Suele decir Álvaro Cervera que la labor defensiva la entiende como una misión colectiva, un trabajo de todo el bloque, mientras que arriba, al menos el caso del Cádiz, debe resolver un reducido grupo de jugadores. Los números, sin embargo, ponen en entredicho esta afirmación, no en vano a estas alturas ya han marcado más futbolistas que en las dos temporadas anteriores de la actual etapa en Segunda, un dato que confirma que, según parece, el ataque no es cosa únicamente de los delanteros y que el gol, en suma, parece una responsabilidad de todos.

En efecto, el equipo amarillo reparte los tantos que lleva hasta la fecha, 37, entre 16 futbolistas, mientras que la pasada campaña los 42 a favor con los que se concluyó los firmaron entre 12, y hace dos temporadas los 55 anotados los hicieron entre 13 integrantes de aquella plantilla que terminó accediendo a la fase de ascenso.

El titular de la Tacita de Plata no ha contado en esta ocasión con un clarísimo referente en la punta de lanza, como lo fue el murciano Alfredo Ortuño en la 2016/17, ni se ha mostrado atrás tan extraordinariamente fiable como cuando en la 2017/18 apostó con firmeza por cerrar el marco propio como medio para sumar puntos, lo que incluso propició que Alberto Cifuentes acabara conquistando el Trofeo Zamora de la categoría al encajar únicamente 29. Quizás por ello, para compensar lo uno y lo otro, la implicación de más hombres en las labores de ataque se ha traducido en que el cuadro cadista aparezca en estos momentos como el máximo goleador de LaLiga 1|2|3, igualado en este registro con el Deportivo de La Coruña, y también en que las actas arbitrales reflejen más nombres como goleadores que nunca antes con el Cádiz de Cervera.

Nadie puede cuestionar que la llegada de Machís en el mercado de invierno ha supuesto un salto de calidad que, quién sabe, puede representar la diferencia entre coquetear con el play-off o alcanzarlo para pelear por subir a Primera. Sin embargo, antes de la cesión del venezolano nada menos que 15 jugadores habían marcado al menos un gol, destacando en esta faceta por delante del resto el canterano Manu Vallejo, con 7.

Por detrás del chiclanero, Álex Fernández y Lekic, con 4 cada uno; Kecojevic, Marcos Mauro, Jairo, Salvi y Dani Romera, con 2, y Rober Correa, Sergio Sánchez, Aketxe, Edu Ramos, Garrido, José Mari y Carrillo, con 1 cada uno. A estos hay que sumar los 3 que ha materializado Machís en cuatro encuentros y el del Nástic en propia puerta el pasado sábado. En total, 36 tantos con el sello de 16 futbolistas y otro más de un rival.

Echando la vista hacia el pasado más reciente, cabe recordar que en la campaña del regreso a Segunda la alargada sombra de Ortuño se tradujo en que, al margen de los 17 del ariete de Yecla, sólo marcaron otros 12 compañeros: Salvi, con 8; Álvaro García, Aitor García y Aketxe, con 5 cada uno; Sankaré, con 3; Aridane, Dani Güiza y Santamaría, con 2 cada uno, y Edy Silvestre, Garrido, Imaz y Nico Hidalgo, todos ellos con 1 cada uno.

El reparto del gol aún fue más reducido el pasado curso, cuando el Pichichi, Álvaro García, hizo 10 dianas, por delante de otros 11 jugadores: Barral, con 6; Carrillo, con 5; Salvi, con 4; Servando y Álex Fernández, con 3 cada uno; Kecojevic, Garrido, Perea y Romera, todos ellos con 2 cada uno, y Eugeni y Moha, con 1 cada uno.

El hecho de que en el horizonte aparezcan todavía 15 jornadas y que tres refuerzos de invierno que actúan en posiciones de ataque, como son Querol, Rennella y Jovanovic, no se hayan estrenado como goleadores invita a pensar que el reparto de los tantos de esta campaña aún será mayor del que es ahora mismo. Y si a la implicación de todos en la labor de perforar la portería contraria se une la solidaridad de todos también en las labores defensivas, a buen seguro el objetivo de los 50 puntos pronto será una realidad presente y no quedará otra que permitir que la afición sueñe con lo máximo.