Cádiz CF

Garrido aún no puede entrenar con normalidad

  • El medio trabaja en la recuperación de la lesión que sufrió antes del parón liguero

Garrido, en un entrenamiento meses antes de caer lesionado.

Garrido, en un entrenamiento meses antes de caer lesionado. / Fito Carreto

El Cádiz CF da los pasos en dirección a la reanudación de La Liga. Si nada se tuerce en las semanas venideras, los encuentros oficiales volverán el próximo mes de junio a los terrenos de juego e incluso se baraja el día 12 (viernes) como fecha de punto de partida para terminar la temporada. Tanto en Primera División como en Segunda A restan once jornadas para el epílogo del curso 2019/20, condicionado por la crisis del coronavirus.

El conjunto amarillo llegó el jueves 14 de mayo a la media docena de entrenamientos individualizados en la Ciudad Deportiva de El Rosal que arrancaron el sábado 9 de mayo y en principio finalizan el viernes 15, enmarcados en la segunda fase del estricto protocolo establecido LaLiga (el primero consistió en las pruebas del COVID-19) para que los equipos preparen el retorno a los partidos.

Si todo transcurre con normalidad, el lunes 18 comenzarán, también en El Rosal, las sesiones en varios grupos para que los jugadores puedan interactuar entre ellos. Están como locos por poder pasarse el balón. Será en la cuarta fase, si no surgen contratiempos, cuando lleguen las sesiones con todo los futbolistas juntos.

El Cádiz CF avanza día a día con la ausencia de dos jugadores. Fali no acude a trabajar por miedo a un posible contagio de coronavirus aunque no es descartable que se una al equipo en próximas fechas. El caso de Jon Ander Garrido es distinto. El centrocampista no puede ejercitarse como uno más debido al edema óseo y una tendinitis en una rodilla que arrastra desde antes del obligado parón liguero, vigente desde el pasado mes de marzo.

El vasco lesionó durante el partido contra el Sporting de Gijón de la 29ª jornada disputado en El Molinón el 21 de febrero (tuvo que ser sustituido en los minutos iniciales de la segunda parte) y no pudo participar en los duelos frente al Almería (el 29 de febrero en la 30ª jornada) y el Lugo (el 6 de marzo en la 31ª), el último antes de la paralización del torneo.

El medio no pudo someterse al tratamiento adecuado durante el periodo de confinamiento y ahora, cuando el equipo regresa a las sesiones en solitario, él tiene que dedicarse a un intenso trabajo de recuperación para tratar de retomar la normalidad lo antes posible. No puede desarrollar la misma labor que los demás a día de hoy.

La lesión no es grave pero sí dolorosa, molesta. Requiere mucha dosis de paciencia, la que pone Garrido en su empeño de ponerse a punto para volver a los entrenamientos y la competición. No quiere perder el tramo más importante de la temporada, con el Cádiz CF metido de lleno en la batalla por el ascenso a Primera División.

En principio no hay fecha para el regreso de Garrido a las sesiones. Todo dependerá de cómo evolucione la rodilla dañada. Si no tarda mucho en volver, podrá realizar con los demás la especie de pretemporada en la que se halla inmersa la plantilla tras dos meses sin entrenamientos colectivos.

Si la vuelta del pivote defensivo acumula más retraso, lo tendrá bastante difícil para poder participar en los primeros encuentros del esprint final de la campaña más atípica de la historia reciente.

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