Cádiz CF

El Cádiz CF resuelve con goleada su primer amistoso (0-6)

  • El equipo amarillo acumula minutos de rodaje ante el modesto Barbate y Osmajic deslumbra con un golazo

Haroyan salta a por el balón en el partido ante el Barbate.

Haroyan salta a por el balón en el partido ante el Barbate. / Cádiz CF

El Cádiz CF afrontó el miércoles 14 de julio ante el Barbate su primer partido de la pretemporada, disputado en Benalup-Casas Viejas y perteneciente al VII Memorial Diego Fernández. El conjunto amarillo, como era de esperar, dominó de principio a fin con dos equipos en cada parte. La diferencia es abismal entre un equipo de Primera División y otro de Primera Andaluza y el 0-6 (tres goles en cada mitad) es casi lo de menos. Lo que cuenta es que el contador de minutos está activado para que los jugadores vayan tomando el ritmo con vistas al próximo 14 de agosto.

Álvaro Cervera alineó de inicio a nueve jugadores del primer equipo y dos canteranos: el portero Nando y el central Lautaro. La idea es clara: rodaje para ir entrando en materia, ensamblaje de piezas, ensayo de presión, colocación sobre el césped... Pero sobre todo correr para que las piernas y los pulmones perciban lo que está por venir. El Cádiz CF, además de ganar, cumplió el objetivo en su trayecto de preparación.

Cinco minutos tardaron los amarillos en abrir la lata. Salvi, muy suelto por su zona natural, entró solo por la banda y sirvió al corazón del área para que Malbasic, completamente solo, empujase el balón a placer al fondo de la portería y poner el 0-1.

El entusiasmo de los jandeños encontró freno en la lógica superioridad de un Cádiz CF que sin pisar el acelerador puso pronto tierra de por medio en un entretenido arranque pleno de ocasiones, incluida de los barbateños. Un suave pero colocado tiro de Jesús Lucio se escapó por centímetros un minuto después de que (en el 8) Negredo diese el primer aviso con un mano a mano que salvó Germán Rozillo.

El Barbate no jugó a encerrarse ni mucho menos. Su valentía deparó idas y venidas de balón de un lado a otro, aunque en las las área se impuso la evidente mayor calidad de los amarillos.

Negredo no estaba dispuesto a esperar mucho para celebrar su primer tanto. Lo consiguió al tercer intento. El segundo fue una volea que se perdió muy lejos en el 10, pero un minuto después no perdonó y firmó una obra de arte. Le llegó el cuero a la frontal del área, levantó la cabeza y se inventó una vaselina con el exterior de su bota izquierda para colar el balón por un ángulo. 0-2. Un lujo para endulzar la primera tarde de fútbol del verano.

El Cádiz CF desplegó un 4-4-2 con Lozano en banda izquierda y Malbasic en punta junto a Negredo. El serbio aprovechó su proximidad a la portería y la debilidad de la zaga. En 28, sólo tuvo que tocar levemente el esférico en boca de gol tras un centro de Choco para poner el 0-3.

El paso del tiempo favoreció a un equipo amarillo dueño absoluto, con pequeñas dosis de intensidad.

La segunda parte fue como un partido nuevo. Lautaro, escorado al lateral fue el único cadista que siguió en la reanudación y recorrieron sus primeros minutos Haroyan y Osmajic.

Al nuevo equipo que desplegó Cervera le costó mucho más tomar el ritmo. Iván Alejo fue el que más apareció por banda derecha aunque el cuarto gol nació por el otro lado en el 56. Nano Mesa birló el cuero a la defensa y se lo entregó a Álvaro Giménez para que el ariete, solo dentro del área, culminase con un fuerte zurdazo.

El tanto asentó a un equipo dominador que fue a más y empezó a producir ocasiones con el objetivo de aumentar la cuenta. En el 61, el portero Garrido evitó el quinto tras un testarazo de Álvaro Giménez. En el 62, Alberto Perea casi marcó de libre directo.

El partido no tuvo historia. La segunda mitad, menos que la primera en buena medida por la menor resistencia del Barbate. Era un mero ensayo con indiscutible desigualdad y también con tiempo para el deleite en determinados momentos. Osmajic firmó su carta de presentación con un auténtico golazo, el quinto de la tarde noche. En el 68, controló el cuero fuera del área y casi sin pensarlo soltó un cañonazo con la derecha y el balón entró por la escuadra. Ni el mejor portero del mundo hubiese podido evitar un gol fuertemente aplaudido por el público.

El montenegrino se empeñó en exprimir al máximo su debut y cinco minutos después (en el 74) llegó al doblete con una eficaz definición con rosca. El 0-6 se ajustó a los parámetros de la lógica. Y hasta se quedó corto el marcador. Álvaro Giménez perdonó solo delante del portero en el 83.

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