España disipa las dudas

La selección española certificó su pase a la segunda ronda del Campeonato de Europa con un contundente triunfo por 25-34 sobre Hungría, en una nueva exhibición de los de Valero Rivera, que acabaron en apenas dos partidos con todas las dudas con las que llegaba a la competición.

España evidenció que ha llegado a Austria con un amplio y talentoso fondo de armario. Si el martes el técnico confió en el central Chema Rodríguez y en el lateral Iker Romero para encauzar el juego ofensivo, ayer apostó por los hermanos Entrerríos. La apuesta que no pudo salir mejor, pues entre los dos pusieron rápidamente a España por delante en el marcador ante una incrédula Hungría, que, al menos de inicio, fue incapaz de mostrar el excelente nivel que ofreció ante Francia.

Resultado de la intensidad defensiva del conjunto español, que presentó un 5-1 muy profundo con el barcelonista Cristian Ugalde, los magiares eran incapaces de conectar con el pivote Gyula Gal, una de sus referencias ofensivas. Esta circunstancia posibilitó a España adquirir una ventaja de seis goles (3-9), que obligó a Hungría a buscar un revulsivo con la entrada en la portería de Nandor Fazekas, una de las claves del mal trago que pasó Francia en la jornada inaugural.

El cancerbero del Veszprem permitió a Hungría, con tres intervenciones casi consecutivas, recortar su desventaja a cuatro tantos (5-9) mediada la primera mitad. Pero España no se descompuso, siguió jugando sin prisas, buscando al pivote y los extremos y cuando no pudo conectar con los jugadores de segunda línea, siempre apareció el brazo de Alberto Entrerríos para aumentar la ventaja, que se quedó en un 9-17 al llegar el descanso.

Una renta que ni la rigurosa exclusión con la que fue sancionado Alberto Entrerríos disminuyó en los compases iniciales de la segunda mitad, en la que España optó de inicio por jugar con tres diestros en la primera línea con la inclusión de Iker Romero en el lateral derecho.

Sin embargo, Hungría no estaba dispuesta a rendirse. Un tanto de Gulyas y otro de penalti de Krivokapic permitieron a los de Csoknyai reducir su desventaja hasta los cinco goles (16-21), un motivo para que la grada no dejara de apretar en contra del equipo español. Aunque ni el más hostil de los ambientes hubiera sacado del partido al conjunto español, que siguió con su ritmo pausado en ataque hasta encontrar la mejor posición y en defensa con la contundencia necesaria para no caer en excesivas exclusiones. Al final, el empeño húngaro permitió dejó el resultado en 25-34.

España se jugará el primer puesto del grupo con Francia, que ayer ganó 20-21 a la República Checa. Una parada en los últimos segundos de Omeyer permitió a los galos certificar su pase a la siguiente ronda.

HUNGRÍA: Puljezevic; Tamas Ivancsik, Gal (2), Laluska, Schuch, Ilyes (2), Gergo Ivancsik (3), Fazekas (ps), Csaszar, Krivokapic (5), Toro (2), Kornel Nagy, Gulyas (5), Katzirz (2) y Eklemovic (4). ESPAÑA: Hombrados; Víctor Tomás (7), Gurbindo, Raúl Entrerríos (2), Alberto Entrerríos (7), Ugalde (3), Aguinagalde (2), Sterbik (ps), Garabaya, Prieto (1), Juanín García, Romero (5), Malmagro (4), Chema Rodríguez (2), Aguirrezabalaga y Morros (1). Parciales: 1-2, 2-6, 4-9, 6-11, 8-13, 9-17 (descanso), 12-19, 15-21, 16-24, 20-16, 23-31 y 25-34 (final). Árbitros: Reisinger y Kaschutz (austriacos). Excluyeron por dos minutos por Schuch, Gal, Katzirz, Laluska (2) e Ilyes por Hungría; y a Alberto Entrerríos, Morros y Prieto por España. Incidencias: Encuentro de la segunda jornada del grupo del Europeo disputado en el Arena Nova ante unos 4.000 espectadores.