en relación al año pasado
El mal tiempo, el estado de los barcos y los conflictos laborales lastran un servicio que remonta durante los meses de verano
Ángel y María (nombres ficticios) son una pareja de Málaga que está veraneando en El Puerto de Santa María. Se levantan por la mañana relativamente temprano, con la poca tregua que permite el despertador cuando los días festivos se quiere hacer muchas cosas. Sus planes son montarse en el catamarán, llegar a Cádiz en barco, comer en el mercado y darse una vuelta por la capital. No obstante, sus planes no van a poder cumplirse ya que, apenas a las 13:00 horas, ya no quedan tickets. El servicio ha sido suspendido “por las condiciones meteorológicas”, explican con una voz ahogada desde el otro lado de la taquilla, asegurando que el servicio no se retomará en todo el día. “¡Y hemos venido desde Valdelagrana solo para darnos el paseo en el barquito!, ¿Qué hacemos?”, se lamentaba María mientras Ángel, sin entender nada, miraba hacia el cielo levemente encapotado, con nubes empujadas por un agradecido viento del sur (de apenas 20km/h) , que dejaba una sensación térmica inferior a los 25º C. “Pues nos tendremos que ir en bus”, resolvió Ángel resignado. Al igual que él, el resto de pasajeros que también decidieron tomar aquella alternativa tampoco entendieron nada.
Ellos no son los únicos. Junto a la pareja varios grupos de turistas lamentaban su suerte al no poder tomar aquel transporte que, más que un vehículo, se ha convertido gradualmente en una atracción turística que gana puntos en verano, pero que pierde viajeros el resto del año, especialmente durante los meses de invierno, cuando no hay tantos visitantes. Así lo muestran al menos los datos aportados por la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda de La Junta, donde se asegura que desde enero el uso de este servicio, que conecta Cádiz con El Puerto y Rota, ha descendido en 3.706 usuarios (un 2.94% menos que el mismo periodo del año pasado), situándose en 122.443 viajes.
CAUSAS METEOROLÓGICAS
En un principio, lo más fácil de pensar es que los usuarios han preferido dejar de utilizar los medios de transporte públicos. Pero nada más lejos de la realidad, sino más bien todo lo contrario. Teniendo en cuenta otros datos, también aportados por la Consejería, se puede observar un aumento de viajes y usuarios en el resto de medios de transporte. De hecho el autobús interurbano ha sido el medio más elegido, llegando a los 2.711.958 viajes (434.993 viajeros más que el año anterior), seguido del Trambahía, con 1.109.083 viajes. Entones, ¿qué ocurre con el catamarán?
“El servicio marítimo de la Bahía de Cádiz ha tenido un descenso mínimo en el número de usuarios, teniendo en cuenta que se ha visto afectado por un arranque de año con un tren de borrascas (DANAs) que ha afectado a la navegabilidad, hasta el punto de producirse varias suspensiones del servicio por este motivo. Esto influye en el número de viajeros de un servicio en el que entran en juego las condiciones meteorológicas”, apuntan desde la Consejería haciendo referencia a un motivo más que evidente donde se compara el uso del barco con otros transportes de La Bahía -concretamente tren, autobús e incluso tranvía- donde se ofrece un servicio “bajo techo”.
BONOS DE RENFE
A este último motivo, en el que llegar seco al destino se posiciona como una razón de peso, hay que añadir también el hecho de que durante este mismo tiempo ha estado en vigor la última renovación del bono transporte de Renfe, con el que se permitía el uso ilimitado del Cercanías a cambio de pagar una única fianza. No obstante este factor, aunque esto haya sido una razón de peso para el bolsillo, no ha impedido un aumento en el uso de la tarjeta del Consorcio tanto en el autobús urbano (con un notable incremento del 34,47%) como en el servicio de Cercanías (con otro incremento del 46,94%).
FALTA DE CONVENIO Y MAL ESTADO DE LOS BARCOS
Sea como sea estos datos dejan más que claro que a la hora de trabajar o realizar algún trámite importante, especialmente en invierno, el servicio de catamarán no es el medio más fiable para llegar a tiempo a una cita. Desde hace años, y aparte de las inclemencias atmosféricas, no es raro encontrar que este servicio se suspende y se sustituye por un traslado alternativo en autobús de mayor duración. Ya en el 2023 el alcalde de Rota mostró sus quejas y preocupación ante la interrupción continuada del servicio. A todo ello hay que añadir la avanzada edad de los barcos (que suelen dar problemas) así como una importantísima falta de entendimiento entre la asamblea de trabajadores y la empresa adjudicataria de la explotación del servicio marítimo regular de viajeros, que en varias ocasiones se ha saldado con huelgas y parones al no conseguir las partes llegar a un acuerdo en relación al convenio colectivo.
UN DIGNO SUCESOR DEL VAPORCITO
Entre eso, el tiempo y que los barcos pueden fallar en cualquier momento, coger el catamarán se presenta más como una suerte de lotería antes que un medio de transporte fiable que parece haber quedado relegado a convertirse en un digno sucesor de El Vaporcito. No obstante, a pesar de esta situación, desde la Consejería se muestran positivos ya que “desde el Consorcio de Transportes de la Bahía de Cádiz ya se está divisando, sobre todo este verano, un cambio de tendencia en la afluencia, que se traducirá en un aumento del número de viajeros del catamarán”, aseguran. “Si tengo médico ni de broma intento irme en el catamarán”, se escucha en la terminal marítima mientras los turistas, resignados, esperan al autobús que los lleve a Cádiz tomándose una cerveza en el bar más cercano.
EL SERVICIO SE REFORZARÁ CON TRES NUEVOS BARCOS
La Junta apuesta por mejorar este servicio y sus prestaciones. Una prueba de ello es la renovación del contrato de explotación del servicio marítimo, con un nuevo acuerdo de 7,2 millones de euros por un plazo de tres años y que entró en vigor el pasado mes de julio. El nuevo concesionario ya ha aplicado mejoras en el servicio, así como un refuerzo de personal. Asimismo, el contrato recoge medidas en materia de servicios alternativos y confort en embarcaciones y terminales, así como de información y atención al usuario. La mayor apuesta está en la fabricación de tres nuevos catamaranes, con una financiación de 8,9 millones de euros, actualmente en ejecución, que tendrán más capacidad (de 150 a 200 pasajeros) y serán más sostenibles (reducirán más de un 30% las emisiones de CO2).
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