Dos ministerios analizan el posible uso público de este humedal

El Gobierno se interesa al fin por la recuperación de la laguna de La Janda

  • La ministra para la Transición Ecológica desvela que la Dirección General del Agua y la de Patrimonio tramitan ya el expediente para devolverle el uso público a este enclave natural

Una bandada de grullas levanta el vuelo en un enclave de la laguna de la Janda

Una bandada de grullas levanta el vuelo en un enclave de la laguna de la Janda / Manuel Aragón Pina

Algo empieza a moverse en la laguna de La Janda. Por primera vez en muchas décadas el Gobierno español parece que empieza a tomarse en serio las presiones ejercidas por movimientos ecologistas para que el Estado recupere para uso público este espacio natural de indiscutible valor ornitológico y que muchos consideran que es la mayor laguna desecada que hay actualmente en España.

Este primer paso, que sólo el tiempo dirá si terminará cristalizando, lo ha dado la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha confirmado de manera oficial que dos ministerios del actual Gobierno han iniciado ya los trámites para la recuperación de esta laguna que da nombre a la comarca de La Janda y también para su posterior puesta en valor.

Este posicionamiento lo ha fijado la ministra Teresa Ribera en una carta fechada el pasado 17 de junio y remitida al presidente de la Asociación de Amigos de la Laguna de La Janda, José Manuel López. En esta misiva, la ministra informa que ella personalmente ha instado a la Dirección General de Patrimonio, dependiente del Ministerio de Hacienda, para que le dé “la máxima celeridad” al expediente de recuperación de la laguna que ya está tramitando.

Y en paralelo la titular de la cartera para la Transición Ecológica ha desvelado que un departamento que está bajo su mando, en concreto la Dirección General del Agua, está en contacto con el Ministerio de Hacienda para agilizar igualmente esta cuestión. “Una vez que se dilucide la cuestión de la titularidad, pueden tener la certeza de que impulsaremos y buscaremos fórmulas para apoyar a la Junta de Andalucía en los trabajos de restauración ambiental de la laguna”, recalca la ministra Teresa Ribera en la referida carta.

Este posicionamiento ha llevado cierto optimismo a una Asociación de Amigos de la Laguna de la Janda que lleva décadas clamando para que el Estado recupere el uso público de unos terrenos cuya extensión abarca cuatro municipios (Tarifa, Barbate, Vejer y Medina Sidonia), que parte de las 4.000 hectáreas de la laguna en sí pero que puede superar incluso las 9.000 si se les suma un rosario de lagunas que hay en su entorno. Es decir, en total sería el triple del espacio que abarca la Base Naval de Rota.

La laguna de la Janda siempre ha tenido un alto valor ecológico debido a su ubicación cercana a África. La presencia de miles de especies diferentes de aves ha sido su característica más habitual durante siglos, al ser considerada un área de invernada de primer nivel.

Sin embargo, todo cambió en la década de los cuarenta del siglo pasado. La fiebre que había en España por desecar lagunas también llegó a la Janda, donde el Gobierno de entonces hizo concesiones agrícolas a poderosos terratenientes para que dedicaran este suelo a cultivos propios como el arroz o el maíz, por ejemplo. Antes fue preciso una inversión muy potente para poder desecar este suelo.

La Asociación de Amigos de la Laguna de la Janda ha defendido siempre que ese proceso de desecación que se practicó fue uno de los mayores desastres ecológicos vividos no sólo en España sino en toda Europa. Y recalcan también que esa costosa inversión realizada en su día tampoco fue muy efectiva porque este espacio de la comarca jandeña suele inundarse en varios de sus enclaves cada vez que se producen precipitaciones de cierta relevancia.

No han sido pocas las voces que se han alzado en la Janda en las últimas décadas para reclamar la recuperación de esta laguna para uso público. Y esta reclamación subió varios grados gracias a un informe realizado el año pasado por Pedro Brufao Curiel, profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Cáceres pero con unos vínculos muy estrechos con la provincia de Cádiz en general y con la ciudad de San Fernando en particular.

En un trabajo que llegó incluso a ser publicado en la Revista Andaluza de Administración Pública, Brufao defiende que el Gobierno central es la administración competente para recuperar la laguna de la Janda. Para ello se basa en el decreto de 1964 por el cual el Estado recuperaba las antiguas concesiones de titularidad de humedales al entrar en vigor una nueva ley de regadíos y, sobre todo, en una sentencia del Tribunal Supremo de 1967 que precisaba que este enclave natural mantenía su condición de aguas continentales y su titularidad del dominio público.

Pese a esa resolución judicial en firme el Estado lleva la friolera de más de medio siglo sin querer hacer ruido en esta laguna, como si no quisiera molestar a los terratenientes que actualmente explotan este suelo. Como resume una frase bastante utilizada por los juristas, en este caso el Gobierno está ejerciendo “como un lejano y poco celoso propietario”.

Es verdad que sobre este asunto ha girado siempre la duda de si una hipotética recuperación de este humedal jandeño correspondería al Gobierno de España o a la Junta de Andalucía. Y esta controversia surge porque las aguas continentales y los lechos de los ríos son de dominio público del Estado, como recoge la Ley de Aguas, pero las cuencas que nacen en la misma comunidad autónoma –como sucede en este caso con el río Barbate– competen a la Junta.

Sin embargo Brufao despeja las dudas al asegurar que la titularidad debe recaer sobre el Estado de acuerdo con la Ley 33/2003 de Patrimonio de las Administraciones Públicas. De ahí que reclame la necesidad de que el Gobierno agilice el proceso para que ejerza ya de manera total su propiedad.

La Asociación de Amigos de la Laguna de La Janda siempre ha defendido que estos humedales pueden generar riqueza en esta comarca gaditana si, una vez recuperada para uso público, se destinara a explotaciones ganaderas y agrícolas y, sobre todo, a promocionar el turismo ornitológico que tanto atrae a turistas extranjeros, especialmente británicos.

Pero para que ello sea realidad es preciso que se den antes muchos condicionantes como, por ejemplo, que el Gobierno de España culmine este expediente de recuperación ahora iniciado, que luego queden resueltos los recursos que con toda seguridad plantearán los actuales ocupantes de estos suelos y, finalmente, que se ejecute la obra física que posibilite la recuperación íntegra de estos humedales. Los defensores del uso público de esta laguna anticipan ya que si este último paso se termina dando estaríamos ante el proyecto de restauración medioambiental más importante de toda Europa.

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